Nuevos códigos en la seducción: ellas avanzan y ellos dudan

La irrupción del feminismo actual y los reclamos sociales vinieron a cuestionar el rol de “conquistador” del varón.

Nuevos códigos en la seducción: ellas avanzan y ellos dudan
Nuevos códigos en la seducción: ellas avanzan y ellos dudan

Desde el otro extremo de la mesa del bar ella lo vio y le pareció interesante.Comenzó a estudiarlo y seguir sus movimientos y cuando sus miradas se cruzaron ella no tuvo problema en sostenerla. Le sonrió, él también. Luego de que ocurriese varias veces ella aprovechó la silla que se desocupó al lado, se trasladó y así comenzó la charla. Cuando los vasos se vaciaron ella fue a la barra y trajo dos cervezas más, una para cada uno. Fue una noche larga y divertida en la que ninguno se sintió obligado a responder de ninguna manera, sólo "fluyó".

Hoy la escena podría repetirse en cualquier ámbito, lejos del modelo aquel que exige al varón ser quien toma la iniciativa y a ella esperar lo que le propongan. En los tiempos que corren, los códigos para entablar contacto con alguien que interesa e incluso formar una pareja están atravesando una verdadera revolución. La misma que sufren los patrones culturales, los roles asignados y los estereotipos de género.

El feminismo y la mayor fuerza que tomó los últimos años logró hacer tambalear ciertos modelos y con ello, desdibujar parámetros de conducta tanto de varones como de mujeres. 

A algunos los ha dejado parados en un terreno desconocido, a quienes Serrat les diría: "caminante no hay camino, se hace camino al andar". A otros los ha liberado de respuestas obligadas de acuerdo a lo que se espera.

"Ya no recae todo en el varón – cuenta Lucas (24)-  yo soy tímido y me cuesta dar ese primer paso en general y las chicas ya no sienten esa presión social de que si toman la iniciativa las van etiquetar de "regaladas" porque nada que ver y está bueno que si les gusta una chica o chico puedan dar el primer paso, porque te desliga de cosas que para algunos son complicadas".

"Me parece absurdo y muy limitante que una chica tenga que esperar que le propongan algo así que si tengo que avanzar no tengo problemas, las redes ayudan mucho; también pago mi parte, no necesito ni quiero que alguien lo haga por mí", sentencia Carla (30).

Aunque con matices, cada vez se presiona menos para que el varón responda como se espera: la convención exigía que fuera activo y siempre listo para la conquista, con una gran carga sexual. De no hacerlo, e incluso si era rechazado, debía lidiar con el juicio de sus pares. Esa actitud era (es aún) valorada positivamente pero no así en el caso de la mujer que, de actuar del mismo modo, cargaba con etiquetas negativas. 

Movimientos como el "Me too" (contra el acoso sexual), campañas como "No es No" y los cuestionamientos a los piropos han venido a instalar conceptos que dan marco a estos cambios de actitudes. Pero a la vez, algunos varones aseguran sentirse algo desorientados sobre cuáles serían las nuevas reglas. 

Daniel (48) lo describió: "A veces no sabés si vas a decir algo y va a molestar, uno fue educado de una manera y cuesta, y sobre todo cuando no conocés mucho a la otra persona, como que andás con cuidado al principio". 

Diferentes posiciones que conviven

Las posiciones conviven en la sociedad: en una punta, quienes naturalizaron que cualquiera puede tomar la iniciativa sin incomodarse y en la otra, los que no conciben que una mujer les pague la cuenta. En el medio, un amplio abanico de posibilidades y un repensar en cada salida qué actitud tomar en función de a quién se tenga enfrente.

La edad marca diferencias, se asocia a la educación recibida junto con los estereotipos aprendidos.

Podría decirse que quienes rondan los cuarenta y tantos son los que más trabajo están teniendo: son la bisagra entre la educación recibida y el mundo que se transforma y los atraviesa. Para gran parte de los jóvenes es más natural, son directos y si se puede, prefieren establecer pautas claras. Para los mayores requerirá una deconstrucción de la concepciones de toda la vida que difícilmente consideren, aunque si el contexto lo exige quizás no quede otra. El nivel socioeconómico, la educación y los entornos que se frecuenten también influyen. 

Fernanda (41) asegura que hay cambios pero que depende de la edad. "La persona con la que salgo ahora, tiene 46 años pero es muy de antes, me pasa a buscar y me trae, él maneja los tiempos y paga y le molesta si intento hacerlo yo (…) pero si salgo  con alguien de 32 o 35 años, nos encontramos en algún lugar y paga una vez cada uno", detalló.

Reconoció que en su caso pesa haber sido criada en una familia conservadora aunque de a poco ha incorporado libertades, incluso en el plano sexual toma iniciativa, aunque sólo a medida que gana confianza. 

Las mujeres han comenzado a gestionar más su vida sexual, entre lo cual es más común ir a comprar preservativos y llevarlos en la cartera. 

Pablo (42) reconoce que en ese sentido, los nuevos movimientos lo llevaron a tomar más conciencia sobre el autocuidado mientras que antes se relajaba más con el uso del preservativo. 

“El conquistador”

Para Débora Robledo, Socióloga especialista en Educación Sexual en el feminismo es el tema del momento y se da en el marco de reivindicaciones, reposicionamientos y discursos que han interpelado tanto a varones como mujeres.

"Es cuestionar la idea del hombre que 'conquista a la mujer', y que justamente es la misma palabra que se usó para referirse a la llegada de los españoles al continente", destacó.

Se trata de la dilución del modelo de galán de telenovela, que es quien dispone e inicia una relación y quien plantea sus términos. Desde su punto de vista esa idea del amor romántico, del príncipe que llega para salvar a la princesa, de la media naranja ha sido superada por las nuevas generaciones. 

Las nuevas miradas cuestionan "el rol del hombre que hasta en las relaciones sexuales expresa sus deseos frente a las mujeres que han sido educadas para no expresarlos".

Marcelo Lombino es psicólogo y lidera grupos de la Dirección de Género y Diversidad (DGD) con varones buscan deconstruirse. Explicó que para entender que el varón no sepa cómo pararse  hay que analizar esto a la luz de los cambios de época y en particular los que produjo la ley 26.485 de Prevención de la Violencia contra la Mujer.

"El varón necesariamente se vuelve incómodo y empieza a preguntarse qué es ser varón, de ahí nace el concepto de nuevas masculinidades", resaltó.

Consideró que se han puesto en cuestionamiento la simetría y rigidez de los roles para que ambos puedan acceder a diversos derechos como la crianza y el manejo del dinero.

Señaló que la seducción tiene que ver con conocerse de persona a persona: "Escuchamos en el grupo de varones que no saben si pagar o no, si avanzar o no, es una hoja en blanco, hay que conocer frente a quién se está". 

Lucas, inmerso en una generación que ya naturalizó muchas cosas ha tenido diversas experiencias: "Me ha pasado salir con una chica que directamente me invitó y está bueno que tenga la libertad de hacer lo que quiera, también me ha pasado que la chica esté esperando que lo pagues vos, por ahí hay que tratar si se puede de dejar las cosas claras porque si no se hace incómodo".

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