Sede propia para la unión vecinal del Bancario de Dorrego

Los vecinos debieron esperar 39 años para este acontecimiento. También inauguran biblioteca, bautizada Daniel Talquenca.

Sede propia para la unión vecinal del Bancario de Dorrego
Sede propia para la unión vecinal del Bancario de Dorrego

El progresista barrio jardín Bancario 6 de Noviembre, de Dorrego, está de parabienes. Luego de una espera de 39 años, la unión vecinal del lugar ha inaugurado un moderno edificio, su sede propia, y además abrió una biblioteca popular, bautizada con el nombre del músico y compositor Daniel Talquenca, efectuando de esta manera un homenaje en vida al popular artista (ver aparte).

Todo es muy reciente y por eso la comisión que encabezan Guillermo Domínguez (h), presidente, y Elina Falaschi, vice, está acomodando el vistoso edificio de una planta y 163 m2 cubiertos, cuya inauguración oficial está proyectada para más adelante.

"Pero ya tenemos nuestra sede y comenzamos a trabajar de inmediato en una variedad de proyectos e iniciativas", confió la diligente Gloria García, a quien también se le encomendó la conducción de la biblioteca Talquenca.

La moderna sede es la consecuencia del empeño perseverante de la dirigencia vecinal, compuesta por tres o cuatro varones, y el resto de los cargos por damas, en su mayoría docentes ya jubiladas.

El barrio data de 1971 y dos años más tarde se conformó la unión vecinal, cuyo primer titular fue Eduardo Lemos, educador y supervisor de la DGE, ya fallecido, a quien se recuerda por su compromiso con la barriada y los jóvenes.

Desde aquellos años -primeros tramos de la década del '70- el local propio era una aspiración que no se concretaba, y la entidad se involucró en la materialización de los servicios básicos para el barrio (como gas, cloacas y asfalto), trabajando desde las casas de los miembros de comisión.

En un pasado reciente, los dirigentes comenzaron a pedir apoyo a entidades oficiales y privadas, y en el ir y venir de solicitudes, la Fundación YPF aceptó el desafío y financió la construcción, que se levantó en un predio donado por el municipio de Guaymallén, ubicado sobre el bulevar Dorrego, a metros de calle Tandil.

La cesión municipal es en comodato por 60 años. Como el barrio tiene todas las prestaciones que reclama la vida actual, la sede de la vecinal servirá para albergar las reuniones de la directiva, y profundizar en la realización de cursos, como los de prevención sísmica que se han dado, los ciclos de cine y otras capacitaciones, dirigidas a los vecinos, especialmente a la mujer y el joven.

El proyecto del edificio fue resuelto por los arquitectos y hermanos Andrés y Alejandro Hirschegger, quienes desarrollaron una estructura en armonía con el contexto barrial. La construcción está preparada para una segunda planta.

La Municipalidad de Guaymallén aportó operarios y subvenciones para las conexiones de servicios. Tanto la sede vecinal como la biblioteca y los servicios que las dos organizaciones presten, están concebidos en forma prioritaria para los vecinos del 6 de Noviembre, pero también, con criterio amplio, se ofrecerán a habitantes de barriadas aledañas, como Pattini Dubini, Universitario y 22 de Diciembre, entre otros.

Los libros

Si el edificio vecinal llena de orgullo a la gente del 6 de Noviembre, no es menos auspiciosa la inauguración de la biblioteca Daniel Talquenca, dependiente de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). Hay que señalar que fue unánime la elección del nombre del músico y compositor cuyano, uno de los emblemas del cancionero local.

El sitio, que compartirá el espacio con la unión vecinal, tiene por ahora medio centenar de libros, por lo que se abre un tiempo para recibir obras en donación.

Marta Tillar, Marta de Manoni y Alicia Pacho, otras de las dirigentes y vecinas, señalaron que desde la casa de los libros se ofrecerá apoyo escolar a alumnos y se promoverán actividades recreativas y artísticas.

Ex residentes del barrio, como los ministros de Seguridad, Carlos Aranda, y de Turismo, Javier Espina, Sergio Racciopi y Alberto Mateo, aunque ya no viven en el lugar, siguen colaborando con el terruño donde se criaron.

La comuna que encabeza Alejandro Abraham, prometió habilitar el teléfono e internet, servicios imprescindibles para el funcionamiento de la biblioteca. Muchos vecinos efectuaron distintas donaciones, como materiales de construcción y otros elementos.

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