Un par de horas antes de la final y con las tribunas vacías, Serena Williams ensayó sus tiros en la pista central mientras una banda tocaba en la plaza adyacente. Cuando la música se detuvo, los asientos se llenaron y el partido comenzó, Williams entró a lo suyo, implacable en su empeño para doblegar a la rusa María Sharapova, su rival de numerosas batallas. Con una victoria 6-4 y 6-4, la número uno del mundo conquistó su primera corona de Roland Garros desde 2002.
"Once años", dijo Williams en francés en la entrega del trofeo. "Creo que es increíble. Ya tengo 16 títulos de Grand Slam. Me cuesta poder hablar por tanta emoción". Luego fue el turno de entonar el himno nacional para el primer campeón norteamericano -hombre o mujer- en la arcilla de París desde que Williams se había consagrado hace 11 años.
Williams clavó 10 aces, incluyendo tres en el último game. El saque más potente del partido se lo guardó para el punto de campeonato. Se puso de rodillas, pegó un grito al cielo y enterró su rostro en el polvo de ladrillo. La victoria completa su retorno al primerísimo plano del tenis femenino desde que perdió sorpresivamente ante Virginia Razzano, número 111 en el escalafón mundial, en la primera rueda de Roland Garros hace un año.
Desde esa derrota ha cosechado una foja notable de 74 victorias y 3 derrotas, incluso títulos en Wimbledon, el Abierto de Estados Unidos, los Juegos Olímpicos de Londres y el campeonato de la WTA de fin de temporada. Williams lleva un récord personal de 31 triunfos consecutivos.
A los 31 años, Williams es la mujer de mayor edad que gana un título de las grandes citas desde que Martina Navratilova se impuso en Wimbledon en 1990 a los 33 años. Sharapova completó un Grand Slam al ganar Roland Garros el año pasado pero la rusa no puede con Williams, ahora abajo 14-2 en el historial, incluso victorias en los últimos trece encuentros, cuatro este año.
La final del torneo femenino siguió la lógica ya que se enfrentaron Williams, número uno, y Sharapova, número dos. Pero es la primera vez que chocan en la final la primera y segunda cabezas de serie en un Grand Slam desde 2004.
Ambas jugadoras exhibieron su juego típicamente agresivo desde la línea de base, pero el saque y la defensa superiores de la estadounidense establecieron la diferencia. Williams corrió de un lado a otro despidiendo latigazos al parecer sin mayor esfuerzo, mientras que la rusa tuvo que esforzarse para defender cada punto, emitiendo su gruñido habitual.
Cuando Williams en determinado momento respondió con un gruñido propio al ganar un punto, el público se echó a reír. "Adoro París", dijo Williams. "Paso mucho tiempo aquí. Vivo aquí, me entreno aquí. Creo que soy una parisina".
Williams también felicitó a Sharapova durante la ceremonia. "Disputó una bonita final", dijo Williams en francés. "Es una gran campeona. Espero medirme otra vez con ella el año que viene''.
"Merci beaucoup", respondió Sharapova sonriendo. En una jornada calurosa, las finalistas mostraron feroz determinación desde el comienzo. Como muchos espectadores temían que Williams pudiera ganar rápidamente, empezaron a alentar a Sharapova después de que la rusa perdiera los primeros dos puntos.
Sharapova superó los primeros cuatro puntos de quiebre para mantenerse en el game hasta que Williams empezó a asentarse. A la estadounidense le tomó 17 minutos ganar un game, pero después hilvanó cuatro seguidos.
Después de que la rusa igualara en 4, Williams pasó al frente hacia el final del primer set y se lo llevó ganando ocho de los diez últimos puntos. La rusa resistió al comienzo del segundo capítulo cuando aguantó cinco puntos de quiebre, pero a partir de allí fue cuesta abajo. Williams mantuvo su saque con facilidad hasta el final.
Williams tiene 16-4 en finales de Grand Slam. Es la tenista en actividad con más títulos grandes, 16, y está sexta en la lista de todos los tiempos. Margaret Court tiene el récord con 24. La estadounidense mejoró a 43-2 este año, incluso 23-0 en polvo de ladrillo. Ahora viene la transición a las canchas de césped, y será también favorita para alzarse con Wimbledon por sexta vez.