Mas allá que le tocó enfrentar al colista de la B Nacional, Toti Arias tomó sus recaudos, que parecieron exagerados.
La ultima línea tomó firmeza con el correr de los minutos y esto logró que el equipo fuera saliendo un poco más, ayudado también por el pobre desempeño de un Sportivo Belgrano totalmente errático, que evidenciaba dentro del campo de juego su posición en la tabla de la B Nacional.
El Lobo, bien plantado con sus dos líneas de cuatro en su campo, apostó a salir rápido de contragolpe. Sin embargo ni laterales ni volantes por afuera se sumaron rápidamente en la fase ofensiva, por lo que Oga y Farías se perdían solos entre la maraña de hombres del “Verde”. En todo momento, los futbolistas de Gimnasia estuvieron muy contenidos. Por tal motivo el Mago debió arreglársela solo para intentar arrimar alguna pelota a Farías. Oga, justamente, tuvo la más clara del Lobo en la primera parte y la despilfarró.
Sobre el cierre de la etapa inicial, Sportivo Belgrano creció y Leguiza se lució en un par de oportunidades. Fue un presagio.
En el complemento, en un abrir y cerrar de ojos, Gimnasia se iba a encontrar abajo en el marcador. Primero en una jugada rápida de Álvarez Suárez se ponía arriba el Verde y 5 minutos mas tarde Insaurralde se iba a encargar de estirar las ventajas con cierta complicidad de Leguiza. De ahí en más, el Lobo no tuvo respuestas anímicas para torcer la historia.
Gimnasia había sentido el golpe, Pereyra ya había saltado al campo de juego y le dio mayor vértigo al ataque y fue el compañero que pedía a gritos Farías. Pero ya era demasiado tarde para ilusionarse con una remontada. Es más, a los 22 minutos, Montiveros iba a anotar en propia valla tras un centro de Insaurralde y así sentenciar una nueva derrota en condición de visitante. Con los goles y la ventaja, Sportivo se agrandó y hasta terminó floreándose ante su gente, que hostigó al equipo por momentos pese a la victoria.
Gimnasia encadenó su sexta caída consecutiva como visitante. Una historia de nunca acabar.