El taxista Jorge Orozco (61), baleado en un confuso hecho ocurrido en plena siesta del viernes pasado en la Cuarta Sección, sigue internado en terapia intensiva del hospital Central y su estado es crítico.
Orozco ingresó al nosocomio capitalino con dos tiros: uno en la pierna y otro en la espalda. El disparo en el omóplato izquierdo le ocasionó un shock medular luego de que una bala tocara una vértebra dorsal.
El trabajador se encuentra sedado, intubado y su estado neurológico no ha presentado cambios desde el día del ataque. Los daños físicos son graves. Por el momento, solo ha presentado pequeñas reacciones en sus brazos, el resto de su cuerpo no responde a estímulos.
Por el estado del paciente, los médicos no pueden determinar las secuelas raelas, confirmaron desde el Central a este diario.
"Papá, me mandé una cagada"
Rodrigo Emanuel Gil Armaraña (24) fue detenido en su casa de El Bermejo, en Guaymallén, el mismo día que baleó al taxista en calle Federico Moreno al 3000, a metros de Gobernador González, en Ciudad.
Según testigos, el aprehendido, quien tiene antencedentes policiales, se bajó de su auto, le disparó al taxista y se dio a la fuga en un Toyota Corolla. Horas más tarde sus padres lo entregaron y fue detenido. Armaraña dijo que “Dios le había dicho que tenía que dispararle”.
"Ya se por qué vienen: mi hijo ya me dijo que se mandó una cagada y por eso ya llamé a un abogado", así recibió a la Policía el padre del tirador.
La fiscal Claudia Ríos señaló que Gil Armaraña fue imputado por el hecho y que se le practicarán pericias para saber si tuvo un brote psicótico.
“Ahora se realizarán pruebas psiquiátricas para saber si Armaraña comprendía o no el delito que cometió”, detalló. El hombre enfrenta una condena de entre 8 y 25 años, que podría aumentarse por el uso de arma de fuego.
La causa está caratulada como “homicidio agravado por uso de arma de fuego en grado de tentativa”.