El submarino argentino ARA “San Juan”, con 44 tripulantes a bordo, sufrió un colapso en menos de un segundo en el Atlántico Sur, según un informe de la Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos basado en la señal acústica captada el 15 de noviembre, día de su desaparición.
En el incidente se habría liberado una energía similar a una explosión de 5.700 kilos de TNT, a 380 metros de profundidad, de acuerdo con el informe realizado por el analista acústico Bruce Rule que publicó hoy el diario “La Nación”.
La Armada tomó ayer distancia de este estudio. “No deja de ser una opinión personal de un analista en base a información de otra agencia. Es otro indicio más que se tiene en cuenta pero al momento no hay nada concreto”, declaró el portavoz de la Marina argentina, Enrique Balbi, en una conferencia de prensa en la sede de la fuerza en Buenos Aires.
La señal acústica de un “evento violento consistente con una explosión” fue captada por los sensores hidroacústicos de la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares en un punto muy cercano a la última posición obtenida del submarino el 15 de noviembre, tres horas después de su última comunicación, a unos 430 kilómetros al este de las costas patagónicas argentinas y 1.300 kilómetros al sur de Buenos Aires.
El comandante de la nave reportó aquella madrugada que había ingresado agua salada por el sistema de ventilación del submarino, lo que produjo un cortocircuito y un principio de incendio en la placa de baterías de proa.
Según informó, la avería pudo ser subsanada y continuaba su navegación rumbo a su apostadero en la Base Naval Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de la capital.
El informe de la Oficina de Inteligencia Naval estadounidense concluye que el submarino ARA (Armada República Argentina) “San Juan” se hundió verticalmente a una velocidad de 10 a 13 nudos (18 a 24 kilómetros por hora).
“Aunque la tripulación pudo haber sabido que el colapso era inminente, nunca supieron qué estaba ocurriendo. No se ahogaron ni experimentaron dolor. La muerte fue instantánea”, sostiene el informe. El autor del estudio sostiene que el casco del submarino, de 65 metros de eslora y 7 metros de diámetro, fue “completamente destruido en aproximadamente 40 milisegundos”.
Esta fracción de tiempo representa “la mitad del tiempo mínimo requerido para el reconocimiento cognitivo de un evento”.
La búsqueda del submarino en el lecho marino del Atlántico Sur continúa a cargo de buques de Argentina, Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido, varios de ellos con vehículos sumergibles robotizados (ROV) que pueden descender a las profundidades del océano para verificar algunos indicios detectados.
“Por la tarde, el 'Atlantis', investigará un contacto que se encuentra a 700 metros al sudoeste del área. Había sido detectado por el sonar del buque 'Skandy Patagonia' y corroborado por el 'Cabo De Hornos'. Por la tarde se sumergirá el ROV CURV-21 para inspeccionar el objeto”, indicó Balbi.
Dos indicios que habían sido detectados anteriormente fueron investigados por los ROVs pero se comprobó que no correspondían al submarino, añadió.
El portavoz de la Armada confirmó en tanto que el buque chileno “Cabo de Hornos”, que colaboraba en el operativo, se retiró esta madrugada de la zona de búsqueda para dedicarse a su misión antártica.
Empresas alemanas en la mira
Berlín. Dos empresas alemanas que suministraron baterías del submarino ARA San Juan se encuentran bajo sospecha de haber pagado sobornos para lograr el contrato y de haber ofrecido piezas de calidad inferior, según informaciones de la cadena regional pública alemana “Bayerische Rundfunk” (BR).
El Ministerio alemán del Interior ha confirmado a la cadena que ha recibido un escrito de la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento argentino solicitando información sobre el caso, y que ha remitido la petición al departamento de Economía.
“Existe la sospecha de que las baterías que fueron sustituidas no eran, en parte o en nada, de la calidad que debían haber sido. No sabemos tampoco de dónde llegaron, si de Alemania o de otro país. Por eso queremos saber qué técnicos estaban en el lugar y quién firmó diciendo: bueno, esto ya está reparado”, señala la presidenta de la citada comisión argentina, Cornelia Schmidt-Liermann.
La zona de búsqueda parece una "cordillera invertida"
La Armada argentina afirmó ayer que la zona de búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido hace 25 días con 44 tripulantes a bordo en el océano Atlántico, es de “complejidad” porque parece una “cordillera invertida”.
“La zona de búsqueda está eminentemente ubicada en lo que llamamos talud superior, talud medio”, similar a una “cordillera invertida”, tiene una pendiente de dos grados y “canalones” que pueden tener desde “una decena de metros hasta 200 metros” de profundidad, detalló el oceanógrafo Ariel Troisi durante un parte oficial.
La irregularidad del terreno empeora “el rendimiento de los sensores” y hace que haya “rebotes, falsos ecos”, añadió Troisi.
“Algunas cosas se pueden ver y de otra dirección quedan enmascaradas” y el sensor “puede encontrar un objeto compatible con lo que uno esta buscando y no ser lo que uno busca sino ser simplemente un afloramiento rocoso”, continuó.
En el mismo balance, el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, destacó la dificultad en la búsqueda de un objeto detectado en el Atlántico por sensores y que puede estar relacionado con el submarino.
“Ese objeto, del que todavía no sabemos si es metálico o no, había sido corroborado como objeto a través del buque Cabo de Hornos a través de su sonda”, explicó Balbi.
Señaló que inspeccionarán el objeto, situado “al suroeste del centro de área circular de radio de 40 kilómetros”.