Ser o no ser (candidato)

Previo a las generales del 21 de junio, el PJ deberá definir -un día antes- sus listas de legisladores nacionales. El dilema de Pérez es dar esa pelea o ceder en pos de evitar la furia final de Cristina.

Ser o no ser (candidato)
Ser o no ser (candidato)

Por Luis Abrego - labrego@losandes.com.ar

Una doble carrera contrarreloj se ha desatado en el oficialismo. Es que en la víspera del 21 de junio, fecha de las generales en la cual se dirimirá el próximo gobernador de Mendoza, será también la de la definición y cierre de la listas de legisladores nacionales que se elegirán en sintonía con la elección presidencial de agosto y octubre.

Ante tal bisagra en el calendario, por un lado, el Frente para la Victoria (FpV) busca denodadamente achicar la brecha final de casi cinco puntos que lo separan del opositor Frente Cambia Mendoza (CM), tarea de difícil concreción en el supuesto de que el candidato Adolfo Bermejo no logre contener la totalidad de los votos que también obtuvieron Guillermo Carmona y Matías Roby; o que por el contrario, el ganador de las PASO, Alfredo Cornejo no pierda votos en su tránsito preelectoral; o que en una tercera opción, el padrón pueda verse seriamente impactado si los trescientos mil mendocinos que no fueron a votar en abril decidieran ahora hacerlo en la general.

Aunque si ello ocurriera, la tendencia (que incluso en el oficialismo algunos ya tildan de “indescontable”) tal vez también se mantendría.

Pero la otra preocupación es la sorda disputa por la presentación el 20 de junio de las listas nacionales que parece haber impactado en el frágil acuerdo que los sectores mayoritarios de PJ cerraron como un gran combo tras proclamar la fórmula Adolfo Bermejo-Diego Martínez Palau para las PASO locales.

“No podemos transitar una campaña para la gobernación si en paralelo nos estamos matando por los cargos nacionales...”, se confesaba un dirigente con alta influencia en las decisiones del peronismo mendocino para justificar -en febrero- la bendición para que Francisco Pérez encabezara en agosto la boleta de diputados nacionales y Rubén Miranda la de senadores nacionales.

Es que ese pacto del cual -sobre la hora- los hermanos sanrafaelinos Omar y Emir Félix desistieron de avalar, fue no sólo la piedra de la discordia con la Casa Rosada y el motor de la furia kirchnerista contra Pérez, sino también el signo de que las cosas internamente no estaban bien, al extremo luego de presentar tres fórmulas.

Sobre las chances de mejorar en junio la performance del peronismo, son muchas las versiones según con qué sector interno se dialogue. Sin embargo, casi todas coinciden en cuestionar el estilo cansino y despreocupado que exhibe Bermejo. Son demasiados los dirigentes que preferirían verlo más en acción, con más presencia pública y en los medios, con un tono más agresivo y mostrando una rebeldía que tal vez no le sienta.

“El Adolfo debería hacer como hace el Carlos (por Ciurca) que se tomó licencia y está las 24 horas militando en Las Heras, visitando casa por casa para dar vuelta la elección” resume uno de los descontentos.

La campaña oficialista no despega y no hay línea política ni quién conduzca, se quejan otros por lo bajo, endilgando a Pérez esa responsabilidad, aunque reconociéndole que al menos por interés personal -y pese a sus problemas de salud- el mandatario no deja de dar pelea. “Se quiere salvar solo”, le enrostran en la justificación.

Los bermejistas se defienden diciendo que su líder está “enchufado” y dan como ejemplo la actividad de ayer en Las Heras, el reciente viaje a Chile donde junto a Pérez estuvo la presidenta Michelle Bachelet y el vuelo que hoy temprano emprenderá a Salta para estar (esta noche) en lo que se supone serán los festejos del kirchnerismo en la victoria de Juan Manuel Urtubey.

“Adolfo no va a caminar por caminar y es mentira que haya estado guardado. Cada salida será coordinada con los intendentes y las fuerzas vivas de cada departamento”, insisten en el búnker del maipucino.

Pero allí no se acaban los cuestionamientos: los observadores de la interna peronista también miran con recelo el desarrollo de los acontecimientos después de que la Junta Electoral proclamara ganador en Guaymallén a Luis Lobos frente al derrumbado Alejandro Abraham.

No es una revelación decir que las acusaciones cruzadas, las denuncias de fraude y las contradicciones entre dos ex socios políticos no suman para ganar un municipio más que significativo. Con un agravante: las acusaciones hacia Lobos no han podido ser superadas, ni siquiera con los intentos primero fallidos y luego forzados de “fotos de unidad” que nunca fueron tales.

Finalmente, hay quienes creen que la estrategia del desdoblamiento no ha hecho más que favorecer a Alfredo Cornejo y complicar las chances de algunas comunas, entre ellas Las Heras y Guaymallén pero, sobre todo, Luján, Tupungato, General Alvear y Santa Rosa.
Sobre la pelea por los cargos nacionales, esta semana Pérez y Miranda salieron a ratificar que darán batalla por un lugar en las listas.

Pérez, luego de los ninguneos del kirchnerismo y de jugar a las escondidas diciendo que se veía en “algún lugar” de un futuro e hipotético gabinete sciolista, aseguró que “su voluntad” es llegar a la Cámara baja nacional. No dijo que “la voluntad” de muchos otros no coincide con la suya.

Principalmente de la Casa Rosada que se aseguró, tras el último congreso partidario del PJ, que el denominado “armado nacional” del FpV quedará al arbitrio de la lapicera de uno de los hombres de confianza de Cristina Fernández, el camporista secretario general de la Presidencia, Eduardo “Wado” De Pedro. Será él quien cumplirá el deseo presidencial de tener listas en todo el país que, más que reflejar las realidades locales del PJ en cada provincia, aseguren hombres y mujeres incondicionales a la Presidenta.

Ésa es la única estrategia que permitirá extender la sobrevida del kirchnerismo más allá de 2015 como primera minoría (oficialista u opositora) en el Parlamento.

En ese sentido, está claro que más que en Pérez y en Miranda, en la Casa Rosada están pensando en dirigentes disciplinados y sin ningún atisbo crítico hacia Cristina, como es el caso de la nueva estrella K en ascenso, Anabel Fernández Sagasti, o el siempre dispuesto Carmona.

Desde el PJ sostienen que Cristina incluso estaría dispuesta a aportar en la campaña local pero para eso sería necesario algunos “renunciamientos”. Entienden que la ola de humildad que la Presidenta solicitó y que fue furor esta semana, debería alcanzar también a Pérez.

Al respecto, en el entorno de Bermejo anhelan que la definición de las listas no complique la fase final de la campaña. Imaginan a un Pérez resignado ante el cuestionamiento de la Casa Rosada y un gran acuerdo interno donde entren -por qué no- Miranda, Fernández Sagasti y Omar Félix.

Otro escenario de confrontación sería con dos presidenciables (Scioli y Randazzo) y sendas listas legislativas para dirimir en las PASO. Pero sobre esto, no se descarta que finalmente en algunas semanas Randazzo también ceda a sus aspiraciones, sobre todo si el desinflado Sergio Massa opta por competir en la provincia de Buenos Aires y entonces la figura del ministro preferido sea la carta de un triunfo K en el principal distrito electoral.

Ninguna posibilidad parece descartada y la tensión interna está planteada ante un contexto electoral que a un mes sigue apareciendo como adverso para el oficialismo.

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