No pasarían muchas semanas para que se sepa qué decidió el Gobernador sobre el calendario electoral provincial y, como parte de la estrategia del oficialismo, quién será el precandidato que represente a la actual gestión en las elecciones primarias. Dicen que es muy probable que Alfredo Cornejo quiera tener todo definido antes de la Fiesta Nacional de la Vendimia, previendo que dicho evento, como suele ocurrir en tiempos electorales, servirá de lógica vidriera para la oferta nacional, que en estos momentos tiene al peronismo no k y al cristinismo en pleno proceso de definiciones. Pretender que no se mezcle lo provincial con el desbarajuste de la escena política nacional puede resultar atinado por parte del titular del Ejecutivo.
Había amplia expectativa entre los intendentes del espacio oficialista por lo que pudiese decidir Cornejo con relación a las elecciones provinciales. El viaje de varios días a España para darle presencia a Mendoza en la Feria Internacional del Turismo y, de paso, hacer contactos políticos, no le impidió al jefe del Ejecutivo mantenerse en línea con Mendoza para testear lo que marcaba el termómetro preelectoral local. Y tras su arribo, el primer encuentro fue con el intendente Difonso y ayer tuvo algún otro encuentro con jefes departamentales de su partido. Difonso es uno de los referentes del massismo mendocino que cuando el tigrense ingresó en un cono de sombra, tras las elecciones de 2017, supo abastecerse sólo con su potencial sancarlino y, de paso, afinar su relación con el cornejismo.
Cuando Difonso participó, junto con el diputado Pereyra, del armado del frente Cambia Mendoza, Massa también soñaba con la Presidencia pero formando parte del abanico opositor al cristinismo, que ya tenía en Macri al principal candidato opositor. Ahora todo es diferente: Macri buscará la reelección en un terreno muy adverso hasta ahora por los problemas de la economía, mientras que Massa intentará por todos los medios mostrarse criticando tanto a las políticas macristas como a las del prolongado período K.
La continuidad de Cambia Mendoza parece ser prioritaria para el cornejismo. Por eso el jefe del Ejecutivo designó a dos espadas con bastante oficio y con la chapa que otorga ser intendentes de departamentos “fuertes”, García Zalazar y Suárez, para que negocien con los “socios” del frente oficialista provincial la continuidad del espacio de cara al proceso electoral que se aproxima.
Esto permite suponer que Cornejo ya tendría decidido no unificar las elecciones provinciales con las presidenciales. Posiblemente una insinuación en ese sentido haya llevado al intendente de San Carlos, urgido por definiciones políticas para saber qué hacer en su departamento, a disponer la publicación en el Boletín Oficial de un decreto que dispone desdoblar los comicios en su departamento sólo si el Ejecutivo provincial resolviese unificar el llamado provincial a las urnas con las elecciones nacionales. Una cláusula no habitual en este tipo de decisiones a la que los más expertos en legislación de la UCR encontraron viable.
Si los efectos de la crisis económica no hubiesen derivado en la fuerte caída que tuvo la imagen del presidente Macri el año pasado, probablemente Cornejo no necesitaría ahora un frente oficialista tan consolidado como pretende. Reverdecer el espacio electoral anterior a Cambiemos tiene más que una motivación nostálgica una fuerte necesidad política como producto de la dura coyuntura.
Si en Mendoza se decide la unificación de las elecciones con las nacionales, el frente Cambia Mendoza se rompe automáticamente porque el massismo, Libres del Sur y algún otro espacio vinculado con el socialismo dejarían de pertenecer por el simple hecho de ser opositores a Cambiemos a nivel nacional. Incluso, ya hay algunos dirigentes del radicalismo nacional, mayormente reactivos desde el comienzo al acuerdo con el macrismo, que se identifican con Alternativa Federal atraídos por la figura de Lavagna. Y con el panorama que presentan la mayoría de las encuestas, las chances electorales para el cornejismo demandarían un esfuerzo mucho mayor del ya previsto.
La sucesión. El otro capítulo de la novela preelectoral es el de las principales candidaturas. El destinatario al sillón principal del Cuarto Piso tal vez sea hoy mayor desvelo del propio Cornejo que de quienes aspiran a sucederlo entre radicales, porque
De Marchi sigue corriendo muy cerca del podio y no pretende disminuir la velocidad. Comentan en el entorno del intendente de Luján que en los próximos días buscaría insistir con su propuesta de aplicación de boleta única, una iniciativa que por ahora incomoda al oficialismo.
La insistencia de De Marchi sigue chocando con el nulo margen de negociación que presenta el cornejismo, que por estas horas estaría contemplando con más simpatía un escenario de mano a mano en primarias que legitime al elegido por Cornejo en lugar de una negociación con la Casa Rosada a favor del lujanino y a cambio de algún destino nacional para el actual gobernador.
Y del lado del oficialismo, el protagonismo del ministro Kerchner siempre es importante en la pulseada por la precandidatura a la Gobernación. Su función en el Ejecutivo no es menor al aglutinar áreas estratégicas. La reunión a la que convocó el lunes para abordar la problemática vitivinícola fue lo suficientemente abarcativa para interpretar la acción del titular de Economía, que busca hacer pesar el rendimiento de su gestión en la decisión que se adopte sobre la representación cornejista en las PASO.
En medio de la expectativa por la definición del calendario electoral local, se sabe que el impulso al llamado superministro sigue siendo una fuerte apuesta del entorno cornejista, más allá del buen posicionamiento que distintas encuestas le otorgan al intendente Rodolfo Suárez entre los que conforman el menú de opciones del Gobernador.
Aunque reiterativo, es válido el argumento de que Kerchner es uno de los políticos del elenco gobernante que más conoce la gestión de Cornejo y que por los dos cargos estratégicos que ha desempeñado con él en la actual administración, más el tiempo juntos en Godoy Cruz, corre con ventaja a la hora de prever estrategias pensando en los próximos cuatro años.
Sí son varios los que imaginan junto a Kerchner un equipo de colaboradores con mayor rodaje político que el que necesitó en todo este tiempo Cornejo, que por sus propias virtudes y su estilo de conducción no suele necesitar tantos pergaminos que acrediten solvencia entre los llamados a colaborar con él.
Semanas definitorias para el oficialismo, que estudia estrategias mientras en el justicialismo buscan el camino que los lleve a la unidad que necesitan para competir con chances reales.
