Viven el básquetbol en la sangre. Lo sienten como propio. Dejan el alma en la cancha. Y si encima se juntan, tiran del mismo carro y dan espectáculo con juego colectivo, la cosecha no sólo es propia sino que la disfruta el resto. Serbia, esa escuela de básquetbol que viene desde la ex Yugoslavia, derrotó a Francia y el domingo jugará la final del Mundial de España ante Estados Unidos.
Con un triunfo por 90-85 que comenzó a sustentar en el segundo cuarto y que estuvo en vilo en el último por la remontada francesa, el seleccionado balcánico festejó de lo lindo en Madrid. Francia, en tanto, se medirá con Lituania por el tercer puesto hoy a las 13 de la Argentina.
La gran estrella de la jornada fue Milos Teodosic, líder y conductor serbio, ya que en más de 30 minutos de juego, anotó 24 puntos con 9-12 tiros de campo. Infernal. Imparable.