Una noche-madrugada plagada de pánico fue la que vivió la empresaria propietaria de varios hoteles alojamiento Nancy del Valle Quinteros (42) después de que fuera raptada por una banda de secuestradores.
Dos de ellos fueron apresados en el transcurso de la madrugada de ayer y se recuperó algo del dinero. La víctima fue liberada sana y salva en Luján. Intervino el Juzgado Federal 1, a cargo de María Alejandra Obregón.
La odisea comenzó el viernes a las 23.30, cuando dos sujetos armados irrumpieron en el motel Flamingo, ubicado en calle Terrada al 300 de Godoy Cruz.
"Evidentemente fueron en busca de la mujer porque preguntaron por ella", indicó una fuente policial. De ese modo, los dos delincuentes se fueron con Nancy en el Audi A1 de su propiedad. El secuestro comenzaba.
Por celular
Una vez con la mujer raptada, uno de los delincuentes le pidió el celular y empezó a comunicarse con uno de los hermanos de la víctima; paralelamente, otro secuaz de la banda se hizo también del número del hermano de la mujer ya que el hombre recibía llamados extorsivos desde varios celulares, incluido el de su hermana.
Inicialmente pidieron un millón de pesos de rescate, una cifra que la familia consideró excesiva. Como suele ocurrir en este tipo de sucesos, los sujetos comenzaron a bajar sus pretensiones y acordaron un pago final de 250 mil pesos.
Mientras todo esto ocurría, la Policía ya había tomado conocimiento de la situación y a la una de la mañana se produjo la primera novedad: el auto de la mujer (cuyo GPS indicaba que habían pasado por barrios de la zona oeste de Godoy Cruz), apareció a cincuenta metros de la
Panamericana (ruta provincial 82) a la altura del kilómetro 20, pasando la zona de boliches de Luján. "El auto estaba perfectamente cerrado y no le faltaba nada", indicó un pesquisa.
Primera entrega
En el medio de las negociaciones, los secuestradores volvieron a comunicarse con los familiares de Quinteros y acordaron la primera entrega de dinero. Los 50 mil pesos en billetes de 100 fueron arrojados desde un auto en una bolsa en el Corredor del Oeste a la altura de la calle Salvador Civit de Godoy Cruz.
En la segunda entrega, llevada a cabo del mismo modo y media hora más tarde -no más de las tres de la mañana- los allegados a la víctima arrojaron otra bolsa muy cerca del sitio anterior, pero en esa ocasión el monto llegó a los 200 mil pesos en efectivo.
En ambos casos, dos personas se acercaron a buscar las sacas con el dinero y se introdujeron al barrio Palumbo de Godoy Cruz, en dos casas que pocos minutos después iban a ser allanadas.
Entretanto, los secuestradores no abandonaban a su presa por más que el rescate ya se había pagado y entonces comenzó la preocupación ya que recién dos horas más tarde, a las seis de la mañana, una llamada al 911 indicaba que la mujer había aparecido sana y salva.
La Policía informó que la señora Quinteros fue abandonada en el callejón Peralta, a pocos metros del camping del Supe, en Luján de Cuyo. "Más allá del shock lógico, la víctima se encontraba en buenas condiciones de salud", informó la Policía por medio de un comunicado.
Algo de plata
Antes de que la señora Quinteros fuera liberada, la fiscal federal del caso, María Alejandra Obregón, ya había avanzado bastante en la pesquisa. De ese modo, alrededor de las 4 de la mañana se ordenó el allanamiento de una casa de la calle Manuel Moreno al 1000 del barrio Palumbo.
"Allí se detuvo a Gustavo Vergara, de 37 años, a quien se le encontraron 62.200 pesos, presuntamente fruto del pago del segundo rescate; además de una pistola calibre 22", explicaron fuentes policiales.
En esa casa se vivió una situación extraña, porque además de ese dinero los pesquisas dieron con 38 mil pesos en otro sitio de la vivienda. Entonces salió el padre de Vergara a decir que esa plata era de él y que él no tenía nada que ver con lo que hacía su hijo. Igualmente, esos 38 mil pesos fueron llevados en calidad de secuestro.
Acto seguido tuvo lugar un segundo allanamiento ordenado por la fiscal Obregón a partir de tareas de inteligencia que ya se llevaban a cabo; fue en la calle Estrada al 500 del mismo barrio Palumbo de Godoy Cruz. En esa vivienda detuvieron a un joven identificado por la
Policía como Victor Adaro (26), con algunos antecedentes menores. A él no le hallaron dinero pero igual fue detenido. "Tenía en su poder las dos bolsas en las que se había cargado el dinero", confió una fuente policial.
Además, en el interior de una camioneta Ford F 100 que estaba en la casa del sospechoso hallaron -además de las dos bolsas marcadas- sogas y guantes de látex.
Lo que viene
Ayer por la mañana, la fiscal Alejandra Obregón imputó a los dos detenidos por el delito de secuestro extorsivo y los mandó a encerrar hasta mañana, día en que serán indagados. "Del mismo modo, la fiscal está a la espera de más detalles que se desprendan de la pesquisa", indicó un colaborador.
En ese sentido, algunos efectivos que participaron de la pesquisa no disimularon cierto malestar, ya que esperaban que los dos apresados fueran indagados ayer mismo. "Son dos días en que los que faltan detener (de la banda) pueden desaparecer", confesó uno de los sabuesos, que había quedado con ganas de seguir más profundamente la causa.
Por su parte, la víctima se reunió con su familia y también va a participar de las medidas judiciales mañana, cuando la pesadilla que vivió se parezca un poco más a un mal recuerdo.