Lo que presumiblemente había sido planificado como un asalto a una de las viviendas del barrio Jardín Village, terminó en un secuestro que tuvo, previo al pago de una cantidad importante de dinero como rescate, un final feliz con la liberación del joven raptado. Todo ello sucedió entre las 9.10 y las diez de la mañana de ayer.
Para otros investigadores el hecho fue algo planificado. Los delincuentes, utilizando un auto robado, esperaron la salida del dueño de casa, un empresario de 52 años dedicado a la informática, para golpear la puerta de la vivienda en el semi privado barrio y concretaron el secuestro.
De una u otra manera el caso, que ahora se constituyó en uno de los más conmocionantes de los últimos tiempos, se originó pasadas las 9 y terminó con la liberación del joven. Previo a ello, el empresario pagó unos 200 mil pesos.
El hecho, que fue denunciado al 911 después de que el joven fuera liberado, pasó a la órbita de la Justicia Federal, mientras que un grupo especial de la Delegación de la Policía Federal lleva adelante la investigación. Aunque al cierre de la edición nada se sabía de los delincuentes.
Llamaron a la puerta
El principio estuvo relacionado a un asalto a una casa de la manzana B, del barrio Jardín Village, ubicado sobre calle Uspallata, en inmediaciones de La Barraca Mall de Dorrego.
En la vivienda se encontraba un hijo del empresario de 24 años, acompañado por la empleada doméstica, que fue quien atendió la puerta.
El resto fue por demás rápido: tres sujetos que a los gritos y por la fuerza introdujeron a la mujer otra vez en la vivienda, situación que sorprendió al joven, que ante lo imprevisto no tuvo posibilidad de reaccionar, sumado a las amenazas y la exhibición de armas de fuego por parte de los ladrones.
En la casa los delincuentes se hicieron de 4 mil pesos y una notebook. Pero ante la inexistencia de más efectivo, optaron por tomar como rehén al hijo del empresario. La mujer quedó inmovilizada y encerrada en una habitación.
Auto robado
El grupo subió a un Volkswagen Gol Trend color gris. Auto que había sido denunciado como robado por su propietaria, con un cuarto sujeto al volante, quien a toda velocidad tomó la lateral Este del Acceso Sur, hasta Lamadrid, para cruzar la importante vía.
En el trayecto los delincuentes, utilizando el celular del joven, enviaron un mensaje de texto al padre: "Tenemos a tu hijo. Tenés que juntar 4 millones de pesos para volver a verlo".
A esa exigencia monetaria se le sumó otro mensaje, pero hecho en una comunicación telefónica: "No llamés a la Policía".
Otro llamado orientó al empresario dónde debía dejar el dinero: un canasto de basura de Dorrego y Molina. Cumplido ese requisito, el joven fue abandonado en el cruce de las calles Godoy y General Miller, también de Dorrego.
Se trata de un radio que no supera los 3 kilómetros y medio, aunque los sujetos hayan tenido múltiples posibilidades para hacer el recorrido.
Por lo que se sospecha que el "operativo" fue seguido de cerca por los ocupantes del Gol o por otros sujetos, que fueron los que levantaron el dinero.
Entretelones
Una de las condiciones impuestas por los secuestradores para que el hecho terminara como finalmente sucedió fue que no había que denunciar lo ocurrido a las autoridades y que el empresario en persona debía llevar el dinero.
De acuerdo a lo informado por el Ministerio, el hecho fue dado a conocer al 911 después de que el joven se reencontrara con su familia.
Según trascendidos, en su declaración el empresario aseguró haber salido hacia su lugar de trabajo minutos después de las 9.
Y cuando recibió el llamado, juntó lo que tenía (unos 200 mil pesos) y, siguiendo las instrucciones de los delincuentes, lo dejó en el lugar indicado y se alejó del lugar. El resto, en otra esquina, fue el reencuentro con su hijo.
