La situación genera preocupación y plantea nuevos desafíos para la escuela primaria, que pide a gritos una mayor presencia y compromiso de los padres.
De hecho, maestras y directoras advierten que las causas que explican porqué los niños y niñas de segundo grado son los que más repiten son tan variadas como complejas.
Déficit atencional, problemas auditivos o de la vista no abordados, conflictos familiares que se trasladan al escenario escolar, escasa estimulación para el aprendizaje temprano e incluso ausentismo por motivos injustificados, forman parte de una problemática difícil de revertir.
De acuerdo a los datos de la Dirección General de Escuelas (DGE), en 2015 el 2 % de los niños y niñas que asisten a alguno de los años de la escuela primaria, repitió al menos una vez. En relación con la matrícula total (181.078), este porcentaje representa a 3.666 estudiantes. Si bien desde la cartera educativa aseguran no contar con el total de alumnos/as que repitieron segundo grado, sí confirmaron que ése año es donde se presentan mayores dificultades.
El año pasado, Mendoza se adecuó a lo resuelto por el Consejo Federal de Educación al establecer en una misma unidad académica los dos primeros años del ciclo inicial, que va de primero tercer grado. De este modo, se consideró desde el Gobierno escolar, que los alumnos de primero no podrían repetir dado que las dificultades serían abordadas a tiempo para ser promovidos a segundo con la suficiente preparación.
Sin embargo, desde el análisis de los educadores consultados, hasta ahora el balance muestra que los mismos inconvenientes que históricamente surgían en primer grado fueron "arrastrados" a segundo.
Jaqueline Curri, directora de la escuela Guillermo Rawson (Godoy Cruz) asegura que en esa institución no han tenido mucha repitencia, aunque aclara que en general segundo grado representa un desfasaje. Por eso, considera que sería muy positivo que los diferentes Gobiernos mantengan una misma línea de sistematización al momento de aplicar programas educativos.
En la escuela José Federico Moreno (Ciudad) profundizan que las dificultades que llevan a que los más pequeños no logren la meta de ser promovidos a tercero está directamente relacionada a un papel pasivo que con el tiempo han ido adquiriendo las familias en relación con la educación de los hijos.
Explicaron que hace poco tuvieron que apelar al acta compromiso (en el marco de una disposición oficial) para que los padres dejen de hacer faltar a los niños por motivos superfluos. "Hay veces que se quedan dormidos o eligen que ese día el niño o niña no irá. La falta de permanencia afecta en un 80% al proceso de aprendizaje", advierten las autoridades.
A estos casos se suman los de fuerza mayor, como por ejemplo, vivir lejos. También sucede, destacaron, que hay pequeños cuyos papás no cuentan con obra social y por lo tanto tienen problemas a la hora de realizarles estudios fonoaudiológicos o de la vista o bien, llevarlos a la psicopedagoga. En ese marco, sugieren, es crucial sumar a los equipos más maestras recuperadoras.
Para los docentes que se dedican a esta tarea, el desafío es grande. "La realidad es que los chicos van arrastrando los problemas. En algunos casos, por ejemplo, los papás no los llevan a los turnos para que cumplan con los tratamientos. No hay un seguimiento genuino en el proceso", dice una maestra recuperadora y detalla que los niños con trabas para aprender cada vez son más.
Y agrega que están presentando inconvenientes a la hora de prestar atención debido a cuestiones emocionales, olvidos de los padres y enfermedades, entre otras situaciones.
"La problemática social es muy profunda, nos está costando mucho contar con el acompañamiento familiar", llama la atención la maestra que prefiere preservar su identidad. Así, cada año, hay más niños derivados a los gabinetes psicopedagógicos.
Problemas para leer y escribir
En el Gobierno aseguran que se han tomado medidas para abordar las dificultades que los más pequeños están presentando a la hora de incorporar saberes y habilidades fundamentales, tales como deletrear, leer y escribir.
Patricia Charamonte, directora del nivel primario, explica que desde que se comenzó a unificar como un mismo bloque los dos primeros años, la repitencia que era más habitual en primer grado, pasó a segundo. Desde su punto de vista, una de las causas del fracaso en el nivel inicial tiene que ver con que no todos los niños llegan al primer grado con un vocabulario que integre al menos 3 mil palabras.
La funcionaria reconoce que desde el ámbito educativo están buscando alternativas para revertirla. Una de ellas, es la capacitación que se está brindando a unos 2 mil docentes del primer ciclo, en el marco del Programa DALE (Derecho a Aprender a Leer y Escribir).
Otra tiene que ver con la implementación de un plan para apoyar a las maestras recuperadoras; es decir, aquellas que se encargan se realizar un seguimiento con los chicos que van presentando dificultades para leer y escribir, entre otras.
"Tenemos niños de tercer grado que han llegado con dificultades de alfabetización. Los chicos están faltando en lectura, escritura e interpretación", advierte Charamonte y agrega que en los próximos días estará listo el primer balance de la evaluación de lecto escritura que se tomó a principios de agosto a los primeros alumnos que egresaron de la unidad pedagógica y están cursando tercero.
Para la DGE, repetir debe ser la última opción porque en lugar de ello, la escuela -acompañada siempre por la familia- tiene que atender al proceso con antelación.
"Hay que ver porqué el chico no está aprendiendo y trabajar en eso con tiempo", dice la directora de Primaria y detalla que justamente ése fue el objetivo de implementar la unidad pedagógica de primero y segundo grado.
Vale decir que la misma fue planteada como una meta que quedó incluida en el Plan de Mejora de la Calidad Educativa del Consejo Federal de Educación . En 2014 entró en vigencia la resolución que estipula esta metodología, pero tuvo aplicación efectiva en la provincia en 2015 a través de la resolución N°444.
La inteligencia como construcción
Dado que la inteligencia no es algo "dado" -como se concebía años atrás- sino que se trata de una construcción, "los primeros años de la primaria son esenciales y de ésto depende el desarrollo futuro de todo niño o niña", recalca la psicopedagoga Nancy Caballero y explica que durante los primeros años de vida el niño presenta una mayor plasticidad para el aprendizaje.
Justamente por eso, detalla es importante ofrecerle todo aquello que lo nutra desde el aprendizaje constante, donde la alfabetización ocupará un papel fundamental.
Caballero ofrece una visión completa sobre el hecho de repetir. Destaca que si el chico no fue promovido porque esto es necesario para satisfacer su proceso madurativo y darle el tiempo adecuado, esta medida será la más adecuada. Por el contrario, si repitió y con ello continúa fracasando, esto indica que la repotencia no tuvo los resultados deseados.
"Facilitarles todo y no hacerlos repetir de grado cuando es necesario no ha dado buenos resultados", evalúa la profesional y comparte que los docentes a los que ella capacita muestran en forma habitual su preocupación por las dificultades que tienen los niños y niñas para incorporar saberes básicos.
En el país la tendencia se repite
Las estadísticas que dan cuenta del panorama de la educación a nivel Nacional se plantean en sintonía con la situación que se vive en nuestra provincia. De hecho, el último informe del Ministerio de Educación y Deportes, que pone el foco en las características del sistema educativo argentino, la repitencia en la escuela primaria alcanzó entre 2013 y 2014 al 2,14 de los niños y niñas del país, siendo segundo grado el que presentó el mayor porcentaje (2,99%). Le siguieron en la lista e y cuarto grado, con el 2,72 y 2,29 por ciento respectivamente.
