La estadounidense Serena Williams, número uno del tenis femenino y flamante campeona del Abierto de Australia, admitió “sentirse feliz por regresar a la Argentina”, esta vez en el marco de la serie de Copa Federación que animarán ambos países el fin de semana en Pilar, que se revolucionó con su presencia.
“Me siento feliz de volver a la Argentina. Tenía muchas ganas de visitar Buenos Aires una vez más y espero que la gente disfrute del partido”, comentó la notable tenista de 33 años en la rueda de prensa que ofreció a los medios en el Pilará Tennis Club, donde mañana y pasado se jugará la serie del Grupo Mundial II.
Serena, considerada como una de las mejores tenistas de todos los tiempos, conquistó 65 títulos de la WTA, 19 de ellos de Grand Slam; el último, el sábado pasado en Melbourne, donde ganó el abierto australiano tras vencer en la final a la rusa María Sharapova.
Su porte de campeona, el “glamour” que destila en cada paso, en cada uno de sus movimientos, no pasó inadvertido en Pilar, que albergó a una importante cantidad de público únicamente para verla entrenarse y motivó a instalar unas tribunas tubulares que aumentarán la capacidad del estadio de 500 a 2.500 personas.
“Atravieso una etapa de mi vida en la que disfruto mucho el tenis, los viajes y la competencia. Representar a mi país significa mayor compromiso, ya que no juego para mí”, analizó la menor de las hermanas Williams, quien acaparó la atención de todos los medios y dejó en un segundo plano al resto del equipo estadounidense.
Serena se mostró de muy buen humor e intercambió miradas cómplices con su hermana Venus, con quien ya estuvo en la Argentina, a fines de noviembre de 2013, cuando ambas brindaron una exhibición en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.
La líder del ranking mundial estuvo acompañada por las otras tres integrantes del poderoso equipo norteamericano: su hermana Venus (11), Coco Vandeweghe (32) y Taylor Townsend (96), más la capitana Mary Joe Fernández, una ex tenista contemporánea de la argentina Gabriela Sabatini en las décadas de 1980 y 1990.
El equipo estadounidense, amplio favorito en la eliminatoria ante las argentinas, trajo como cartas fuertes a las Williams y se dio el lujo de cambiar esta semana a dos jugadoras, ya que Vandeweghe y Townsend remplazaron a las lesionadas Varvara Lepchenko (29) y Madisoy Keys (20), esta última semifinalista en Australia.
Con la imponente Serena y su hermana Venus, Estados Unidos pretende regresar al Grupo Mundial este año en el que muestra un gran crecimiento en su tenis femenino, con 13 jugadoras entre las primeras 100 del ranking mundial (Argentina no tiene ninguna) y 7 entre las 50 mejores.
“La Copa Federación es una competencia donde no influye tanto el ranking como en el circuito. Tomamos este partido con seriedad. De hecho estoy tratando de adaptarme rápido al polvo de ladrillo, luego de haber jugado sobre superficies duras desde que comenzó el año", concluyó Serena, con una humildad que intentó minimizar las enormes diferencias que existen con el equipo argentino.
Ormaechea se olvidará de idolatrías
La santafesina Paula Ormaechea, líder del equipo de Copa Federación de la Argentina, anticipó que dejará de lado la idolatría que profesa a las hermanas Serena y Venus Williams, e intentará ganarles en la serie que animarán ante los Estados Unidos el fin de semana en Pilar.
“Jugar con la camiseta argentina significa un orgullo muy grande, así que dejaré de lado la idolatría hacia las Williams e intentaré ganarles”, disparó la tenista en la sala de prensa del Pilará Tennis Club, sede que albargará la eliminatoria.
“En el tenis todo puede suceder y más allá de que se trata de tenistas extraordinarias, jugamos en casa y con una superficie que nos favorece, así que podemos complicarlas”, añadió en tono optimista.
La santafesina no atraviesa un buen momento e inició el año con derrotas. “Vengo de un 2014 malo, con muchas lesiones. Es cierto que en el inicio no se me dieron los resultados, pero estoy contenta porque puedo competir sin dolores; eso es algo muy positivo”, destacó Ormaechea, dueña de una derecha potente.