11.30 es la cita. Y el entrevistado llega puntual. Saluda y se acomoda con tranquilidad. Se siente como en casa. Y es que el café en Carrodilla es su pasada habitual antes de ir a entrenar.
Sebastián Méndez se prepara para otra charla. Y como siempre habla de todo. Sin quedarse con nada. Sanguinario y pasional como es.
A horas de enfrentar otro desafío en la Copa Argentina.
-Hoy pasó a ser el objetivo de algunos equipos grandes.
-Sí, es así. Y es por dos razones, porque varios de los equipos grandes se quedaron afuera de la Libertadores y necesitan de la Copa
Argentina, la otra porque significa una vía de escape ante la falta de fútbol.
-Ustedes la miran con otros ojos.
Es verdad. Para nosotros es distinto, representa una Copa, un título y queremos ganarla. A la Libertadores podemos llegar por otro camino. Da prestigio ganarla.
-¿Te quedó una espina clavada del torneo anterior?
-No, pero hay cosas que te dejan marcas y cicatrices. Y lo único que queda es mirarte las cicatrices cuando estás mal para saber qué pasó.
-¿Es grande la cicatriz?
-Sí. Son cosas que duelen, como te duelen de jugador. Y si no fuese así, quiere decir que no te interesan.
-Hoy más frío y con el paso del tiempo, ¿qué crees que le pasó al equipo?
-En San Juan el partido lo arrancamos bien, pero después del gol de ellos no tuvimos la reacción anímica que sí se dio en otros partidos.
Después, el entorno pudo haber jugado al no tener experiencia de jugar partidos decisivos. De todas formas, lo del equipo es irreprochable.
-¿Y vos en lo personal? ¿Te reprochás algo?
-No, después de San Martín yo dije que me costó mucho la semana previa al partido con Estudiantes. Fue muy duro, estaba con mucho dolor. El partido lo preparamos con lo que teníamos y de la mejor manera que pudimos, pero estábamos muy golpeados y ellos llegaron bien arriba.
-¿No fue un error tuyo mostrarte tan golpeado ante la gente y los jugadores?
-Nosotros siempre tenemos que estar bien, pero soy un ser humano. Tengo días malos y buenos, pero cuando llego a entrenar estoy bien.
Lo que pasó después del partido con San Martín es lo mismo que le ocurre a una persona que está en un grupo y busca un objetivo. No creo que sea para reclamarme algo. Tenía dolor, y muchas veces es difícil disimularlo. Por ahí tengo que aprender un montón de cosas.
-Es también un mensaje para los jugadores.
-Los jugadores también estaban golpeados. Fue difícil levantarse. Yo me hice responsable porque lo soy, sino quién lo es. Yo no me quería ir de Mendoza y no me quiero ir. No pensaba irme de esa manera tras perder con Estudiantes.
-¿Le presentaste o no la renuncia a Mansur?
-Hablamos de muchas cosas que quedan en la intimidad. El partido fue un sábado y el martes ya estaba en casa viendo quién se iba y quién se quedaba, para volver a empezar. Obvio que estaba desilusionado por no cumplir el objetivo.
-¿Te costó cambiarle el chip al plantel?
-La verdad que no, eso no cuesta. Este es un nuevo desafío, y es una responsabilidad. Siempre es así, si no esto no funciona. Hay que ponerse objetivos y tratar de cumplirlos.
-¿Aprendiste mucho en los primeros seis meses en Godoy Cruz?
-Siempre se aprenden cosas, y más en la derrotas. Fueron meses muy intensos y con el tiempo ves que el trabajo resultó positivo, aunque hay que hacer autocrítica. Fue un tiempo muy bueno, porque a mí la presión me gusta. Cuando no peleas por nada es terrible. El tema es luchar por algo, lograr cosas importantes.
-Godoy Cruz no estaba acostumbrado a luchar en esas instancias, de jugar una final.
-Pero está bien, y lo entiendo. Yo bajo un mensaje y no sabés si vas a llegar, pero hay que intentarlo. En mi cabeza no entra otra cosa que lograr cosas importantes.
-¿Hoy cambiarías algo?
-Con el equipo que teníamos y viendo cómo fuimos creciendo, creo que no cambiaría nada.
-Ahora se escribe otra historia.
- Veremos qué hay para cambiar, porque recién estamos iniciando el camino. Los balances se hacen al final.
-Está claro que ahora se les va a exigir más, después del torneo anterior.
-Estoy acostumbrado a vivir con presión. Yo debuté a los 17 años en Vélez y ganamos la Copa Libertadores, y cuando no se conseguían cosas explotaba todo. Me moviliza, me mataría no tener presión.
-¿Cómo vas imaginando este nuevo modelo?
-Ningún equipo es igual a otro. Este equipo debe encontrar su identidad y eso te lo da los partidos, y tiene que contar con confianza para hacer las cosas. Es un equipo equilibrado en edad y en la gente que vino.
