El Shincal es un sitio arqueológico formado por ruinas precolombinas declaradas monumento histórico nacional. Quizá hasta aquí aportemos poco, pero vale aclarar que se trata de los restos de una antigua ciudad construida y administrada por el imperio Inca alrededor del siglo XV.
Funcionaba a modo de capital, considerada la más importante de la zona austral imperial. Situada en el trayecto del Camino del Inca, era un nudo o encrucijada del kapak ñan una red de vías de comunicación de miles de kilómetros que interconectaba los distintos territorios y ciudades pertenecientes a los vastos dominios de esa civilización, que llegan hasta Mendoza y que han sido declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad.
En este rincón árido de Catamarca, casi tapado entre las serranías del Quimivil, se halla este “ Cusco argentino”, y quizá suene pretencioso el mote, pero no se imagine nada parecido al enclave peruano en cuanto a paisaje, sino más bien en la trascendencia que tuvo este sitio para la cultura incaica.
Situado en el departamento de Belén, al extremo meridional del valle de Hualfín, a menos de 10 kilómetros de la localidad de Londres y a unos 1.300 metros de altura, entre el río Quimivil y el río Hondo, es una de las áreas a las que anhela llegar el viajero curioso.
Los vestigios de esa civilización emocionan; dicen que también las energías son potentes por aquí. Imaginen que hasta 1981 estuvo tapado por los arbustos "shinki", hasta que el doctor de la Universidad de La Plata, Rodolfo Raffino, lo advirtió y retomó los estudios del lugar.
Entre las conclusiones a las que llegaron los expertos se encuentra que, dada su ubicación estratégica y su imponente arquitectura,se trató de la capital meridional del Imperio Inca, que extendió sus dominios desde Colombia hasta Mendoza, siempre a lo largo de la cordillera de los Andes, a través de la que construyeron unos 25 mil kilómetros de caminos. Dentro del actual territorio argentino se cuentan cerca de 200 sitios arqueológicos atribuidos a la presencia incaica.
El Shincal estuvo habitado durante casi un siglo, hasta aproximadamente 1536, con un trazado urbano similar al de Cusco, como capital provincial y de rol estratégico en el camino del Inca entre el norte y la zona de Mendoza. Fue un centro administrativo y de redistribución de bienes que, en su parte urbana, habría contenido a 800 habitantes. En la zona rural aledaña se calcula que vivieron otros 3.000.
De acuerdo a las investigaciones del arqueólogo Rodolfo Raffino, jefe del Departamento de Antropología del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, todas las ciudades de los Incas eran construidas de forma similar, respetando el trazado urbano del Cusco aunque variando en escala.
A través de los más de doce años de excavaciones en el Shincal se reveló el uso que se le daba a cada tipo de edificio y cómo era la organización económica y social de los aborígenes.
El Shincal tiene una extensión aproximada de 1 km2. La zona urbana de 21 hectáreas comprende unos cien edificios; la rural, en tanto, es de 2.200 hectáreas.
La principal sección son los recintos rectangulares, con paredes de piedra alineadas de norte a sur de dos metros de altura. Cerca hay altares, habitaciones, miradores y tronos, además de morteros. Cada uno de ellos cumplía funciones específicas dentro de la organización social. Así lo explican en el museo ubicado junto a la entrada del predio.
El emplazamiento se debería a las condiciones estratégicas que ofrecía la región: la cercanía de bosques de algarrobos, chañares y viscos, y la de los ríos Quimivil y Hondo. La elección de los incas de ubicar allí el complejo se relaciona con lo que en esta cultura se llamaba “Tinkuy” o lugar de reunión.
Las ruinas
Si bien existen vestigios preincaicos con indicios de la cultura Belén, el sitio cobra relevancia tras la invasión quechua y durante un período que va desde 1471 a 1536, aproximadamente.
Por ser estratégico en el camino del inca, en sus 24 hectáreas, fue dotado de una plaza central con un ushnu (pequeño montículo piramidal símbolo del poder incaico), y un centenar de edificaciones tales como diversos depósitos (kollkas y tampus) así como una especie de importante cuartel con viviendas de pirca (paredes de piedra) del tipo kallanka. Tales pabellones rectangulares parecen haber servido como habitaciones comunales y fábricas (en especial, textiles).
Tras la caída del Tawantinsuyu y el temprano ingreso de los conquistadores españoles -Diego de Almagro en 1536- la pequeña ciudad precolombina, que habría reunido a unas 800 personas, fue paulatinamente despoblada para desestructurar las defensas que oponían los aborígenes diaguitas. Cerca de ahí se fundó y pobló la ciudad catamarqueña de Londres, hacia 1558.
Actualmente, y desde 2004 es lugar de celebración del Inti Raymi (Año Nuevo de los Pueblos Originarios) cada 21 de Junio, por lo que ya no debe ser considerado una ruina arqueológica sino un centro ceremonial vivo.
Información
Para ubicarse: Los que llegan en cualquier época del año se encuentran con Londres. Es una localidad ubicada al sur de la ciudad y departamento de Belén, en Catamarca. Además de lo llamativo de su nombre, Londres tiene la particularidad de ser la segunda localidad fundada en el territorio nacional (en 1558 y después de Santiago del Estero). Se ubica a cinco km del Shincal, a 15 de la ciudad de Belén y a 297 km de la de San Fernando del Valle de Catamarca.
Para llegar: el complejo El Shincal se encuentra al noroeste de Londres y se accede por la quebrada del Río Quimivil. Hay un camino que parte de la Ruta Nacional 40 (la "ruta arqueológica") y que llega justo hasta el pie de la muralla del complejo.
Para hospedarse hay albergues, hostería y campamento.
Otros dato: Desde hace algún tiempo el gobierno catamarqueño como el Conicet, trabajan en la puesta en valor del sitio. Allí cada 21 de junio se celebra allí el año nuevo de los pueblos originarios.
Museo interpretativo Llegando a El Shincal, se encuentra el museo que ayuda a entender lo que significó esta ciudad y lo que dicen hoy las ruinas de los usos y costumbres.