Llegó un caluroso día de enero. Con un desafío enorme por delante. Sabiendo que era un paso importante para su carrera. Y parte con un objetivo cumplido que pocos entrenadores pueden darse el gusto de conseguir.
Todos en el mundo Bodeguero observó con distancia y hasta se planteó un gran signo de interrogación. ¿Cómo iba a responder ese DT que venía del ascenso, más allá de sus cortas etapas en San Lorenzo y Banfield?
Las respuestas se fueron dando con el transcurrir del tiempo y el Gallego se terminó metiendo a los hinchas en el bolsillo.
Y es que el primer escalón casi lo lleva a jugar la final del campeonato, basado en una campaña extraordinaria del equipo, que justo claudicó en San Juan contra San Martín.
Pero tamaño camino recorrido debía tener su premio para el entrenador y los jugadores: unos meses después se confirmaba el ingreso a la Copa Libertadores.
Méndez lo hizo. Sí, metió nuevamente al Expreso en el plano internacional. Y es algo que nadie le podrá quitar cuando se repase su historia sentado en el banco de suplentes de Godoy Cruz.
De las miradas de reojo pasó a ser ídolo entre los simpatizantes. Un reconocimiento que se ganó por su trabajo y su mentalidad ganadora.
Esa que también lo hizo irse-a medias- en otras oportunidades cuando perdió aquel recordado partido contra Estudiantes.
El segundo semestre lo encontró más desencantado, sin poder encontrar el rumbo del elenco y con algunas cosas que terminaron por desgastarlo. Un poco de todo, aunque el propio Sebastián explique que la decisión viene por temas familiares.
"Extraño a mi familia", remarca a cada momento. La realidad es que un granito de arena de cada lado provocó que esta noche sea su despedida, con la gente que lo cobijó y ya comienza a extrañarlo.
Se venía hablando desde hace un tiempo sobre su renuncia. Y al final ocurrió. Méndez dijo basta y se va casa.
La historia del Gallego
El entrenador llegó a la Bodega y en los primeros días de enero comenzó con su trabajo futbolístico. Gran campaña.
La relación con la gente tombina es estupenda y en cada partido de local le demuestra su enorme cariño.
Su gran dolor fue la derrota en San Juan, donde perdió la chance de jugar la final del campeonato. Golpe duro.