Desde que asumió al frente de la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), hace dos meses, la labor de Sergio Vergara no ha escapado de las medidas que se han tomado en otros ámbitos del Gobierno actual: evaluar e intentar ordenar. En el camino también se dio de baja a 80 empleados, al igual que ocurrió en otras reparticiones públicas.
Vergara recibió a Los Andes y en un diálogo ameno hizo un balance del funcionamiento de la entidad (la más grande de la provincia) y las medidas para mejorarla.
-¿Cuáles son las principales problemáticas que piensa abordar en la obra social?
-Hemos constituido una junta de investigación. La semana pasada presentamos cuáles son las líneas de trabajo: qué está pasando con los medicamentos (un tema que tiene varias aristas), también sobre el tema anestesia, la administración de los recursos humanos y ciertas irregularidades que hemos detectado con las denuncias penales, lo que corresponde a Fiscalía de Estado. También hemos abordado el tema infraestructura.
-¿Qué falencias encontraron al respecto?
-En medicamentos la obra social tenía un convenio desde el año ‘96 a la fecha, con transformaciones en el tiempo. Tenía una serie de descuentos que fueron modificados en los últimos años, cosa que llama la atención porque la obra social ha perdido descuentos e impacta en $ 80 millones anuales.
Con cadenas de farmacias tenía 13% y se modificó al 10%. En laboratorios tenía el 40% y ahora algunos medicamentos tienen un piso de 32%. Estos son temas que se han negociado, creemos que es una irregularidad porque alguien tomó la decisión y eso atenta contra los intereses económicos de la obra social.
En este sistema hemos visto que hay médicos que han prescripto más de 30 mil recetas por año, eso no es posible. Hay farmacias y profesionales involucrados, no sabemos si lo hicieron conscientemente o alguien robó su matrícula o su sello, estamos trabajando en ello.
-¿No se realizaban controles?
-Desde el año 2010 la obra social tomó la decisión política de no hacer más auditorías en ambulatorios, entonces no se controló más. Hay un área específica para tal fin pero hace años que no tienen indicaciones de nada. Independientemente de los recursos, se trata de garantizar calidad al paciente.
-¿Qué ha pasado con los planes especiales?
-En los planes especiales los procesos de auditorías tampoco han estado activos, no se ha auditado por especialidad ni se han articulado con programas preventivos. En pacientes oncológicos teníamos hasta 2011 un convenio en el cual la Provincia y la obra social compraban juntas los medicamentos, esto significó un ahorro importante. Pero la obra social pasó a comprar sola, lo que produjo un aumento del gasto en ese ítem de 100%.
En esclerosis múltiple tenemos la mayor tasa del país; no sabemos si es un número real, ha habido adulteraciones en el ingreso de los pacientes o hay cuestiones socioambientales. Lo mismo con diabetes y patologías crónicas. Todo lo que es segundo nivel (internaciones) se compraba por módulos. El afiliado iba a internarse y pagaba un coseguro.
Pero dejó de hacerse así y por eso hay casos en que se lo cobran al paciente por separado, por ejemplo la anestesia porque dicen que lo que les pagan es insuficiente. Haber permitido que se saque el módulo es al menos llamativo... cuando se levantaba el servicio el anestesista directamente cobraba en efectivo porque le cobraba al afiliado, quien tenía que hacer un esfuerzo bárbaro. Eso después se lo reintegraba la obra social cuando podía. Esto también se da en muchas otras prestaciones, por ejemplo los bioquímicos.
-En la práctica la gente dice que no tiene garantizados los servicios: algunos especialistas no quieren recibir la obra social, en los efectores faltan insumos o no hay determinados servicios...
-Hemos llegado a una situación de tal descrédito que hoy los afiliados ven fantasmas en el aire. Hay muchas cosas que OSEP no ha cubierto y que aun hoy no cubre. Cuando van al médico si les cobran un coseguro no es de $ 30, sino 100 o 150, ¿cómo no se va a enojar el afiliado? Esto ocurre no sólo porque la obra social les debe, también estos señores tienen un convenio que no están cumpliendo.
-¿Qué se va a hacer con esta situación?
-Estamos en una instancia de repactar convenios, de ambulatorios primeramente pero también es responsabilidad del afiliado no prestar el carnet.
-¿Qué sucede con el servicio de odontología? Hay afiliados que han tenido que suspender el tratamiento de ortodoncia porque los turnos eran muy esporádicos e incluso para comenzar se los daban con un año de dilación.
-Lo de los ortodoncistas ya está resuelto: no sólo ha cambiado el sistema de acceso sino que también ya se ha mejorado el tema del tratamiento. Todos los efectores propios de odontología están cambiando el sistema.
-Los afiliados sostienen que la atención es buena pero que la estructura no es suficiente para dar respuesta a 400 mil personas...
-Hay que desmitificar algunas cosas. La estructura de servicios tiene efectores propios que son los hospitales y las delegaciones, pero también está la parte pública y la red privada donde prácticamente todos son prestadores de OSEP.
