La sospecha de que Alemania obtuvo el Mundial 2006 gracias a la compra de votos de miembros de la FIFA sacude al país y amenaza la imagen de Franz Beckenbauer, campeón ecuménico como jugador en 1974 y como entrenador en 1990, tras las informaciones difundidas hoy por 'Der Spiegel' sobre una supuesta "caja negra" del comité impulsor de ese candidatura.
De acuerdo con el semanario alemán, con esa "caja B" se sobornó a cuatro representantes asiáticos del comité ejecutivo de la FIFA, lo que dio a Alemania la elección como sede del torneo por 12 votos frente a 11 para Sudáfrica, en julio de 2000.
El semanario, a la venta mañana sábado, dedica su portada con el título "El sueño de verano destruido", en alusión a la euforia que rodeó ese torneo, en que Alemania se presentó al mundo como una gran anfitriona y estandarte del juego limpio.
Ya en sus páginas interiores, según los avances difundidos hoy viernes por la redacción del semanario, se afirma que el entonces jefe de Adidas, Robert Louis Dreyfus, contribuyó a esa caja con 10,3 millones de francos suizos -unos 6,7 millones de euros-.
Ni en el presupuesto del comité ni en las cuentas posteriores quedó constancia del fondo, prosigue el semanario.
Un año y medio antes de la celebración del Mundial, por circunstancias confusas, Dreyfus reclamó la devolución de ese dinero, lo que logró a través de unas cuentas relacionadas con la FIFA y bajo canales no aclarados.
La existencia de la "caja B" era conocida por Beckenbauer, impulsor de la candidatura y luego presidente del comité organizador del Mundial, mientras que el actual presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Wolfgang Niersbach, lo supo a más tardar en 2005, apunta ese medio.
Con esa caja negra se compró el voto de los cuatro delegados asiáticos del comité ejecutivo de la FIFA, que acabaron decantándose por Alemania -al igual que los representantes europeos- en la elección de la sede del Mundial.
El representante de Oceanía, Charles Dempsey, se abstuvo inesperadamente, según constata 'Spiegel', lo que dio ese resultado definitivo favorable a Alemania.
Desde la DFB se desmintieron estas informaciones, que calificaron de "insostenibles" y no respaldadas por ningún tipo de dato, por parte de 'Spiegel'.
Antes de que el semanario difundiera esas informaciones, la misma DFB había emitido un primer y críptico comunicado, en que se informaba de la existencia de "impurezas" en un pago de 6,7 millones de euros a la FIFA, en 2005, relacionados con la organización del Mundial 2006.
En ese texto, la DFB decía tener "indicios" de que en abril de 2005 el comité organizador del Mundial hizo esa transferencia a la FIFA y que ésta "probablemente no se utilizó para el fin a que estaba destinada".
Teóricamente, el dinero debía haber sido utilizado para el amplio programa cultural desarrollado en torno al Mundial.