Amitad de preparar su valija para viajar con Altertango a San Pablo (Brasil), Victoria Di Raimondo se permite el tiempo para contar a Los Andes acerca de su carrera, inquietudes, costumbres y percepciones, en esta banda consagrada que la ha tenido y tiene como voz principal desde hace 12 años.
Junto con
Elbi Olalla
, Di Raimondo se luce con a sus pares y cuenta sobre su vocación y amor hacia el género del tango-rock, cuyo repertorio incluye tangos de todas las épocas, candombes, canciones generadas por el rock nacional y composiciones propias. Un nutrido balance que Altertango brinda desde las tablas con fuerza irrefrenable y la cautivante voz de Di Raimondo que logra generar un ambiente intimista, fuerte y con carácter.
En esta nota, el Fin de Semana ideal de una artista que supo reafirmar junto a sus colegas la fórmula que empezó a gestar desde sus comienzos: trascender el género, afirmar sus raíces y convicciones.
-¿Cómo nace en vos la vocación por la música?
-Desde muy chica. De hecho la primera vez que grabé una canción tenía nada menos que ¡seis años! (ríe)
-¡Seis años! ¿Y qué grabaste?
- Grabé en Zanesi con unos músicos, porque tenía un profesor de guitarra y, junto con mi madre, me impulsaron a que grabara. Armé una banda chiquita y a los seis añitos ya estaba en un estudio de grabación. La verdad que se dio gracias a mi mamá que me impulsó a hacerlo. Es un precioso recuerdo.
-¿Este amor por la música viene de familia?
-No somos una familia específicamente musical para nada. Mi papi tenía muchos vinilos pero no vengo de una estructura vinculada a la música.
-¿Cómo siguió el proceso de crecimiento?
-Estuve varios años con mi profesor de guitarra trabajando y perfeccionándome, entre los seis y los doce años. Luego me empezó a gustar el rock, y me terminó por cambiar toda la película. Entonces me aboqué a tratar de armar una banda de rock, lo cual no fue fácil, ya que igual que ahora, habían muchas chicas tocando y cantando. Como a los 14 la formé. Luego vino otra banda llamada "Penélope Glamour", con alguno de esos músicos, y entre el 99 y 2001 armé "Nena pu", que si bien un grupo de rock, también tenía electrónica.
-¿Cómo empieza tu amor por el tango?
-Desde el 94 y en paralelo a la banda en la que tocaba, comencé a escuchar tango. Si me había costado armar una banda de rock en el 96, fue toda una proeza hacer lo mismo con el tango, pero con jóvenes a los que les gustara el género ¡No había nadie! (ríe). Muy poca gente. Entonces me hice amiga de algunos señores que tocaban el bandoneón, y algunos días tocaba con "Nena Pu" en La Reserva, y otros en el mismo lugar, cantaba tangos con alguna otra persona.
-¿Qué compositores te gustaban para esos primeros pasos?
-Los cantantes clásicos, característicos de la gente que recién empieza a incursionar en un territorio que no conoce. Me gustaba Gardel, Goyeneche... Ellos siempre eran de la partida.
-Y luego el estallido hasta llegar a Altertango...
-Podía tocar tango por un lado, y por otro rock... Así comenzó Altertango. En 2000 conocí a Elbi Olaya y tocamos unas canciones en el casamiento de un amigo. A partir de ahí arrancamos con el proyecto. Primero lo incorporamos a Miguel López, a quien yo estaba persiguiendo siempre, era el único bandoneonista joven del condado, sólo que iba y venía con muchas obligaciones de trabajo. Era un lío pescarlo... Estuvimos unos años en trío con Elbi y él y luego armamos Altertango como está conformado en la actualidad.
-Y te dedicaste a pleno, le dijiste chau a las bandas extras…
-Y sí, porque Altertango ha sido un proyecto que tanto a Elbi como a mí nos ha demando gran parte de nuestra vida. Todas las cosas que nos hemos propuesto hacer las hemos conseguido con mucho esmero. Ha sido mucho el esfuerzo, pero ha valido la pena. Siempre para adelante…
-¿Qué es para vos Altertango?
-Es mi vida, lo que me apasiona. Lo que más me ha impactado en los últimos años es que en Buenos Aires y en diversos lugares del país existe un montón de gente que, como nosotros, intenta hacer tango por alguna razón, con "su" mirada. El bonus track es una amistad muy bella y enriquecedora con todos ellos. Sin ir más lejos la semana pasada fui a cantar a Buenos Aires con la orquesta de Julián Peralta, él por su lado vino con Astillero también acá. Hemos tocado con 34 puñaladas... y con muchos otros. Se ha formado una gran y linda familia.
-¿Qué se viene ahora?
-El viaje a Brasil (un público nada sencillo) y la preparación de un nuevo material, de composiciones propias, la verdad es que como cabeceras de la banda nunca hemos pensado en términos imposibles. Es un camino difícil en el que hay que trabajar para conseguir las cosas. Así que ahora el desafío será componer canciones propias.
Victoria en primera persona
-¿Qué te gusta escuchar fuera del género que hacés?
Me encanta Björk, Patti Smith, Billie Holiday, Sarah Vaughan… Escucho de todo.
-¿Qué películas te gustan?
-Veo en mi casa películas de Tim Burton, que me encantan, y sobre todo consumo series: desde “Lost”, “Los Soprano” y dibujos japoneses hasta “Mad Men”.
-Tres lugares en Mendoza que ames...
-La casa de mi mamá, mi propia casa donde vivo con Alberto y el café Los Dos Amigos.
-La felicidad para vos pasa por...
-La tranquilidad. Me siento bien si hay armonía dentro de este mundo salvaje. Soy feliz cuando estoy tranqui con las cosas sencillas de la vida, como jugar con mi gato, o tomar mate en el balcón.