Nueve meses después de la sentada que realizaron alumnos de la escuela de Comercio de General Alvear en reclamo de mejoras edilicias, los problemas sólo empeoraron; pero ahora también afectan al edificio de la escuela técnica Jorge Barraquero, que se abastece de agua con la misma cisterna.
Como lo reflejó Los Andes el 26 de junio de 2012 ("Estudiantes reclaman mejoras para el Comercial de Alvear"), el estado del colegio ya era deplorable en cuanto a los sanitarios, la instalación eléctrica, los viejos ventiladores, que aún siguen esperando reposición, las cañerías de agua y la calefacción.
Molestos por la publicación, el mismo día funcionarios de Infraestructura de la DGE comunicaron que en una semana pedirían derecho a réplica con un plan de obras en la mano. El llamado nunca llegó, y el plan de obras tampoco. Apenas unos arreglos económicos en algunas canillas y pintura al látex en las paredes de los maltrechos baños. Tal vez hasta hayan cambiado algún enchufe viejo, pero la mayoría siguen clausurados y exhibiendo tapones de cinta aisladora. Los ventiladores modelo 1981 nunca se renovaron y la ampliación de la red de gas para instalar cinco calefactores nuevos, todavía no se concreta.
Como si fuera poco, el jueves debieron suspender la actividad en la escuela 4-202 Río Atuel, que funciona en los turnos tarde y noche en el mismo edificio, y lo mismo pasó con el IES 9-007 Salvador Calafat, que también usa esas instalaciones y las de la escuela Técnica en sus 11 carreras superiores.
Las cuentas son sencillas. El mismo tanque de agua potable se utiliza para abastecer de líquido a cuatro establecimientos secundarios y un terciario, que suman entre todos una población estudiantil, de administrativos y docentes que ronda las 3.000 personas diarias.
Tal tránsito de gente agota la capacidad de reposición de la cisterna, que apenas alcanza para que la escuela de Comercio tenga agua en el turno mañana y su vecina, la Jorge Barraquero, hasta las 10.30. Después, la sequía se prolonga hasta la noche.
Por este problema, no hay sanitarios ni bebederos disponibles; los alumnos que concurren a clases de taller ni siquiera pueden lavarse las manos al terminar y el personal de la escuela Barraquero se las apaña llevando bidones de agua potable para que al menos los estudiantes puedan saciar la sed.
"No nos podemos quedar sin este recurso necesario para consumo, los sanitarios, la higiene y la limpieza del edificio", relató la directora de la escuela técnica, Mabel Figueroa. Aunque el reclamo ya se hizo varias veces desde todos los colegios que hay en la manzana, desde Infraestructura sólo responden que ya hay un expediente en marcha y que se necesita un presupuesto de 500.000 pesos para ponerlo en marcha. El problema es que "no hay fondos".
"Entiendo que en este momento debe haber muchísimas escuelas que deben tener necesidades, pero en la nuestra es una obra de primera necesidad", reclamó la docente.
