Respecto a los beneficios certeros relacionados al uso del aceite de cannabis, existen posiciones encontradas.
El titular de Toxicología de la provincia, Sergio Saracco, mantiene una postura prudente: “El cannabis es un psicoactivo que actúa sobre el sistema nervioso central, lo que hace que el paciente se sienta mejor. Pero no implica una mejora cierta respecto a su patología y puede llevar a que suspenda el tratamiento”.
Por esta razón, el especialista considera “fundamental recibir un diagnóstico de certeza”, lo que permitirá que se realice “una investigación clínica, analizando los efectos secundarios y ver si se ajusta al tratamiento al caso”.
Teniendo en cuenta el creciente interés que despierta este producto en pacientes de diferentes patologías, Saracco aclara que “no es agua bendita” y que no se deben “crear falsas expectativas”, sino “ser cautos y tener un cuenta que es un químico que se está investigando. No puede ser una panacea”.
Otro de los puntos que el titular de Toxicología considera importante es que “no sabemos durante cuánto tiempo puede ser suministrado ni los efectos secundarios”, teniendo en cuenta que los pacientes presentan enfermedades crónicas.
En este sentido, Judith Simone se muestra de acuerdo con Saracco en que “no es una panacea”, aunque aclara que “sí se conocen los efectos secundarios y, si se sabe elaborar el producto, se pueden corregir”.
Por su parte, Vanesa Funes recuerda que se han realizado numerosas investigaciones “en muchos países, como Canadá, Israel, Estados Unidos y Chile” y que “no necesitamos comprobar en Mendoza que la penicilina es buena para usarla. Con esto es igual”.
Mientras tanto, en la Universidad de La Plata los doctores Marcelo Morante y Carlos Magdalena trabajan en el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos con la idea de desarrollar el aceite.
Saracco destacó la importancia de que la fabricación sea siguiendo “las normas farmacéuticas de elaboración, a partir de una estandarización”, y que “se ha demostrado que en la elaboración artesanal esto no se cumple”.
Al respecto, Vanesa retruca confiada: “Es imposible echar a perder el aceite si el Gobierno te da un protocolo de elaboración, como hacen en Chile. Además, va a traer de afuera un genérico que no es de buena calidad”.
Por su parte, el médico clínico F.O. (quien está tratando a pacientes con el aceite desde noviembre de 2016 y que prefiere mantener el anonimato por una cuestión legal), considera que los cannabicultores son “unos sabios que cultivan distintas variedades de plantas y elaboran el producto con gran precisión”.
Otro punto que preocupa a Saracco es la desesperación de las personas que, en ciertos casos, compran cualquier tipo de aceite (desconociendo la concentración de los mismos) y no cuentan con un diagnóstico adecuado. “A veces están perdiendo el tiempo de empezar con un tratamiento oportuno”, agrega.
F.O. destaca que es en las reuniones que mantienen los especialistas junto a los pacientes y los cultivadores donde se van ajustando las preparaciones a partir de las necesidades que manifiesta cada persona. “Hay mejoras y retrocesos, y es ahí donde entran los conocimientos de los cannabicultores”, remarca.
Además, este galeno mendocino cree que las personas deben tener en cuenta que “no quita la enfermedad” y que se usa como tratamiento paliativo “que nos permite quitar medicaciones que son mucho más adictivas y costosas”.