Sector financiero: el desplome de los préstamos y depósitos

La PASO presidenciales fueron el punto de partida para la crisis sectorial y el posterior impacto negativo en el resto de la economía.

Sector financiero: el desplome de los préstamos y depósitos
Sector financiero: el desplome de los préstamos y depósitos

El año pasado, en Mendoza, los préstamos cayeron más de un 25%, con el impacto que esto tiene para el sector productivo y la actividad económica en general. Además, la morosidad se incrementó, particularmente en los créditos otorgados a personas en relación de dependencia. Y los depósitos de origen privado disminuyeron por encima del 10%. El mercado financiero fue, según refleja el informe anual del Ieral, uno de los principales factores determinantes de la recesión de la economía local. 

Desde hace 15 años, el Instituto de Estudios de la Realidad de Argentina y Latinoamérica, de la Fundación Mediterránea, elabora un anuario en el que presenta un análisis del panorama general y sectorial de la economía mendocina durante el año anterior y esboza escenarios posibles para el actual. En 2019, el sector financiero, junto con la macro, fueron los dos factores que más contribuyeron a sostener la recesión provincial.

El equipo dirigido por los  economistas Gustavo Reyes y Jorge Day detalló que la incertidumbre que generó el resultado de las PASO provocó que los depósitos en dólares cayeran un 40% y que aumentara al máximo el ahorro. Como la gente quería deshacerse de los pesos y comprar la moneda estadounidense, se produjo una caída del gasto, ya que en vez de consumo hubo un resguardo en los billetes verdes.

El Banco Central intervino para reducir la presión sobre el tipo de cambio, contrajo la cantidad de pesos en el mercado e hizo subir las tasas de interés. Esto desalentó tanto la toma de créditos como el otorgamiento por parte de las entidades bancarias.

En condiciones normales, detalla el informe, los créditos expanden el nivel de actividad económica y los depósitos lo contraen. Pero la disminución de los ahorros, cuando se vincula a una salida de capitales, no implica un aumento del gasto, ya que se usan para comprar dólares. En 2019 cayeron tanto los depósitos como los préstamos y de ahí que el sector financiero (que representa el 3% del PBG) haya sido muy contractivo para la economía. Por otra parte, el rubro tuvo una baja de 6,5% en el empleo formal.

Los créditos totales, netos de inflación, se redujeron más de un 25% el año pasado. El descenso se explica tanto por el hecho de que la recesión y la incertidumbre contrajeron la demanda, como por la falta de fondos (depósitos) y la reticencia de los bancos a otorgarlos por temor a una falta de pago.

De hecho, se registró un incremento en la morosidad, especialmente en los préstamos personales. En esto hubo una diferencia con respecto a lo que ocurrió en el país, donde la mora fue más marcada por parte de las empresas.

Si bien los depósitos aumentaron un 12%, fueron los públicos los que crecieron, mientras los privados disminuyeron un 10%, con una aceleración del descenso en el segundo semestre.

Gustavo Reyes acotó que si una persona ahorra un 20% de sus ingresos, es probable que, en una situación de pánico, reduzca su consumo -"ajuste mucho el cinturón"- e intente ahorrar más y ese dinero pase a fuga de capitales. Sin embargo, agregó que esta salida de fondos no se observó en diciembre y enero, aunque tampoco entraron al sistema. Ahora resta ver qué ocurrirá en los próximos meses con la posible entrada en default y el efecto coronavirus. 

Bajas expectativas

Federico Pagano, gerente de Montemar Compañía Financiera, detalló que esta disminución en el monto total de dinero que pidió la gente se explica porque se toman créditos cuando hay expectativas expansivas. En cambio, cuando el índice de confianza del consumidor baja, los préstamos personales se ven afectados y bajan. Esta es una situación que se viene dando, puntualizó, desde hace más de dos años.

Pero también acotó que los bancos y las financieras suelen prestar de acuerdo a la capacidad de pago de la gente. Con inflación alta y el aumento significativo del costo de vida, esta capacidad disminuye y el monto a prestar no puede incrementarse. De ahí que el préstamo promedio que se otorgó en 2019 haya sido similar al de 2017. Como contraparte, las personas comenzaron a cargar sus consumos en las tarjetas de crédito, pagando el mínimo y reduciéndose aún más la posibilidad de afrontar un crédito.

En cuanto a la retracción de los depósitos, señaló que obedece a una falta de confianza en la moneda local y añadió que, de no ser por el cepo, los pesos en las entidades bancarias migrarían a dólares. Y eso no ocurre porque las personas y las empresas necesitan billetes nacionales para seguir operando y también porque no es posible ir con todo el dinero al mercado paralelo.

Pagano agregó que el sector financiero es ínfimo y que, según el valor que se tome, representa entre 7,5 y 15% del PBI de la Argentina. En comparación, en los países vecinos oscila entre el 40 y el 115%. Esto significa que en éstos el sistema puede acompañar procesos de crecimiento de la economía mucho más importantes que los de nuestro país.

