Francisco Do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentina, aseguró hoy que el acuerdo Mercosur-UE "es muy bueno para el vino argentino" y brindará al sector la posibilidad de recuperar el terreno perdido frente a otros países competidores.
En diálogo con Radio Argentina, Do Pico afirmó que "Argentina está muy rezagada, comparada con nuestros competidores, sobre todo con los del Nuevo Mundo, como Estados Unidos, Sudáfrica, Chile, Australia y Nueva Zelanda".
"Tenemos mucho terreno que recuperar, no sólo crecer Argentina en términos relativos a sí misma, sino también tratar de morderle un poco de la torta de importación a esos países", aseguró.
En ese sentido, recordó que "algunos de esos países tienen acuerdos de libre comercio, como Chile y Sudáfrica, otros están en proceso, como Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda, por lo cual es muy importante que Argentina no desaproveche esta oportunidad".
Para el ejecutivo, "la remoción de los aranceles no soluciona la cuestión, es sólo un obstáculo que se remueve de los muchos que hay como los costos logísticos, los problemas macroeconómicos, la falta de inversión en la marca país".
"El tema de los subsidios de Europa es un desafío, pero siempre lo ha sido; pese a ellos, la Argentina ha logrado exportar más de US$ 200 millones al año de vinos a Europa; que Europa tenga subsidiada su industria vitivinícola habla de la falta de competitividad que tiene, sino sería imposible que ingrese tanto vino importado a Europa", consideró.
Según el también director de Relaciones Institucionales del Grupo Peñaflor, entrevistado por el programa Casado con el Campo, el acuerdo "presenta una oportunidad muy grande para la Argentina, no conviene que nos quedemos atrás".
Do Pico resaltó además que "pareciera que la Argentina va a contar con un plazo razonable de ocho años para la desgravación absoluta del comercio bilateral de vinos, lo cual es sumamente prudente, y por el otro lado los vinos que vamos a estar mandando a Europa la desgravación sería inmediata a partir de la entrada en vigencia del acuerdo, por lo cual la Argentina cuanta con una ventaja que Europa no tendría".
Asimismo, recordó que Chile, con un acuerdo vigente desde 2003, más que duplicó sus exportaciones, y nunca ingresó vino europeo salvo en muy pocas cantidades; lo mismo Australia: "La realidad es que los países que son productores fuertes de vino tienden a consumir sus propios vinos; y la mayoría busca el libre comercio de vinos".
Tras admitir que "la competitividad es clave", el ejecutivo concluyó que "si se soluciona el tema arancelario en mercados claves y algunos cuellos de botella (logística y falta de acceso al crédito barato), hay mucho terreno por ganarle a los países que llegaron a los mercados globales mucho antes que nosotros; no queda otra salida que mirar hacia afuera".