No está en la cabeza de la cúpula dirigencial la idea de dar un golpe de timón. Al menos eso es lo que se expresa puertas hacia afuera. Agustín Vila y Federico Capece estuvieron presentes en la práctica de fútbol previa al duelo con Ferro.
También Alberto Rez Masud, pero el vicepresidente está más cerca del día a día. Llamaba la atención lo del presidente y el manager.
El momento por el que atraviesa el equipo no contribuye para ahuyentar fantasmas. Si bien es más grave, quizá, la crisis futbolística que la racha de cinco partidos consecutivos sin conocer la victoria (cuatro empates y una derrota), los rumores comenzaron a instalarse en calle Las Tipas.
“Estoy fuerte”, decía Astudillo pos 0-0 con Ferro y dirigentes se fueron del Bautista Gargantini dejando en claro que “por ahora” no piensan en un cambio de entrenador.
¿El “por ahora” cómo se puede cuantificar? Si hay algo cierto y concreto es que se viene una semana decisiva para Independiente y para la continuidad del cuerpo técnico, por más que los dirigentes no lo griten a los cuatro vientos.
Van cinco encuentros sin ganar y si la racha se estira a ocho en una semana podría ser el detonante de la salida de Martín Astudillo. El propio cuerpo técnico maneja en su interior, seguramente, esta posibilidad ya que no es ajeno al mundillo de los rumores.
El equipo jugó un excelente primer tiempo ante Atlético Paraná y un segundo tiempo del mismo calibre ante Brown de Puerto Madryn. Y nada más.
Luego fue goleado por Brown de Adrogué, All Boys lo ‘pasó por encima’ y a Ferro no logró patearle al arco. Este 2017 lo tiene a mal traer y no logra prolongar sus buenos momentos y hasta ahora sólo ha aparecido por ráfagas todo lo bueno que mostró en la primera parte de la competencia.
Justamente por lo hecho en el 2016, el cuerpo técnico tiene el crédito abierto. Hay esperanzas en que Astudillo puede enderezar la nave para que su Independiente vuelva a ser el que fue.
Se vienen tres partidos: Almagro en José Ingenieros, recibe nada menos que a Central Córdoba en el Gargantini y cierra en Corrientes, ante Boca Unidos. Una semana non santa.
La peor racha en la era Astudillo
Desde que Martín Astudillo está en la conducción técnica de Independiente Rivadavia, la Lepra nuca acumuló cinco encuentros sin conocer la victoria.
Este arranque 2017 daña la imagen que había dejado el equipo en la primera parte del torneo, donde hasta se había comenzado a mirar con cierto cariño los puestos de ascenso.
Este maleficio empezó en Entre Ríos, donde el equipo había hecho un gran primer tiempo pero no logró sostenerlo en el complemento y se tuvo que conformar con el 1-1.
Luego llegó la catástrofe con Brown de Adrogué (lapidario 0-4) y se levantó ante el Brown de Madryn con el 1-1. En la visita a Floresta el equipo retrocedió varios casilleros y el 2-2 fue un milagro. Con Ferro se tuvo que conformar con un insulso 0-0. Seguidilla grave.
