La rusa Maria Sharapova ayer ganó el segundo título de Roland Garros de su carrera al vencer a la rumana Simona Halep, por 6-4, 6-7 (5-7) y 6-4, declaró que había sido “la final más dura” que ha jugado.
“Ha sido la final más dura que he disputado en mi carrera. Es una victoria muy emotiva. He estado en muchas finales y cada victoria es distinta, pero según voy madurando, después de un partido tan emocionante, me doy cuenta de lo que es ganar un Grand Slam”, dijo en rueda de prensa.
Sharapova, que nada más llegar a la sala abrazó el trofeo y se ganó un aplauso de los periodistas, tuvo palabras de elogio hacia Halep (de 22 años), a la que batió en 3 horas y 2 minutos.
“Es capaz de jugar un tenis de gran calidad, merecía estar en esta final y me llevó hasta el límite. Ha sido muy regular y va a ser número tres del mundo (el lunes en la clasificación de la WTA). Pudo haber ganado”, señaló la de Siberia.
Ganadora en Wimbledon hace diez años, cuando contaba con 17, sumó cinco Grand Slam y con este triunfo, Sharapova se convirtió en la segunda tenista más ganadora de la historia, en lo que a dinero respecta (30,4 millones de dólares en premios), por detrás de Serena Williams con 56 millones.
Rafa Nadal y Novak Djokovic, una final para la eternidad
Novak Djokovic puede entrar definitivamente en la lista de los mejores jugadores de la historia, pero para ello deberá destronar hoy en la final de Roland Garros a Rafael Nadal (en vivo a las 9.30 por ESPN) y evitar que aumente su récord a nueve coronas en el polvo de ladrillo de París.
Cuarenta años después del primero de sus seis títulos en la capital francesa, el sueco Bjorn Borg será el encargado de entregar la Copa de los Mosqueteros al vencedor.
Pasará a manos de Nadal, considerado su heredero como mejor jugador sobre polvo de ladrillo de todos los tiempos, o de Djokovic, convertido en el gran rival para la eternidad del mallorquín.