Acompañar el crecimiento de los juveniles para que el salto que se termina dando hacia el rigor deportivo local e internacional no sea tan alto, es una cuestión que requiere mucho tiempo de trabajo, perserverancia y recíproca voluntad de las partes.
Y es específicamente en este punto donde Godoy Cruz, un club modelo en Mendoza, supo valerse del aprendizaje conseguido en la última década para empezar a mirar hacia abajo, pensando en un futuro donde el plantel profesional esté integrado casi en su totalidad por gente de la casa.
Frente a Sporting Cristal, en un encuentro donde el Tomba se jugaba parte de su futuro en la Copa Libertadores, 8 de los 21 futbolistas convocados fueron del semillero. Un dato importante y alentador, sobretodo porque no estuvo el jugador más "vendible" que tiene la institución, como es el caso de Ángel González, quien cumplió su respectiva suspensión y sí estará ante la Universidad de Concepción en la última fecha de la fase de grupos.
Así, mientras muchos clubes buscar sobrevivir a fuerza de pulmón, creatividad y nuevos proyectos, en el Expreso tienen las cosas claras. Saben que la apuesta está en las fuerzas básicas, porque son los Ramírez, Aleo, Burgoa, Andrada, Bullaude, Verdugo, Lencinas, entre otros, los que van a terminar de consolidar esa idea del pasado de que "en los próximos años queremos un equipo compuesto por juveniles del club".
Por supuesto que José Mansur y compañía tienen muy claro que todo proyecto deportivo debe tener viabilidad entre lo que ingresa y egresa, entonces, partiendo de ese concepto, el Tomba es uno de los pocos clubes del fútbol argentino que goza de buena salud financiera. "La mejor manera de hacer conocer una provincia es con hechos trascendentes", nos contó hace un tiempo José Mansur. La reflexión del presidente Bodeguero por el momento está orientada al éxito. El club saltó la barrera de los equipos que solamente buscan salvarse del descenso, y en más de una oportunidad salió del país.
El autodiangóstico que se hiciera en la década pasada, apostando a un grupo de trabajo capacitado para formar jugadores, ahora es el resultante de ver a chicos que fueron mechando minutos con el plantel profesional hasta que terminaron de ganarse un lugar en la consideración de los técnicos.
Pasó en otrora con Diego Dabove, con su predecesor Marcelo Gómez y ahora con Lucas Bernardi, en su segundo ciclo en el club. Con todo ello, Godoy Cruz afianza una planificación que lleva a pensar que firmar contratos onerosos o innecesarios, no muestran la salida para el labertinto del fútbol argentino; por el contrario, hay luz en el fondo del túnel. Los antecedentes indicaban que la mayoría de los jugadores del interior se iban prematuramente -sin la maduración y formación necesaria- de sus hábitat buscando el sueño de Primera.
Y ese pensamiento fue cambiando de rumbo con políticas como las que implementa el Tomba, donde el deportista se siente cómodo y busca transcender a partir de su desarrollo futbolístico. Así las cosas, Bernardi cuenta con un grupo de jugadores que dan réditos. Pasó en la Superliga, y el mismo futuro se avisora en la triple competencia copera que está afrontando el Bodeguero (Libertadores, Superliga y Argentina). Por caso, Roberto Ramírez es número puesto bajo los tres palos. Valentín Burgoa es otro de los que sumó minutos importantes en el campeonato y que también es tenido en cuenta por el DT para el torneo internacional. Andrada y Bullaude, son otras lindas realidades que buscan consolidarse. Un pasito más atrás vienen ganando terreno Manzur, Lencinas, Aleo y Verdugo.
La apuesta a los juveniles sirve para crecer a lo grande. La salud está en los pibes, en posibles ventas si son importantes en los números. Y Godoy Cruz lo tiene bien definido. Si la oferta conviene, el futbolista emigra, caso contrario, continúa en el club. Así, rechazó una última oferta de Boca por González, que según trascendió, era de 2.8 millones de dólares por el 80% de la ficha, y vendió a Angileri (River) en una buena suma. Do s ejemplos notorios que dan cuenta de que formar jugadores es definitivamente el negocio más conveniente.