Serena Williams está a un partido del récord de 22 victorias en Grand Slam de Steffi Graf, la final del Abierto de Australia que disputará ante otra alemana, Angelique Kerber, debutante en estas alturas, mañana en Melbourne.
El anuncio es el mismo que hace cuatro meses en el US Open. La estadounidense ganó los tres primeros títulos grandes de la temporada 2015 y parecía intocable. Fue atrapada por la presión y cayó en semifinales ante la italiana Roberta Vinci, una jugadora con peor ranking que Kerber (43ª frente a 6ª).
Después de esta decepción, que la dejó sin el Grand Slam, Serena se tomó un largo periodo de descanso. Con 34 años ha regresado incluso más fuerte que antes.
Sus seis primeros partidos en Melbourne hablan por ella: Ha cedido 2,6 juegos por set de media, lleva 46 aces y 83% de acierto en la red.
"Soy más regular y más estable mentalmente. Creo que es el mejor torneo de Grand Slam que he jugado en el último año", dijo la estadounidense, indiscutible número 1 mundial.
En Melbourne no tuvo un sorteo fácil, si esto se puede decir cuando se trata de hablar de una jugadora tan dominante como Serena.
"Sé que lo puedo hacer"
La rusa Maria Sharapova, el mejor palmarés de la WTA por detrás de la estadounidense, aparecía en cuartos. Cayó 6-4 y 6-1 en la que fue su 18ª derrota consecutiva ante su gran rival.
Consciente de la amplitud del reto, Kerber se quita presión: "No tengo nada que perder, la mayor parte de la gente piensa que Serena va a ganar".
La alemana, de 28 años, estará por primera vez en el partido por el título en un torneo mayor. En su palmarés cuenta 7 títulos de la WTA y es conocida por ser una gran batalladora en la pista.
Intentará repetir su victoria en Cincinnati-2012, la única que suma en sus seis partidos contra Serena.
"La gané una vez, por lo que sé que lo puedo hacer", insistió la jugadora.
Además de superar a Graf, Serena tiene en el punto de mira el récord absoluto de torneos del Grand Slam (sin contar la era Open, que comenzó en 1968).
Pertenece a la australiana Margaret Court-Smith, que alzó 24, una cifra que la estadounidnense podría alcanzar al final de la temporada si firma un curso tan brillante como el de 2015.