El taekwondista correntino Sebastián Crismanich se convirtió en el máximo protagonista de la delegación olímpica argentina, al ganar la única medalla dorada en Londres, con la cual el país cosechó por tercer Juego consecutivo, al menos, un oro.
En la capital londinense, Argentina logró, además, la presea de plata en hockey sobre césped femenino con Las Leonas, los bronces del tenista Juan Martín Del Potro y la dupla de yatching Juan De la Fuente y Lucas Calabrese, y diez diplomas olímpicos.
El correntino Crismanich estiró la serie que comenzó en Atenas 2004 con el fútbol y el básquetbol y luego en, Pekín 2008, nuevamente con el fútbol y la dupla de ciclistas Juan Curuchet- Walter Pérez.
Fiel a su perfil bajo, pese a que llegaba con los antecedentes de un gran Juego Panamericano de Guadalajara en 2011, Crismanich forjó su destino hasta entrar en los libros de historia tras vencer al español Nicolás García Hemme y romper un maleficio de 64 años.
Aquel 10 de agosto, el “Flaco” se convirtió en el primer deportista argentino individual en ser campeón olímpico desde Londres 48, cuando lo hicieron los boxeadores Pascual Pérez y Rafael Iglesias, y el atleta Delfo Cabrera en maratón.
En líneas generales, la actuación argentina en Londres tuvo rasgos positivos y dejó en claro la importancia que tuvo para los deportistas de élite la creación del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard).
Las Leonas cumplieron con llegar a la final soñada por Luciana Aymar pero, una vez más, se quedaron a las puertas de la gloria al perder con Holanda y debieron conformarse con el segundo lugar del podio.
Del Potro, luego de perder en una maratónica semifinal ante Roger Federer, le ganó al serbio Novak Djokovic en el partido por el tercer puerto, pero luego el cuerpo no le respondió y tuvo que resignarse con un diploma en dupla con Gisela Dulko.
Siguiendo la línea marcada por Carlos Espínola desde Atlanta ‘96, Sydney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008, las tres primeras en clase Mistral y la otra en Tornado, el yachting sumó un bronce de la mano de la dupla De la Fuente-Calabrese en la Clase 470.
Los “viejitos” de la Generación Dorada del básquetbol, en el último Juego Olímpico de varios de sus integrantes, no pudo con Rusia en el partido por el bronce y perdió la ocasión de conseguir su tercera presea al hilo.
Un párrafo aparte merecen las actuaciones de los remeros Ariel Suárez y Cristian Rosso, que luego de una preparación a conciencia y varias giras por Europa, lograron terminar cuartos en el doble par y se perfilaron como serios candidatos a subir al podio olímpico en Río de Janeiro 2016.
En tanto, un escalón más abajo se ubicó el canotaje, que de la mano de Miguel Correa y Rubén Rezola, en la K2 200 metros, finalizó quinto. La judoca Paula Pareto, bronce cuatro años atrás en Pekín y oro en los Panamericanos de Guadalajara, demostró una vez más ser una gigante pese a quedar eliminada en cuartos de final por un fallo arbitral bastante cuestionable y debió conformarse con un diploma por el quinto puesto.
Superaron las expectativas el gimnasta Federico Molinari, quien logró un octavo puesto en la histórica final de anillas, y Germán Lauro, quien rompió el récord nacional en lanzamiento de bala, con el cual también avanzó a la última ronda y terminó sexto luego de 50 años de ausencia del atletismo nacional en una definición olímpica.
El judoca tucumano Emmanuel Lucenti, quien fue séptimo en la categoría hasta 81 kilos, el boxeador Yamil Peralta, quinto en la clase 91 kilos, y el equipo masculino de vóley, que cumplió con el objetivo de meterse entre los ochos mejores, dejaron abierta una puerta a la esperanza de cara a Río.
Brian Toledo, en lanzamiento de jabalina, con apenas 18 años, demostró que no le pesó el debut olímpico pese a quedar afuera de la final, igual que los Gladiadores del handball masculino, que hicieron una gran experiencia, aunque no clasificaron a cuartos.
La aparición de las mellizas rosarinas Etel y Sofía Sánchez, que marcaron el debut albiceleste en nado sincronizado, fue la única buena noticia que llegó desde la pileta del Centro acuático, donde los nadadores no pudieron pasar las rondas preliminares.
Entre quienes estuvieron debajo de las expectativas se cuentan a Jennifer Dahlgren, quien con tres nulos fue eliminada en primera fase del lanzamiento de martillo, y al velista Julio Alsogaray, en la clase Laser, que llegaba con buenos antecedentes y quedó fuera de la medal race.
La entrerriana Cecilia Biagioli, medalla de oro en Guadalajara en los 10 kilómetros femenino de Aguas Abiertas y dentro del top ten del ránking del Grand Prix FINA, también estuvo lejos de lo que se esperaba, lo mismo que los equipos de esgrima, lucha, el hockey masculino y el ciclismo.
El balance general es satisfactorio para un proceso que está en medio de un importante recambio generacional, por lo cual será clave el apoyo del Enard de cara al gran objetivo que aparece en el horizonte y que se llama Río 2016.
Un nuevo ciclo olímpico ya comenzó, por eso, hay que respaldar a los deportistas consagrados y a la nueva delegación joven, pero será clave mejorar sensiblemente en los deportes que más medallas reparten, como la natación y el atletismo, y que no todo dependa de voluntades solitarias.