Las fronteras de la idolatría por Lionel Messi se derribaron hace mucho tiempo, pero entre la potencia de la figura del crack rosarino y la globlalización, el efecto secundario es el fanatismo que despierta la selección argentina en los destinos más exóticos. Durante todos estos días, en los alrededores del Sheraton Beijing Dongcheng, donde se alojó el seleccionado albiceleste, se autoconvocó a diario una suerte de hinchada local que no tuvo ningún problema en esperar horas sólo para ver entrar y salir a los jugadores argentinos. Lo más gracioso y llamativo fue escuchar a esos adolescentes entonar el viejo "Vamos vamos Argentina", completo, en español perfectamente comprensible. Eso ocurrió en la práctica oficial del día anterior al Superclásico de las Américas, cuando en el Nido de Pájaro un millar de personas siguió la actividad de los brasileños y los argentinos.
La figura de Messi presidía la promoción desde los enormes carteles alrededor del estadio, acompañado por Di María e Higuaín y por delante de Neymar , Oscar y David Luiz . También en unas estatuas a escala humana en una de las entradas, con las mismas seis figuras. Tras losJuegos Olímpicos , la capacidad del fastuoso estadio se redujo de 91.000 a 80.000 ubicaciones por el retiro de asientos temporarios; ayer, el escenario aparecía ocupado en un 70 por ciento aproximadamente, con un leve predominio de hinchas "argentinos". Fue la primera noche con cielo bastante despejado después de varios días visibilidad mínima por la polución.
El crack rosarino sembró este furor entre los chinos hace seis años, cuando conquistó aquí mismo la medalla dorada olímpica con la selección. En el camino previo, deslumbró justamente contra Brasil, en un 3-0 que colocó al equipo de Sergio Batista en la final. Pero Messi tuvo un posterior reencuentro con el escenario de ayer, cuando en el segundo aniversario del comienzo de los Juegos participó de un amistoso con Barcelona ante Gouan, un equipo local; era la época en que el delantero estrella culé era Zlatan Ibrahimovic, autor de de los goles en la victoria por 3-0 de los catalanes.
De los que participaron en el choque de ayer, no sólo la Pulga guardaba antecedentes personales en el Nido de Pájaro. Hace apenas un mes y medio, Javier Pastore jugó aquí mismo por la definición de la Supercopa francesa que su equipo, Paris Saint Germain, le ganó a Guingamp por 2 a 0. Y el defensor Federico Fernández formó parte del equipo de Napoli que también en este estadio nacional perdió la Supercopa italiana frente a Juventus, 4-2 en 2012.
El lamento fue muy grande en el estadio con el penal errado por Leo, que lideró el 'aplausómetro' por delante de su compañero Angel Di María y sus rivales Neymar y Kaká , cuando ingresó en el segundo tiempo.
El momento de fanatismo extremo fue cuando un hincha chino, pese a estar en la ciudad de los controles, logró saltar al campo de juego y sacarse una 'selfie' con el mismísimo Leo.
Tras el partido de ayer, la selección pasó la noche en Pekín y volaba rumbo a Hong Kong en la tarde del domingo. Allí lo espera, además de una convulsión callejera que se renovó esta semana, el mismo fervor por Messi y por la Argentina.
