En distintos sectores de los alrededores del Estadio Mundialista, la policía debió reprimir a los autores de incidentes violentos desatados ayer antes, durante y después de la postergación del partido entre River y Boca por la final de la Copa Libertadores, que finalmente se jugará hoy a las 17.
Y es que hasta ayer en la noche, hubo 56 personas detenidas por diferentes disturbios, incluído el ataque al micro del plantel de Boca Juniors cuando este se dirigía al Monumental.
Del total 16 fueron por "atentado y resistencia a la autoridad" y otros 40 por "incitar la violencia".
Algunos proyectiles rompieron vidrios del vehículo y a continuación la Policía empleó gases para dispersar a los agresores lo que terminó por afectar a los jugadores, según explicaron directivos de Boca.
Fuentes del Gobierno de la Ciudad aseguraron que asistieron a los alrededores del Monumental más de 100.000 personas, y desde la Policía informaron que hasta ahora son 16 los arrestados "por atentado y resistencia a la autoridad", aunque continuaron los fuertes disturbios en distintas zonas.
Tras las lesiones e intoxicaciones de los jugadores de Boca que finalmente impidió que se jugara ayer (luego de varias horas de espera sin saber si se jugaba o no), la gente salió enfurecida y algunos inadaptados salieron con violencia a protestar.
Con el estadio lleno de hinchas en sus localidades esperando que comenzase el encuentro, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) postergó dos veces la hora del comienzo del encuentro, que originalmente se fijó para las 17, aunque finalmente optó por aplazarlo hasta el domingo a la misma hora.