-¿Es más maduro que el anterior?
-Puede ser que sí. Además nos conocemos mejor porque tenemos siete meses juntos.
-La base la tenés, eso ayuda a encontrar la identidad.
-Es verdad, pero se sumaron chicos nuevos y, más allá del juego, la identidad del plantel tiene que ver con la personalidad del grupo, de qué manera se revela ante situaciones de partidos. No es sólo cómo va a jugar, sino también cómo los encaras.
La conversación se interrumpe cuando se acerca un niño con su abuelo y la pregunta es inevitable. ¿Vos sos Méndez, el técnico de Godoy Cruz?. El Gallego responde con una sonrisa y extrema amabilidad, y es que se siente reconfortado con el cariño de la gente.
Y todo sigue...
-¿Ha crecido el plantel?
-El grupo se va formando de a poco, creo que es un grupo maduro. Haber pasado por ciertas situaciones en el torneo pasado, te da mayor crecimiento individual que lo trasladás al plano colectivo.
-¿Están para pelear el campeonato?
-En su momento creo que vamos a estar en condiciones de pelear el torneo. Yo quiero ganar algo con el club. Sería genial.
-¿El gran sueño es dirigir este equipo en la Copa Libertadores?
-Sí. Sería un sueño. El gran desafío es mantenerse arriba. Soñar está bueno, pero a la mañana hay que levantarse y trabajar. El sueño es más para la gente, nosotros debemos mantener los pies sobre la tierra y trabajar, no hay otro secreto.
-¿El club va de la mano con las aspiraciones de ustedes o ves cierto conformismo?
-El club trató de mantener el plantel y los jugadores que llegaron fueron consensuados. Todos estamos embarcados en lo mismo. Siempre hay cosas para mejorar, en todos los aspectos. No puedo decir nada con respecto a esto.
-¿Hay jugadores que no se dan cuenta dónde están y lo que viven?
-Algunas veces sí, pero es nuestra labor darse cuenta y corregirlos. El plantel anterior y el actual está formando por chicos muy humildes y lo demuestran todos los días con detalles. Hay cosas que se conocen y otras no.
Me satisface como conductor y me hace pensar que hay grandes personas. Entiendo que en el fútbol muchas veces se pierde la noción de lo que estás haciendo, pero rápido te bajan. Es así. Si te crees algo que no sos, te hacen ver la verdad muy rápido.
La vida en Mendoza
“La gente me respeta y eso lo valoro mucho”
“Estoy muy cómodo en Mendoza, se puede trabajar tranquilo. Yo vivo con naturalidad. Hay que ser agradecido. La gente me respeta y no pasa a menudo en el fútbol. Yo me quedo hablando con cualquier persona y lo valoro mucho. Acá el día a día es genial, hay detalles que en otro lado no existen. Me encanta”.
El caso Ayoví: en paz y preservando al grupo
Las aguas bajan calmas con respecto a Jaime Ayoví, pero en su momento el técnico se molestó con la actitud del ecuatoriano de llegar tarde a la pretemporada. Hoy reina la paz, pero el Gallego tiene en claro cuáles son las prioridades.
“El tema se arregló conversando mucho con él, no existió otra manera. Jaime entendió la situación y yo también entendí cosas que me explicó en su momento. Él no es tan extrovertido y habla poco, pero son rasgos de la personalidad, ni mejor ni peor. No estoy para matar a nadie, estoy para que haya orden. Sí estaba molesto porque no me gustan las desprolijidades, y no digo sea de él. No me gustan cuando las cosas son poco claras porque detrás hay un grupo de 30 personas. No puedo permitir que algo dañe la convivencia del plantel, debo defender el grupo, siempre”. Clarito el DT.
Su relación con Mansur
Mucho se habla sobre su relación con el presidente José Mansur. Es más, en algún momento del semestre anterior se deslizó que existió una pelea.
El DT reconoce que no son amigos, pero se llevan muy bien. “Con José tenemos una relación muy cordial, hablamos cuando es necesario.
Los dos queremos lo mejor para la institución. Nunca tuve un problema con él”, marca con firmeza. Méndez tiene muy en claro cómo es la historia entre los técnicos y los dirigente. ¿Qué pasaría si le imponen algún jugador? “Creo que no tardaría un segundo en irme del club.
Por suerte no me pasó en los anteriores equipos y tampoco se dio en Godoy Cruz. Todos son muy respetuosos y conocen cuál es el límite”.
Y su postura tiene una explicación: “No me meto en la parte institucional de la entidad, por eso no me gustaría que se metan en mis decisiones con respecto al armado del equipo”. Aunque sí deja en claro que es fundamental el diálogo fluido con los directivos.
“Antes de los partidos no entra nadie al vestuario. Con los dirigentes es muy bueno hablar de fútbol y yo acepto distintas opiniones y sugerencias, pero no me gusta que se me impongan cosas. Para mí la historia es así”.