Desde hace más de una decena de años, el sector cuatro de las playas de Reñaca ha sido el anfitrión del verano mendocino. El verano 2013 no es la excepción, aunque no luce tan lleno como en temporadas anteriores.
El cambio desfavorable y las posibles -hasta ahora desapercibidas- demoras en la aduana son elementos a tener en cuenta para explicar el porqué de la disminución del número de comprovincianos que eligieron Chile para su descanso.
"Nos hemos traído comida desde Mendoza y solo una vez fuimos a comer afuera. Es que está todo carísimo, aunque es cierto que en nuestro país las cosas no son muy diferentes", comentó Mariana Rinaudo quien se encuentra de vacaciones junto a su familia compuesta por Gastón Fernández, Juan Carlos Rinaudo, Natalia Rinaudo, Nehuén Pena, Anahí Rinaudo, Tomás Cortés, todos de Villanueva, Guaymallén.
Más distendidas y menos ocupadas del precio de los alimentos o los alquileres, Fernanda Mieras (19), Marianela Bernal (20), Denise Olivos (18) y Paulette Elliot se instalaron en pleno sector 4 para disfrutar del sol y aguantar un poco de viento frío. "Hacemos de todo. Jugamos a la pelota paleta, tomamos mates y cuando nos aburrimos nos ponemos con las cartas. Nos quedamos hasta el 15", dijeron entre todas.
Mientras otros mendocinos disfrutan del renovado paisaje de Reñaca -ya que se modificó el borde costero haciéndolo más agradable a la vista- otros se animan a meterse en el agua, aunque no son muchos debido a las frías temperaturas del agua. "Me meto pero solo un rato, porque te congelás. Por ahí el agua de Buenos Aires es más cálida pero a nosotros nos queda muy lejos", finalizó Adrián Combarini, oriundo de Las Heras.