En Pergamino, a Independiente lo hirieron en la autoestima. Una derrota frente a Douglas Haig (1-0) que lo hace retroceder varios casilleros en lo que es su principal objetivo en esta temporada, la lucha por la Permanencia.
El Azul fue el dueño casi absoluto de la posesión del balón.
En un duelo donde los dos tenían mucho en juego, asombraba la llamativa supremacía que mostraba Independiente en cuanto a la tenencia de la pelota pero esta ventaja, fundamental para lo que pretende Martín Astudillo de su equipo, no le significó réditos importantes a la hora de reflejar esto en situaciones de riesgo frente al arco de Martín Perafán, que se iba al entretiempo con la pilcha casi intacta.
Es que la Lepra no lo exigía: solamente González lo hizo revolcarse en un par de oportunidades con disparos de media distancia.
Al local, en cambio, le bastó una ráfaga de diez minutos para quedarse con lo que ambos pretendían. Mauro Bazán, que era claramente lo mejor que tenía el Fogonero, encontró espacios para entretenerse a las espaldas de Rodrigo Arciero y en la tercera de sus incursiones ofensivas (todas lacerantes para la última línea del equipo mendocino) metió el centro al segundo palo para que Jorge Córdoba ponga el 1-0.
Ya había avisado Douglas Haig que iba a atacar por ese sector sin embargo la Lepra nunca dio acuse de recibo. Y lo pagó yendo a buscar la pelota al fondo de la red.
Para el segundo tiempo las condiciones no cambiaban pero había una explicación lógica: Douglas ya tenía lo que ambos pretendían y salía a defenderlo. Era Independiente el que ahora debía arrebatárselo. Pero claro, el local ya metía la cola en sus últimos metros y tomaba todos los recaudos.
No era una garantía a la hora de defender pero tampoco la visita era una tromba. El DT metía delanteros que se amontonaban sin tantos espacios y mucho menos con réditos positivos. Aracena le tapaba un tremendo cabezazo a Córdoba y le daba vida a un Azul que tuvo en Cardozo la más clara del ST.
Hasta que en el minuto 47 pudo, a los tropezones, meter a Tarragona con pelota dominada dentro del área. El '9', al que se le ha cerrado el arco, definió bien al primer palo pero Perafán tapó con el pie la última del partido.
No había tiempo para más. Independiente sabía que era una final lo que se jugaba en Pergamino y la jugó como tal. Se puede ganar o se puede perder. Pero con este carácter, la permanencia parece estar al alcance de la mano.
Cuando Dolci no está...
Franco Dolci es el director técnico que tiene el conjunto Azul dentro del campo de juego. Y ayer lo extrañó el equipo (cumplió una fecha de suspensión).
Sin el volante, Independiente Rivadavia nunca ganó: empates ante Flandria y Juventud Unida de Gualeguaychú y derrota ante Douglas Haig. No es coincidencia...