-Pero si se van a atender al privado no los atienden y terminan en las delegaciones, donde deben esperar horas o si tienen que llamar al 0 800 es muy difícil conseguir turnos ya que les cuesta ser atendidos...
-Eso no lo puedo discutir porque así funcional el call center. Ingresan 30 mil llamados mensuales, se atienden 10 mil y tenemos turnos para 1.500. Son 30 personas las que atienden el teléfono pero si los duplicamos no sirve de nada porque igualmente no tendrían turnos. Lo que necesitamos es tener la agenda de turnos de los prestadores para poder dar para el médico privado. Los especialistas también tienen muy pocos turnos disponibles, es otra estrategia para sacarte la plata en efectivo.
Es real, si se va a sacar turno por OSEP dicen que ya tienen todos los turnos dados y le dan para dentro de tres meses, pero les dicen ‘si quiere venir por privado yo puedo darle un turno y puede ser para mañana’. Si quiero resolver este tema ahora me tengo que juntar con los prestadores y ver la forma en que van a prestar el servicio y ver que se cumpla el convenio, pero eso es un proceso largo. Yo creo que la gente va a empezar a percibir cambios en abril o mayo en lo que tiene que ver con ambulatorios, aunque algunos cambios ya se deben percibir.
-La desvinculación de empleados generó bastante ruido. ¿A quién se dio de baja?
-La obra social duplicó su personal, por lo que se vieron perjudicadas las condiciones de trabajo: se pasó de un costo de 22% del presupuesto al 38%. Hay un 16% de incremento que se sacó a los servicios que se dan a los afiliados para atender peor a todos los empleados.
La gente que se ha desvinculado estaba en un 90% vinculada al poder y algunos profesionales que se ha visto que han ingresado en forma irregular, porque nosotros no hemos despedido gente que no tenga otras condiciones que no sean ingresos irregulares. Y también algunos contratos que se ha considerado que eran prescindibles.
La crisis de los hospitales de la obra social
Los hospitales de OSEP (Del Carmen, Misericordia y Fleming) están hace tiempo bajo la lupa por la calidad de sus servicios, ya que reciben gran cantidad de consultas y no siempre tienen los recursos (económicos y humanos) para atenderlas.
“El Del Carmen es un efector controvertido -admite Vergara-. Tiene más de 100 años de historia, está en una situación muy crítica, con problemas de gestión agudos; trabajan 1.700 personas (incluido el Misericordia). Tenemos muy buenos servicios y profesionales de muy buena calidad, el tema es que en todo ese desbarajuste deslucen”.
El titular de OSEP asegura que quieren “dejar un hospital que tenga una alta resolución clínica, una terapia importante y una unidad coronaria fortalecida. Lo mismo con la parte de obstetricia, maternidad y neonatología. Hoy no existe en el sector privado algo que pueda competirle al Misericordia en cuanto a la calidad humana del servicio e infraestructura”.
Y agrega que tratarán de derivar algunos servicios que dan allí al sector privado “para descomprimir áreas como las guardias, que son críticas. Creo que estamos trabajando en un proyecto bastante ambicioso”.
En cuanto al sanatorio Fleming, dice que “tiene una realidad totalmente distinta. Luego del traslado de profesionales al Misericordia nunca encontró un rumbo. Y justamente Mendoza tiene una crisis importante de pediatras, como todo el país. El Fleming siempre actuó como satélite del Notti. La idea es que en esto sea más sólido y desarrollar especialidades complementarias. Es un hospital que la provincia necesita, no sólo los afiliados”.
Los reclamos por fertilidad y discapacidad
-Los reclamos por tratamientos de infertilidad son recurrentes porque se da cobertura a unos pocos casos, ¿qué se piensa hacer?
-El tema no está resuelto en Argentina, porque hay una ley de fondo que establece que estos tratamientos son un derecho y se incluyen todos los procesos generales. Eso es muy bueno decirlo pero no dicen con qué ni cómo. Entonces estas leyes que generaron tantos derechos sobre los ciudadanos dieron pie a prestadores de esos servicios inescrupulosos: hay pacientes con enfermedades crónicas que no van a poder lograr un embarazo aun utilizando estos procedimientos de fertilidad.
Cuando aparece el recurso de amparo hay que hacerlo y son muy pocos los resultados positivos. Todos provienen del mismo grupo económico, todos los amparos tienen nombre y apellido, está armado con el médico tratante; estamos haciendo una investigación importante en este tema. La obra social quiere contribuir en esto con racionalidad, donde podamos garantizar condiciones básicas de acceso y en un marco de ley. Por eso queremos trabajar con los legisladores de la provincia para encontrar un marco regulador de esta situación.
-Otros reclamos habituales son de los afiliados con discapacidad...
-El tema es controvertido, no se va a terminar de resolver nunca porque la discapacidad demanda mucho. Es imposible que los usuarios estén satisfechos. Queremos trabajar con asociaciones y el defensor de la Discapacidad y articular con ellos para garantizar condiciones de acceso.