"El Señor es mi Pastor nada me puede faltar". Tal fue el Salmo que marcó la despedida, en el Cementerio Parque Jardín Mendoza, de las tres mujeres asesinadas en la madrugada del domingo.
Los restos de Claudia Lorena Arias (31), Marta Susana Ortiz (45) y Silda Vicenta Díaz (90), fueron velados desde la tarde del lunes en una funeraria de Godoy Cruz, oportunidad en que decenas de personas, amigos, compañeros de trabajo, vecinos y desconocidos, se acercaron para acompañar a las familias.
Y fue a las 15.30 de ayer que partió el cortejo hacia el cementerio ubicado en Luján de Cuyo.
Llamó la atención la convocatoria de varios móviles y efectivos policiales, a los que se sumaron también motorizados de Tránsito de Godoy Cruz que fueron abriendo el camino del acompañamiento. La razón de tanta presencia de uniformados fue abortar la idea de que el cortejo pasara por la casa del gobernador Alfredo Cornejo.
La última morada
Así, los tres coches fúnebres con los restos Silda, Marta y Claudia, enfilaron por el Acceso Sur hacia su última morada. Atrás, una apretada caravana de vehículos los seguía.
En el cementerio se ofreció una misa a cargo del padre Gustavo Peroni, de la iglesia de San Antonio de Padua, donde en agosto pasado Claudia bautizó a su hija Mía, hoy de 10 meses, que continúa internada en el hospital Notti, recuperándose de las graves lesiones que le provocara el ahora detenido Daniel Zalazar, señalado como el padre de la criatura.
La madre y una hermana de Claudia leyeron emocionadas hasta las lágrimas citas bíblicas en el inicio de la ceremonia.
Y después el párroco dijo: "Hermanos, que la paz y el consuelo de Dios estén, ahora y siempre, con cada uno de ustedes".
El mensaje religioso es contundente: lograr la paz tras la tragedia y consuelo ante lo irreparable.
La gente -más de un centenar de personas- siguió la ceremonia con recogimiento y emoción.
También hubo llantos y congoja por parte de los familiares más directos, entre ellos los dos hijos de Claudia (Milagros, la nena de 12 años que no estaba en la casa durante la masacre y Bautista, de 9, cuyo llamado permitió encontrar los cuerpos), acompañado permanentemente por sus más íntimos.
"Esta es la luz de Cristo", entonó el coro conformado por Roberto Rojas, Raquel Herrera y Fernando Fiorentino (convocado por el padre de Claudia) y el público acompañó la música sacra.
Durante la ceremonia, en la homilía, se hizo una directa referencia a que "ante el dolor, es importante recordarlas en vida".
A Claudia por su dedicación al cuidado de sus hijos, mientras que también se hizo referencia a los 61 años de matrimonio de Silda con Guillermo, "el que ahora la estará esperando en el cielo".
Agradecimiento y consuelo
Al finalizar la misa fueron las hermanas de Claudia las que, cada una a su turno, agradecieron el apoyo de toda la gente "que nos acompañó" y el reclamo de "consuelo" al Altísimo.
Al final, y cuando el cielo se oscureció y algunas gotas de lluvia se incorporaron a la emotiva escena, los tres féretros fueron llevados hasta la tierra abierta.
Y como al principio, se escuchó: "El Señor es mi Pastor nada me puede faltar...", palabras que, como nunca antes, fueron acalladas por el llanto de la gente.
Al final un respetuoso silencio marcó el camino del doloroso regreso a la vida cotidiana porque, en palabras de una amiga de las víctimas, "ya nada será igual en la casa de la calle Entre Ríos al 1800 del barrio Trapiche...".
La evolución de los dos pequeños
A una nueva cirugía fue sometido el niño de 11 años que el domingo fue apuñalado durante la masacre ocurrida en el barrio Trapiche de Godoy Cruz.
Desde el hospital Notti informaron que sigue con respirador, pero evoluciona favorablemente. “Se constató que tenía heridas múltiples en el cuero cabelludo, en las regiones frontal y occipital y en los párpados”, contó el director del hospital, Raúl Rufeil.
Su hermanita de 8 meses tiene una evolución favorable. “Se le está retirando el respirador y se han bajado todos los medicamentos inotrópicos”, dijo ayer el médico durante el parte que brindó a la prensa.
La bebé había sufrido tres cortes de arma blanca, uno de ellos en el mentón, que le perforó el piso de la boca y pasó muy cerca de la tráquea. “La bebé está mejorando. Se estima que en 24 o 48 horas pueda dejar terapia intensiva y pasar a una sala de internación común”, ya que “está recibiendo oxígeno pero no por entubación”, comunicó el director Rufeil.