“Bolt es un genio”, estima Sebastián Coe, presidente de la Federación Internacional de Atletismo.
“Si mirás estos Juegos en términos de actuaciones, son probablemente los mejores Juegos de la historia. Hemos tenido varios récords del mundo, numerosos récords continentales y aún más récords nacionales. No podemos esperar más. Pero también existen desafíos. El estadio, por ejemplo, no es probablemente el más cómodo para llegar. Ha habido reflexiones y decisiones tomadas muy complicadas alrededor de las finales. El estadio estaba lleno para ver a Bolt. De acuerdo, no lo estaba todo el rato y algunas series fueron problemáticas, quizás por el precio de las entradas, pero pongamos todo en perspectiva: durante los dos primeros días de competición, tuvimos más espectadores que otros 18 deportes olímpicos en 250 sesiones. No ha sido fácil, no siempre hay pasión en el estadio pero en los grandes momentos, sí”, aseguró.
“Sobre Bolt ¿qué más puedo decir? Ese chico es un genio. No había habido nadie como él desde Mohamad Alí a la hora de captar la imaginación de los aficionados. Si me hubieran dicho en 2008 que ese chico iba a hacer todo eso, en tres Juegos Olímpicos, ese recorrido increíble... La diferencia entre el que es bueno y un súper atleta es la longevidad. Y Bolt tiene esa longevidad. Dejará un agujero inmenso pero no insuperable. Nos preguntábamos lo mismo con Alí. Luego aparecieron Mayweather, Hagler, Pacquiao, Sugar Ray Leonard... No llenaremos ese vacío en una noche pero hay grandes atletas y tenemos que asegurarnos de hacérselo saber al mundo”.
Para poner en contexto lo que ha sido Bolt, podríamos decir que si fuera una nación tendría más de 25,3 millones de habitantes, los mismos que lo siguen en sus cuentas de redes sociales. Nadie lo odia, ni sus rivales. Y hay un motivo: “Siempre es accesible y le gusta estar con todos los atletas, nunca ha despreciado la Villa Olímpica, no tiene lujos ni comodidades, es como todos”, dice su entrenador Glen Mills.
Se entrena en casa, en Jamaica y lo hace con lo que tiene. Por ejemplo, en una piscina personal simula correr, no tiene una sesión especial sino que lo hace con todo el equipo, convive todo el tiempo, cada vez que puede, atiende a los hinchas.
Según la NBC, dueña de los derechos de televisión de Río 2016 en Estados Unidos, el velocista jamaiquino -durante sus dos primeras finales- tuvo al menos unos 75 millones de televidentes, 35 millones por cada carrera en los Juegos Olímpicos.
El ídolo del país, Michael Phelps, no superaba los 29 millones cada vez que competía. Entre sus turnos matutinos y nocturnos, Bolt ha llevado más de 150,000 personas para verlo y quizás termine vendiendo más de 200,000 boletos en la sumatoria final.