El principal obstáculo para que esto ocurra es la desconfianza en la moneda nacional, originada en los sistemáticos déficits fiscales. Y el camino para revertir este escenario y salir del estancamiento es, en su opinión, contar con reglas claras que permitan reconstruir la confianza.

Mercado de valores

Elena Alonso, presidente de Nix Valores, señaló que las PASO marcaron un antes y un después en las decisiones de inversión. Hasta las primarias de agosto, las personas optaban por títulos soberanos, mientras después la incertidumbre los hizo migrar hacia el dólar. Asimismo, las altas tasas del sistema financiero frenaron la actividad económica y de ahí que el gobierno haya apuntado a regularizar esto para incentivar la producción.

Pese a la falta de dinero disponible en el mercado, destacó Alonso, se han sostenido líneas para que las pymes puedan descontar cheques a una tasa razonable, ya que siempre hay organismos que compran instrumentos avalados por las Sociedades de Garantías Recíprocas. El interés, después de haber llegado a un 45 a 50% en 2019, se ubica hoy en un 28 a 33%, según la SGR que intervenga (y llega al 46% sin aval).

En cuanto a las inversiones, señaló que la gente todavía no tiene confianza en los instrumentos del Estado, como letras, y que si bien las acciones están muy bajas, son pocos los que se animan a esta opción porque el contexto internacional genera una incertidumbre muy alta. En cambio sí pueden elegir las cauciones bursátiles, que tienen un rendimiento similar al plazo fijo, y las Lecap de corto plazo, con un 50 a 60%.

De todos modos, estimó que el poco movimiento y la expectativa se van a mantener por lo menos hasta mediados de año, cuando se comiencen a vislumbrar decisiones de mediano y largo plazo, ya que por el momento no se sabe si el Estado va a pagar letras la semana que viene, ni en qué condiciones.

Baja de tasas

El economista Pablo Salvador atribuyó la disminución en la toma de créditos a que la tasa de interés de referencia del Banco Central subió mucho y las restantes acompañaban esa tendencia. Y planteó que esta caída en los préstamos es negativa porque una forma genuina de que crezca la economía es a través del crédito, ya que las empresas piden dinero -no suelen usar efectivo- para comprar maquinarias o un local y expandirse, con lo que contratan más gente.

Pero para que recurran a un préstamo, la tasa de interés tiene que ser baja, lo que requiere que la inflación también lo sea. Salvador indicó que las perspectivas para 2020 son que aumenten los créditos porque el gobierno está bajando la tasa de interés de referencia, pero aclaró que lo hace de un modo artificial, porque la inflación sigue alta. Y agregó que es de esperarse que se vuelva a disparar cuando dejen de contener los precios, las tarifas, el tipo de cambio.

Por otra parte, explicó que la contracara de esta baja en la tasa de interés para los préstamos es que también ha caído la de depósitos en plazo fijo, ya que actualmente no llega al 30% para 12 meses. Sobre esto, acotó que mucha gente sacó sus pesos del banco antes de las PASO y las generales de octubre para dolarizarse, pero en diciembre y enero tuvo que vender parte de esos dólares para pagar vacaciones (particulares) y sueldos y aguinaldos (empresas). De ahí que sea probable que más adelante vuelvan a comprar moneda estadounidense y el blue suba.

En su visita a la provincia la semana pasada, el gerente general del Banco Nación, Juan José Fragati, indicó que tienen una política de ir a la baja de tasas y que el hecho de que la de las Leliq esté al 38% repercute en las demás. También detalló que están descontando cheques al 34%, muy buena en comparación con el 80% al que se llegó, pero alta aún para una actividad que no tenga una rentabilidad significativa.

Agregó que también se llevó a 27,9% la tasa de capital de trabajo, que es una herramienta de uso cotidiano para cualquier empresa, pero también reconoció que se debería llegar a menos del 20% y que la intención es que el Nación lidere un camino a la baja en los interese de los créditos.

Fragati explicó que están observando un alza en los depósitos en pesos y en dólares, pese a que estas tasas -pasivas- también se han reducido y están en el orden del 29%.

Esta disposición de fondos, les permite, destacó, bajar el costo de los préstamos y aspira a que los empresarios trasladen a sus precios la disminución de intereses y que esto a su vez impacte positivamente en la inflación.

Los mercados caen a nivel mundial por el coronavirus

Los mercados de capitales de todo el planeta sufrieron la peor debacle financiera en décadas, debido a la propagación del coronavirus, lo que obligó a los gobiernos a extremar medidas sanitarias y dar ayuda financiera para paliar la brusca caída de la actividad económica. En Estados Unidos, por ejemplo, el índice Dow Jones experimentó una fenomenal contracción de casi 10%, en la baja más importante desde octubre de 1987, y el quinto derrumbe más importante de su historia.

En la zona Euro, las acciones en Londres cayeron 10,9%; en París y en Frankfurt 12,2%; en Madrid, 14% y el indicador líder del continente el Stoxx 50 se derrumbó 10,9%. Tanto en Estados Unidos como en  Europa se aprobaron medidas de estímulo financiero y fiscal para reactivar sus economías. 

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