Otros casos: cuatro policías condenados
A las 8 del 23 de febrero de 2016, Antonella (hija de un empresario dedicado a la distribución de bebidas) se conducía en un 208 por avenida San Martín y al doblar por Santa Rita, su marcha fue interceptada por lo menos por tres vehículos. Se bajaron 3 hombres armados y la encerraron en la parte trasera de una Eco Sport, donde le taparon la cabeza con un trapo.
La joven fue llevada a una vivienda donde pasó 14 horas y luego la liberaron en Jujuy y Bajada de Arrollabes.
La familia de Antonella pagó más de $ 600 mil pesos y 16 mil dólares, dinero que fue dejado primero en un canasto de basura de calle Bahía Blanca de Las Heras y después en la vereda de calle Rodríguez, en Ciudad.
Los delincuentes se dividieron las tareas: mientras un grupo se ocupó de mantener a la víctima privada de su libertad, otros tuvieron a su cargo las comunicaciones extorsivas y, principalmente, coordinar el pago de los dos rescates.
Los restantes sujetos se dedicaron al seguimiento y vigilancia del extorsionado.
También se descubrió que los policías implicados en el hecho se dedicaron a obtener y entregar al grupo una radio (MM86), y luego tratar de ocultar a sus superiores la utilización de esa herramienta policial.
La sentencia del 4 de julio pasado encontró culpables a los cuatro uniformados implicados: Marcelo Amaya (41) recibió una pena de 7 años y 6 meses de cárcel; Aníbal Luna (39), 14 años; Néstor Miranda (31), 7 años y 6 meses; y Fabio García (31), 7 años y 6 meses. Todos por el delito de secuestro extorsivo agravado por integrar una fuerza de seguridad y la participación de tres o más personas. Luna fue condenado por participación primaria, los otros por participación secundaria.
También se condenó al mecánico Pablo Bustos (28) a 15 años de prisión; al también mecánico Carlos Fernández (40) a 18 años; al desempleado Fernando Alfonso Lira (39), 17 años; y al chofer de colectivos Héctor Quinteros (34) a 16 años. En este caso la imputación fue por secuestro extorsivo agravado por la participación de tres o más personas y porque se cometió con "violencia o intimidación mediante el empleo de arma de fuego"
Otros condenados fueron el electricista Néstor Rosales (33) y el jardinero José Rosales (65) quienes recibieron penas de 5 años y 3 años y 3 meses, respectivamente, pero por el delito de acopio de armas.
Nancy Quinteros (2015)
El 3 de enero 2015, Nancy del Valle Quinteros (42) fue víctima de robo y de rapto cuando se encontraba trabajando en su hotel alojamiento de calle Terrada al 325 en Godoy Cruz.
Su familia tuvo que pagar una recompensa de 200 mil pesos. Al menos cinco hombres ingresaron al hotel alojamiento con armas de fuego y luego de robar elementos se la llevaron por la fuerza en su vehículo, un Audi color blanco.
Del lugar, los malvivientes se alzaron con 40.000 pesos y un monitor de computadora. El Audi, al contar con GPS, permitió a los investigadores determinar que el vehículo estuvo en La Estanzuela y más tarde fue encontrado abandonado en la Ruta 82, de Luján.
En tanto, la mujer fue hallada ilesa en el callejón Peralta a 200 metros del Camping del SUPE en Luján.
Cristian Letard (2005)
El 23 de agosto de 2005, en plena ola de secuestros en el país, Cristian Letard levantó a dos desconocidos en la ruta, que terminaron siendo sus secuestradores.
Pasó 10 horas en cautiverio y pidieron un rescate al final de 60 mil pesos. Siete meses después, uno de los imputados, Marcelo Cortínez, declaró haber formado parte del secuestro e implicó en el mismo a Cristian Letard. Por lo que se abrió la sospecha de un "autosecuestro".
El 17 de febrero de 2007 Marcelo Cortínez, Héctor Cortínez, Juan Gómez y Luis Amaya, a 16 años de prisión. Todos, salvo Gómez, contaban con antecedentes policiales.