Con un guión escrito a cuatro manos junto al director Hernán Gerschuny, Sebastián Wainraich (41) dio a luz “Una noche de amor”, la comedia en la que debuta como protagonista y que hace eje en un matrimonio de cuarentones que, tras 12 años de convivencia, están atravesando su primera gran crisis.
En la película Wainraich encarna a Leonel, precisamente un guionista que está escribiendo su primer trabajo para cine y que está casado con Paola, interpretada por Carla Peterson, que esta vez es una psicoanalista y con quien tiene dos hijos.
Al cumplirse más de una década de convivencia el desgaste parece inevitable y, ante tantas discusiones e impaciencias, deciden salir solos una noche para buscar la manera de reinventar la pasión y la diversión. Pero más que una noche cualquiera de sus vidas, será una velada que los llevará de aquí para allá mezclando realidad y fantasía y que también servirá para abrirles los ojos.
Este segundo largometraje de Gerschuny después de “El crítico” (2013), suma en su elenco a Rafael Spregelburd, María Carámbula, Jimena Bustos y Soledad Silveyra como la mamá de Leonel.
Wainraich. que hasta ahora sólo había hecho una breve aparición en cine en la película “Por un tiempo” (2012), pero es conocido por sus trabajos televisivos en “Cita a ciegas” o “Los Únicos” y como conductor de “Duro de domar”, “Televisión registrada” o “La Biblia y el calefón”, habla aquí de su experiencia no solo como guionista con Guerschuny sino también de protagonizar una comedia junto a consagrados actores.
-¿Cómo llegaste a la película?
-Fue algo natural, algo buscado, algo que quería hacer y ahora estoy orgulloso y contento porque me gusta la película, me gusta como quedó, la estética que tiene la fotografía, es una película que yo iría a ver.
-¿Qué te aportó el cine sobre lo que venías haciendo hasta ahora?
-En el cine aprendí, por ejemplo, que tengo más paciencia de lo que creía, porque hay que esperar mucho muchas veces, porque todo es muy distinto, por ejemplo a la radio donde hay otros tiempos, o al teatro que es un trabajo más colectivo, o a la misma televisión que es la inmediatez pura. El cine es la mejor experiencia, y la mejor opción, a la hora de contar una historia.
-Es tu primer protagónico en cine... ¿Cómo esperás que lo reciba el público?
-No lo sé. Yo insisto simplemente en que es una película que iría a ver y creo que abarca a un público muy grande, porque la pareja es un tema que nos importa a todos, y aquí se enfoca desde un costado cómico pero también uno de reflexión y de drama, que está bueno.
-Cuando empieza se sabe poco y nada de la pareja protagónica.
-Hay un misterio acerca de qué va a pasar con estos dos y tiene algunos vericuetos. Mi personaje tiene una fantasía en un momento de vivir con otra persona y eso deja al espectador un poco perdido, en el buen sentido, porque se pregunta ‘¿qué está pasando acá?’
-¿Pensás seguir apostando por el cine?
-Sí, pienso seguir escribiendo para cine y hasta creo que esta pareja pide otra historia, que sería una segunda parte, obviamente no la continuación de lo que ahora contamos sino otro día de sus vidas.
-Hay otro personaje fuerte en la trama...
-Hay un personaje como el de Rafael Spregelburd, que al principio querés matarlo pero después te preguntás si no estará acertado cuando lo escuchás un poco.
-¿Cómo fue trabajar con Carla Peterson?
-Con Carla nos cruzábamos en el Paseo La Plaza, yo estaba con “Cómico”, ella con “Corazón idiota”. Siempre la pensaba para este papel, una mujer con presencia fuerte, y resultó ser muy buena compañera.
El uno para el otro
“El primer encuentro con Wainraich fue hace tres años, cuando yo estrenaba 'El crítico', mi primera película, y él me dijo que tenía algo armado”, cuenta Hernán Guerschuny, quien agrega que “eran largos diálogos que me gustaban y fuimos trabajando durante unos ocho meses para darle una mejor estructura, limpiar lo declamatorio y aportarle cosas que tuvieran que ver con el lenguaje del cine", explica el director de "Una noche de amor”.
“Con Sebastián hablamos de temas muy parecidos -dice el cineasta de 42 años- además de compartir el barrio, la edad y tener más o menos las mismas ideas frente a muchas cosas”.