Mientras siguen detenidos los siete imputados por trata de personas, delito investigado desde que la
semana pasada se realizaran allanamientos en el prostíbulo de Capital, Pyme vip
, el concejal demócrata Guillermo Mosso pidió que se profundice la investigación sobre el inspector señalado como cómplice de la organización, Raúl Cuquejo.
En un proyecto elevado al Ejecutivo capitalino, el concejal pidió que se informe acerca del accionar "de la Dirección de Comercio Inspección General en el caso del prostíbulo vip" y que se cree una comisión que investigue para tratar el caso.
Entre otras cosas, el proyecto elevado por Mosso pide que se brinde información acerca del inspector investigado, Cuquejo, y de sus últimas actuaciones realizadas en el marco del puesto que ocupa en la comuna.
Esto es: las funciones, responsabilidades y puesto del imputado como así también las inspecciones de las que participó durante los últimos 12 meses. También se pidió analizar su legajo, ya sea para ver sus ascensos y promociones y posibles sanciones, en el caso de que existan.
Pero el pedido enviado al Ejecutivo no sólo se limitó al inspector sino también a los "procedimientos de clausura de establecimientos y/o locales de alterne" que la Dirección haya hecho en el marco de la Ordenanza 3.837/12 (justamente la que regula la existencia de prostíbulos en Capital).
En tanto, las investigaciones para determinar la participación y responsabilidad de los siete imputados sigue avanzando aunque ahora "en estricto secreto de sumario", indicó ayer por la tarde el juez federal, Walter Bento.
Así las cosas, después de que el viernes por la tarde conocieran sus imputaciones por los delitos de trata de personas y de la investigación que se sigue por lavado de dinero -cada uno de los sospechosos resultó imputado según su grado de participación en el hecho- fueron enviados a cárceles provinciales.
De esta manera, el supuesto cabecilla de la organización, Sebastián Solé, el ginecólogo Osvaldo Pastorino, Cuquejo y otros dos hombres de los que no ha trascendido (al menos en los medios) su identidad fueron llevados a la cárcel de Almafuerte. Suerte similar corrieron la esposa y una empleada de Solé, Nadia Haro y Paola Lagos, pero alojadas en El Borbollón.
