Samuel Mikulak ganó su segunda medalla de oro en la gimnasia de los Juegos Panamericanos y se ilusiona con pelear por un podio en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro dentro de un año.
Buenos resultados, pero la verdadera pasión del estadounidense, su secreto, es el mate, la popular bebida en Argentina, Uruguay y el sur de Brasil.
Mikulak, quien ganó medallas de oro en las competencias de equipos y el concurso individual, estuvo cerca de subir al podio en Londres al figurar quinto en el caballete y la prueba de equipos. Atribuye en gran medida su éxito a la infusión de yerba mate.
``Ayuda a despejarte la mente, te relajas y te puedes concentrar un poco más de lo normal'', explicó Mikulak. ``Me gusta como atleta''.
La yerba mate se produce en el norte de Argentina y sur de Brasil. Contiene cafeína, otras hierbas naturales y se asemeja al té verde, con un sabor amargo similar.
Mikulak dijo que amigos de escuela secundaria en el sur de California le invitaron a beber mate por primera vez.
``Me fui a entrenar después y tuve un día fenomenal'', señaló. ``Me revitalizado, en sintonía con mi mente y cuerpo, y que controlaba mis emociones. Es perfecta para un gimnasta. No quieres entrar a competir hiperactivo. Buscas un punto medio de serenidad, ni muy relajado, ni muy hiperactivo''.
Y desde entonces quedó hechizado con la bebida.
Mikulak, quien hace poco se graduó de la Universidad de Michigan, se ha aventurado en un negocio con un par de amigos de la secundaria, Alex Anunciation y Jordan Gaarenstroom. Han creado una compañía con el fin de vender mate por la Internet. Mikulak cuenta que Anunciation fue quien le hizo beber por primera vez la bebida para ``relajarse con los amigos y tomar respiro de un tren de vida agitado''.
Las ventas son escasas por ahora, aunque la idea es vender el producto en tiendas. Le han puesto el nombre de ``MateBros'', describiéndole como ``una bebida energizante alternativa''.
``En Sudamérica es muy popular y en Estados Unidos no'', explicó Mikulak. ``Habría que hacer que yerba mate sea del gusto del estadounidense y ponerla en una lata. A los tradicionalistas tal vez no les guste, pero podrán seguir bebiéndola como siempre''.