Sergio García demostró finalmente las virtudes necesarias para ganar un major. Y como evidencia de ello, podrá colgar en su armario un saco verde.
El español necesitó desplegar su mejor golf casi en cada golpe durante la última hora, y se sobrepuso a una desventaja de dos impactos con seis hoyos por disputar.
Terminó superando a Justin Rose en un hoyo de desempate, y se coronó ayer en el Masters de Augusta, su primer cetro en un major tras casi dos décadas.