Por Fabián Galdi - editor de MÁS Deportes digital -
El paso del tiempo va curando las heridas pero no las hace desaparecer por completo. Los motivos extrafutbolísticos que acompañaron la carrera de Mauro Icardi le implicaron a éste un freno de mano que provocó un amesetamiento en su vinculación con la Selección. Lejos quedó la evocación de un partido - apenas uno - con la camiseta albiceleste durante la gestión de Alejando Sabella. La ausencia del Mundial Brasil 2014 también obedeció al excesivo perfil mediático que había tomado su vida personal tras el escándalo que involucró a terceros cercanos tales como Wanda Nara y Maxi López. Un revulsivo que cayó mal en el entorno de la base del plantel, que terminó aplicando el código taxativo del silenzio stampa para provocar un vacío. Un hecho que arrastraba antecedentes de pavoneo y vedettismo que en su etapa de juvenil le fue cerrando las puertas de la permanencia en las divisiones formativas del FC Barcelona hasta desembocar en el egreso definitivo de La Masía. Una decisión no fue tan divulgada hacia el afuera, pero que es ciertamente real.
Ya cuando era inminente la salida del blaugrana, el delantero encontró la manera de comunicarlo a la prensa a través de un foco en sus declaraciones que hacía eje en lo puramente futbolístico y no en la imagen que se había ganado dentro de la relación grupal. La excusa había sido que el método de juego de Pep Guardiola no permitía el desarrollo de un atacante de punta y que por tal motivo prefería mudarse al Calcio para integrarse a la Sampdoria. Un latiguillo que sostiene hasta la actualidad, pero que se queda en éso: una argumentación de índole personal. Había llegado al poderoso club catalán de niño, cuando empezaba a despuntar en el fútbol infantil rosarino, pero la decisión de desligarlo había sido tomada por la dirigencia del emblema del máximo emblema deportivo de la Ciudad Condal.
El cambio, de todos modos, le vino de manera inmejorable: su paso desde el club genovés al Internazionale Milano le permitió explotar en plenitud hasta alcanzar el grado de referente dentro de la cancha, aunque no fuera de ésta. En pleno apogeo en el nerazzurri, el artillero recibió críticas duras hasta de su propio compatriota Javier Zanetti. El Pupi, convertido en un ícono del Inter de Milan, lo apostrofó públicamente por no corresponder sus actitudes en la vida personal con la imagen que preserva la entidad del norte itálico.
Icardi había jugado sólo una vez en el seleccionado argentino y fue en Montevideo, frente a Uruguay, por las eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo en suelo brasileño. Ingresó faltando diez minutos en un juego que favoreció al equipo dirigido por Oscar Washington Tabárez por 3-2. Poco después, debido al affaire que ganó rating y centimetraje en la prensa chimentera, las convocatorias no se repitieron en el resto de la gestión de Pachorra, además de las de posteriores de Gerardo Martino y Edgardo Bauza. Caso llamativo, si los hay, ahora tendrá la oportunidad de volver a jugar en la Selección en el mismo escenario en el cual debutó: el estadio Centenario. El último día de este mes, el artillero tiene la chance de ser titular en la ofensiva, y más cuando Gonzalo Higuain quedó afuera del listado para la mani serie frente a la Celeste y poco después contra Venezuela, en el Monumental de River Plate.
Jorge Sampaoli se viene manejando de manera abierta desde que asumió al frente del cuerpo técnico nacional. Es más, sus entrevistas recientes con los futbolistas del seleccionado son públicas y hasta se difunde la agenda que marca a quién le tocará día tras día participar del encuentro. El DT se instaló en el viejo continente junto con su ayudante de campo Marcelo Beccacece, con quien han trazado una relación simétrica en cuanto a organización, método y evaluación. En el primer listado, para los compromisos disputados en Melbourne (1-0 sobre la verde amarela) y Singapur (6-0 ante el representante local), el hecho de que apareciera Icardi fue un impacto que provocó una bisagra. Y el propio capo cannoniere lo supo interpretar: su perfil bajo le proporcionó un blindaje mediático inusual para el estereotipo que se le había adosado de casi tres años y medio a esta parte. Volvió, así, a posicionarse en la primera línea de candidatos a ocupar un puesto en esta parte clave y decisiva de las eliminatorias sudamericanas rumbo a Russia 2018. Una circunstancia que deberá aprovechar al límite porque lo pone de cara a la chance de jugar su primer Mundial dentro de once meses.
Icardi escogió términos relacionados con la argentinidad para expresar su grado de entusiasmo ante la designación de Sampaoli. En una carta abierta publicada en las redes sociales, el jugador utilizó expresiones como 'la camiseta más linda del mundo', 'nuestra patria', 'nuestro país', 'lo dejaré todo por vos' y 'mi querida Argentina'. Toda una señal también, porque indirectamente pareciera querer provocar un efecto shock en cuanto a la identificación con hincha argentino. Un caso contrario, si se quiere, al que ocurrió con Lionel Messi cuando Leo recibía críticas en nuestro medio porque el imaginario colectivo argentino lo ubicaba más apegado a la azul y grana de Barcelona que a la celeste y blanca de la Selección.
Las tres horas de charla que mantuvieron Sampaoli y Beccacece con Messi en la casa de éste, en Castelldefels, implican un tiempo suficiente como para intercambiar puntos de vista sobre el futuro cercano que tendrá el equipo. Un paso en falso en las cuatro fechas que le restan a la eliminatoria puede significar hasta la chance de quedarse sin un lugar en la próxima Copa del Mundo. Si el astro se sintió cómodo con las diagonales de Higuain y cómo le abría espacios, lo cierto es que Pipita hoy está fuera del proyecto, al menos en el corto plazo. El regreso de Sergio Kun Agüero también marca que los reemplazantes para los consagrados no abundan. El tiempo de Icardi es éste y la oportunidad es ahora. Que se hable más de su exposición dentro del campo de juego que fuera es su objetivo prioritario. Depende de él, más que nunca. Y lo sabe.