Si Argentina busca jugar los siete partidos, debe mirarse en su interior

La Selección cumplirá el primer objetivo de volver a jugar semifinales y asegurarse siete juegos si vence a Bélgica, pero el equipo aún no explota. A Brasil le pasa lo mismo y consultó con psicólogas. ¿Lo haría Sabella?

Si Argentina busca jugar los siete partidos, debe mirarse en su interior
Si Argentina busca jugar los siete partidos, debe mirarse en su interior

La última vez que la Selección disputó siete partidos durante un Mundial fue cuando llegó a la final en Italia'90. Previamente, en México'86, también había jugado una igual cantidad de encuentros. Sin embargo, después de haber sido protagonista de dos finales consecutivas - una ganada y otra perdida - comenzó una serie adversa que lleva cinco Copas del Mundo previas a ésta. El sábado próximo, en Brasilia, estará la posibilidad de asegurarse la permanencia en el campeonato hasta el último fin de semana. Resta saber si, en tal caso, será el 12 de julio por el tercer puesto o un día después, por el primero. 

Argentina llegó hasta octavos en Estados Unidos'94, a cuartos en Francia'98, fue eliminada en primera ronda en Corea-Japón'02 y volvió a quedarse en cuartos de final en Alemania'06 y Sudáfrica'10.

Para volver a completar un ciclo de siete juegos, la Selección debe vencer a Bélgica en el Estadio Nacional de la capital brasileña. Si lo consigue, pasará a semifinales y allí se asegurará el derecho a un séptimo encuentro: el 13 de julio, en el Maracaná, por la definición del título; un día antes, en Brasilia, por ingresar al podio en el tercer lugar.

El alto porcentaje de eficacia en los números en Brasil 2014 no se condice con la exposición de juego que mostró el equipo nacional en los cuatro partidos que jugó. Es un Mundial, es cierto, y sólo el triunfo permite la proyección a la fase siguiente, pero también importa el cómo. Y es aquí en donde hay que detenerse. Argentina nunca marcó presencia como el indiscutiblemente mejor de los dos en pugna. Pudo haber empatado dos encuentros, frente a Bosnia e Irán, si es que Messi no se iluminaba cerca del final. Pudo haber llegado a los penales contra Suiza, si Di María no definía como lo hizo. Pasó, además, demasiadas zozobras con Nigeria, contra quien sufrió dos goles y a quien jamás controló aún en ganancia.

Un hecho similar es el que le está sucediendo a Brasil. Es cierto que fue mucho más que Camerún, que dio vuelta el resultado ante Croacia y que encontró en el arquero Ochoa a un muro infranqueable contra México, pero también lo es que entre las manos de Julio César y los palos (Pinilla y Jara) se sostuvo su pase de ronda. ¿Y cómo reaccionó su cuerpo técnico? ¿Se quedó sólo en la justificación puertas afuera? No, supo hacerse una autocrítica grupal, la cual implicó que se acudiera a un análisis científico de la situación a partir de la convocatoria a las tres psicólogas con que cuenta el plantel. La visita de Regina Brandao, Gisele Silva y Aline Magnani, el martes pasado, sentó presencia respecto de cómo buscarle respuestas desde lo emocional a las situaciones que se viven dentro de un campo de juego.

La angustia brasileña por la posibilidad de haber perdido ante los trasandinos de ninguna manera se quedó en una anécdota. Todo lo contrario: se indagaron causas y posibles consecuencias con el fin de saber cómo prepararse ante otra situación semejante. Un paso positivo, sin dudas, porque lo primero que revela es la sensación de que no alcanzan con las explicaciones alejadas de un rigor profesional. La descarga en lágrimas de la mayoría de los jugadores fue una prueba fechaciente de que el stress había entrado en escena.

¿Soportaría la Argentina una reacción idéntica? ¿Se apoyaría a Sabella o se lo criticaría en forma despiadada si es que acude a psicólogos? ¿El plantel albiceleste aceptaría de buen modo un hecho semejante al de sus pares brasileños?

Si Argentina quiere jugar los siete partidos debe tomar todo tipo de actitud para mejorar hacia fuera y mejorarse hacia dentro. Nunca estará de más revisar qué se hace bien y qué no, porque la potencialidad de este plantel permite soñar en grande.

En caso contrario, si aún se advierte que algunos jugadores - Gago y Federico Fernández - aún están por debajo del nivel esperado, qué mejor que consultar a quienes más saben. De lo contrario, volverse a quedar afuera de cuartos de final, la máxima marca en los cinco últimos mundiales, será otra vez el prólogo a un muestrario de excusas.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA