Ser o no ser Charlie es un dilema en América Latina, donde, si bien todos los gobiernos y grandes medios latinoamericanos condenaron enérgicamente los atentados en París, algunos países como Cuba, Venezuela, Ecuador e incluso nuestro país evitaron mencionar la libertad de expresión en sus notas oficiales de duelo.
Uno a uno, gobiernos y medios expresaron su horror y su solidaridad con Francia tras los atentados que dejaron 17 muertos y 20 heridos la semana pasada.
Pero también resonó el lema “Je ne suis pas Charlie” (“Yo no soy Charlie”), que contradice el eslogan internacional “Je suis Charlie” en apoyo a la revista satírica Charlie Hebdo.
Con el hashtag #YoNoSoyCharlie, las voces discordantes se manifestaron desde blogs, redes sociales y columnas de opinión para argumentar que la libertad de expresión tiene un límite y que no se puede defender a una revista “racista” que insulta a las minorías.
También es cierto que en América Latina no hay revistas con viñetas tan provocadoras como las de Charlie Hebdo. En la mayoría de los países no serían culturalmente aceptadas. Eso sí, los caricaturistas más conocidos de la región portaron estos días la leyenda “Yo soy Charlie”.
“A mí me ha pasado también de haber hecho dibujos que han enojado a mucha gente, especialmente con el tema religioso. Hay gente que tiene una sensibilidad exagerada”, consideró el mendocino Joaquín Lavado, mundialmente conocido como Quino.
#YoNoSoyCharlie
Justamente, una de las bases de esta beligerancia discursiva es el antiamericanismo que impera en la región, explicó Carlos Malamud, investigador de América Latina para el centro de estudios español Real Instituto Elcano.
“En América Latina el antiimperialismo se ha instalado con fuerza, no ahora sino desde hace mucho tiempo. Y esta idea va unida a una especie de antieuropeísmo y antioccidentalismo en algunos casos: la idea de que el enemigo no sólo es Estados Unidos, sino Occidente”, dijo. El experto destacó que los gobiernos de Cuba, Argentina, Venezuela y Ecuador, todos países con estrictas -o cuando menos polémicas- leyes de medios, eludieron mencionar la libertad de prensa en sus condolencias oficiales.
Yo soy Nigeria
Varios fueron más lejos y evocaron la historia colonial de Francia y sus intervenciones militares en África y Oriente Medio para contextualizar los atentados. Muchos comentaristas también exigen de los medios una cobertura que dé igual importancia, por ejemplo, a la reciente escalada de ataques contra civiles por los islamistas de Boko Haram en el noreste de Nigeria.