Una segunda enfermera de un hospital de Dallas donde se atendió al primer enfermo diagnosticado por ébola en Estados Unidos dio positivo por la enfermedad, y ayer las autoridades comenzaron a contactar a los pasajeros de un vuelo que estuvieron junto a ella la víspera de que cayera enferma. Además, se informó que Amber Joy Vinson, de 29 años, será transferida al hospital de la Universidad Emory, en Atlanta.
La secretaria de Salud y Servicios Humanos, Sylvia Burwell, dijo que la transferirían anoche o esta mañana temprano.
Por su parte, Tom Frieden, director de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) informó que el estado de la primera paciente, Nina Pham, también una enfermera, ha mejorado.
El hospital de la Universidad Emory es uno de cuatro con unidades de aislamiento especializadas para el cuidado del ébola con menor riesgo de propagación para los trabajadores de la salud. Emory ha atendido a otros tres enfermos de ébola; dos de ellos se recuperaron y fueron dados de alta.
No es claro cómo Amber Joy Vinson contrajo el virus, aunque el segundo caso entre trabajadoras de salud indicaría fallas más allá de cómo un individuo se puso y se quitó el traje de protección.
Ella fue una de las que proporcionó cuidados a Thomas Eric Duncan, a quien se diagnosticó ébola tras llegar a EEUU procedente de Liberia. Duncan murió el 8 de octubre.
Los pacientes enfermos de ébola no se consideran contagiosos hasta que presenten síntomas.
Las autoridades de salud también informaron que Joy Vinson viajó en avión poco antes de mostrar síntomas. La tripulación del avión dijo ayer que la mujer no tenía síntomas durante el vuelo 1143 de Frontier Airlines de Cleveland a Dallas-Fort Worth el lunes. De cualquier modo, los CDC están alertando a los 132 pasajeros que iban en el vuelo.
Los sanitaristas han dicho que no saben cómo se contagió Pham, la primera enfermera. Pero los CDC manifestaron que el hecho de que “un trabajador adicional de atención sanitaria dé positivo por ébola es una grave preocupación”.
“Lo sucedido en Dallas, independientemente de la razón, no es aceptable. No debió haber ocurrido”, dijo el director del Instituto de Alergia y Enfermedades Infecciosas, Anthony Fauci.
La segunda enfermera contagiada se estaba revisando a sí misma en busca de síntomas, dijo el juez del condado de Dallas Clay Jenkins. Ella misma reportó que tenía fiebre el martes. En menos de 90 minutos estaba aislada, añadió Jenkins.
Frieden reconoció que el gobierno no fue lo bastante agresivo en la gestión del ébola y la contención del virus, que se extendió de un paciente infectado a una enfermera del hospital de Dallas: “Pudimos haber mandado un equipo de control de infecciones hospitalarias más fuerte y haber sido más prácticos con el hospital desde el día uno sobre cómo tenían que gestionar exactamente la situación”.
La confesión se produjo mientras la Organización Mundial de la Salud proyectó una aceleración en el ritmo de contagios en África a razón de unos 10.000 nuevos casos por semana en dos meses.
Líderes del mundo admiten que la situación es grave
La epidemia de ébola, que ya dejó 4.500 muertos, es “la emergencia sanitaria más grave de estos últimos años” para los dirigentes occidentales, que multiplican las medidas para evitar que se extienda más allá de África Occidental.
El Consejo de Seguridad pidió, por su parte, a los países miembros de la ONU que “aceleren y amplíen de manera espectacular su ayuda financiera y material” a los países afectados por la epidemia de ébola. Sus rudimentarias estructuras sanitarias son incapaces de hacer frente a la crisis sin precedentes.
La infección de una segunda enfermera en un hospital de Texas (ver nota principal), que se ocupaba de un enfermo liberiano fallecido, provocó el estupor y el temor a que las autoridades sanitarias de Estados Unidos no tengan la dimensión exacta del riesgo. El hecho también puso en evidencia las fallas de los procedimientos para evitar nuevos contagios.
En Francia, el presidente François Hollande anunció la puesta en marcha de “un dispositivo de controles en las llegadas de vuelos provenientes de la zona afectada por el virus”.
En Estados Unidos, el presidente Barack Obama canceló a último momento un viaje previsto hace tiempo para convocar al equipo encargado de coordinar la respuesta frente a la epidemia. También tomó la iniciativa de mantener una videoconferencia con Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel y los jefes de gobierno británico, David Cameron, e italiano, Matteo Renzi.
Según la Casa Blanca, Obama les pidió los dirigentes europeos que hagan un esfuerzo mayor. Una crítica recurrente cuando EEUU envió centenares de militares a la zona de crisis y prometió desbloquear centenares de millones de dólares.
Según el Palacio del Elíseo en París, “todos los dirigentes comunicaron su solidaridad con los países afectados y llamaron a la movilización de la comunidad internacional y de la Unión Europea (UE), en estrecha coordinación con las Naciones Unidas, la OMS y los países involucrados”.