Sifema, ¿una nueva forma de mentir?

En su intento por modificar una realidad desfavorable, el Gobierno adaptará otro sistema para medir la audiencia televisiva. Dejará de lado a Ibope y aplicará uno denominado Sifema para ver si puede llegar a decir que ha crecido la audiencia de los progra

Sifema, ¿una nueva forma  de mentir?

El lanzamiento oficial del Sifema (Sistema Federal de Medición de Audiencias) no es otra cosa que un nuevo organismo impulsado por el gobierno nacional para intentar modificar la realidad, valiéndose de elementos tan débiles y tan alejados de la verdad que terminan generándole un efecto boomerang. Tanto la jefa del Estado como su reducido grupo de asesores-aduladores deberán comprender que la ciudadanía ha madurado lo suficiente como para no dejarse embaucar con cifras irreales, y lo que sucede con el Indec, aún el modificado, es el ejemplo más claro y preciso.

No quedan dudas de que el lanzamiento de ese nuevo sistema de medición forma parte de la embestida que el Gobierno ha lanzado contra los medios independientes a través de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual. A contramano de lo que la gente decide en sus hogares, desde el oficialismo se busca ahora modificar la situación, porque los números que diariamente otorga Ibope arrojan cifras que no son favorables para los medios oficialistas.

El Grupo Ibope (Instituto Brasileiro de Opiniao Pública), que hasta el momento realiza las mediciones, surgió en Brasil en 1942 y ofrece informaciones y estudios de medios de opinión pública, intención de voto, consumo, marca, comportamiento y mercado. La multinacional brasileña, de capital privado, es la más grande empresa de investigación de mercados de América Latina. Sus mediciones alcanzan a Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Perú, Uruguay, México, Paraguay y Panamá. En ninguno de esos países son cuestionados sus números, como ha sucedido ahora en la Argentina.

En relación con el Sifema, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, destacó que se trata de un sistema público, no estatal, aunque los costos, millonarios, son pagados por el Gobierno, promovido por las universidades nacionales de San Martín y de Quilmes y cuya intención es medir la audiencia televisiva de todo el país, no sólo de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires. De todos modos, ya en el anuncio de la instrumentación del nuevo sistema no hubo acuerdo entre lo que dijo Capitanich, que indicó que “en la transmisión del partido River-Boca el Ibope dijo que tuvo 45 puntos; el nuevo sistema arrojó 51,6 puntos”, mientras la Presidenta expresó que “va a permitir la verdadera y correcta lectura de audiencia, porque (en dicho encuentro) la audiencia no fue de 45 puntos como dijo el Ibope, sino de 54,9 puntos”. ¿Un error, una gaffe o un anticipo de lo que va a venir?, es la pregunta que quedó flotando.

Una de las mayores preocupaciones del Gobierno pasaba por preguntarse cuál era el motivo por el cual algunos programas oficiales, como 6, 7, 8 , que se emite por la TV pública tenía tan poca audiencia, pero el nuevo sistema implementado le ha dado la primera respuesta positiva porque segmentó de tal manera los programas en un denominado “ranking temático”, que en el fraccionamiento en la categoría “Análisis de la actualidad en prime time”, 6, 7, 8 lidera el ranking con 4,23 puntos, seguido por Duro de Domar, con 3,90 e Intratables, que alcanzó 3,66. ¿También aquí se dio un anticipo de lo que va a ocurrir en el futuro?

En los últimos años, el gobierno nacional ha adoptado una serie de medidas tendientes a fortalecer los medios oficiales y afines y debilitar a los independientes. Con sus miles de millones de pesos anuales destinados a la pauta oficial, se ha convertido en el principal anunciante del país y todos saben cómo va distribuida esa pauta. No conformes con ello, tiempo atrás el entonces secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, instrumentó el llamado “cepo publicitario” a los supermercados, afectando la sustentabilidad de los medios gráficos, mientras la compra de medios por parte de empresarios amigos tampoco le ha dado los resultados esperados, sin contar la propaganda abierta y desubicada que se realiza a través de Fútbol para Todos. Ahora intentará convencer a los argentinos sobre lo que ve el resto de la audiencia sin tener en cuenta que, por más que se trate de influirlos, la gente seguirá priorizando aquellos programas que fundamentan su verdad en el simple hecho de ser independientes.

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