Las operaciones aéreas en el Aeroparque metropolitano Jorge Newbery comenzaban lentamente a normalizarse después del mediodía, luego que fuera desalojada por orden judicial la Torre de Control, donde se encontraban controladores aéreos que se negaban a prestar servicio en el marco del paro por 48 horas dispuesto por la Asociación de Trabajadores del Estado. En tanto, en el aeropuerto de Mendoza hay demoras y cancelaciones. Recomiendan consultar a las distintas compañías aéreas.
Mientras tanto, los trabajadores desalojados -a quienes se les fueron sumando en solidaridad otros trabajadores del gremio, entre ellos su secretario general, Hugo Godoy- se preparaban para manifestar frente a la Terminal C al mismo tiempo que fuerzas de seguridad reforzaban el operativo.
El conflicto, que se inició ayer con el cese de actividades desde las 6,50, hizo eclosión esta mañana cuando los cuatro controladores correspondientes al turno que se inicia a las 6 y culmina a las 14, acataron la medida de fuerza dispuesta por el gremio, pero a la vez impidieron que otros trabajadores que no estaban de acuerdo con el paro, ocupasen su lugar para garantizar las operaciones aéreas.
La medida trajo como consecuencia la cancelación de más de 40 vuelos, prácticamente todos los de la mañana de las diferentes compañías que operan en Aeroparque, reanudándose las operaciones formalmente a las 11.05 con el arribo de un vuelo de la empresa GOL procedente de San Pablo, Brasil. Recién después de las 12.30 despegó el primer vuelo y a partir de ese momento tanto Aerolíneas Argentinas como LATAM fueron normalizando lentamente sus servicios, aunque fuentes aeroportuarias indicaron que difícilmente se llegue a normalizar en su totalidad la operatoria en lo que queda del día, debido a la gran cantidad de cancelaciones y reprogramaciones.
"Tripulaciones vencidas, vuelos cancelados y pasajeros que debe ser reubicados constituyen un combo sumamente complicado de resolución, por lo que el efecto dominó de la paralización se mantendrá durante el día y aún mañana", confió la fuente al tiempo que aclaró que los controladores que están ocupando turnos son menos de los que habitualmente operan en la Torre, por lo que el espacio entre cada despegue y aterrizaje será mayor del habitual, con lo que las demoras serán inevitables.
No obstante la normalización de Aeroparque, el conflicto mantendrá inactivos, al menos hasta la media tarde, a los aeropuertos de Resistencia, Salta, Jujuy, Viedma, Bariloche, El Calafate y Río Gallegos.
La paralización de las actividades comenzó a destrabarse cuando el juez federal Julián Ercolini había ordenado el desalojo de la Torre de Control por la fuerza, medida que se preparaba a cumplir la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Ercolini adoptó tal decisión porque consideró que lo que se vivió en la torre de control del Aeroparque metropolitano fue una "situación penal", ya que "los controladores rebeldes permanecían encerrados en la torre y no dejaban ingresar a quienes debían reemplazarlos en el cambio de turno".
Aclaró que por eso "se hizo presente la Policía de Seguridad Aeroportuaria y los trabajadores desistieron de su postura y permitieron, luego de un rato, el ingreso de quienes debían realizar el reemplazo de turno". Agregó que él "estaba informado y atento a la situación", y advirtió que su intervención "no tiene nada que ver con el conflicto gremial, sino con la situación de toma de la torre de control".
Por su parte, el delegado ATE-ANAC en el Aeroparque Jorge Newbery criticó el desalojo policial y calificó la orden del juez Ercolini como "una locura".
El sindicalista comentó que con el desalojo "sacaron a los trabajadores que se encontraban parando, pero que estaban cumpliendo su horario, para poner a otros que no se sabe que capacitación tienen para cumplir con la tarea". "Es un locura lo que están haciendo, nos desalojaron con la policía. Vamos a ver cómo continuamos de aquí en más", agregó, y no descartó la profundización del conflicto en las próximas horas.
Mientras esto ocurría en Aeroparque, la actividad en Ezeiza era prácticamente normal, habiéndose registrado solamente un par de cancelaciones y demoras mínimas. Los trabajadores de la torre de control de Aeroparque están afiliados a tres sindicatos: ATE, Atepsa (Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación) y APTA, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico que conduce Ricardo Cirielli. En este caso el conflicto solamente abarca a los agremiados en ATE, que si bien son mayoría no cuentan con el control total de los empleados.
Taborda explicó que "no sólo es la cuestión salarial, sino las condiciones laborales: no contamos con todos los elementos necesarios para desplegar nuestra labor, tenemos equipamiento obsoleto y para los controladores de vuelo es imprescindible contar con un marco adecuado porque está en juego la vida de los miles y miles de pasajeros que vuelan diariamente".
El conflicto es de larga data: los cambios de los controladores aéreos del ámbito militar al civil (durante la presidencia de Néstor Kirchner) y luego de regreso al ámbito militar (durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner) generó diferencias salariales y en las condiciones de trabajo. Además, fue precisamente para zanjar esta situación que el año pasado se creó EANA (Empresa Argentina de Navegación Aérea Sociedad del Estado) bajo las órbitas de los ministerios de Transporte y Defensa de la Nación.
Fuentes de la empresa estatal recientemente formada sostuvieron que el nuevo organismo surgió de la necesidad de "un reordenamiento del sector transporte aéreo", aclararon que "EANA es una compañía estatal descentralizada del Ministerio de Transporte de la Nación" y que "el 100 por ciento del capital está en manos del Estado Nacional, que tiene el pleno control de la empresa".
El titular del organismo, Agustín Rodríguez Grellet, sostuvo -en declaraciones radiales- que "recientemente hemos iniciado una transformación del sector; firmamos el convenio colectivo de trabajo con una entidad gremial histórica del sector, lo que motivó el reclamo de ATE". "El convenio reconoce a los trabajadores sus reclamos históricos, les genera un plan de capacitación por primera vez en la historia, derechos y garantías", argumentó.