Los esfuerzos por dar con el submarino ARA San Juan al cumplirse hoy trece días de su desaparición con sus 44 tripulantes a bordo se concentran por estas horas en lograr su detección a partir de la llegada a la zona donde se habría perdido de minisubmarinos estadounidenses y rusos capaces de operar a grandes profundidades.
La llegada a la zona situada a 432 kilómetros al este de la costa del Golfo San Jorge de esos equipos sumergibles que pueden operar entre los 300 y 1.000 metros de profundidad estaba prevista oficialmente para las últimas horas de ayer y comenzarían a operar hoy en medio de condiciones climáticas que desmejorarán por fuertes vientos del sector norte.
La información fue proporcionada ayer al mediodía por el vocero de la Armada, capitán de navío Enrique Balbi. Se trató del único contacto con la prensa pues, ante la ausencia de novedades y como sucedió el fin de semana, se suspendió la conferencia que el vocero naval solía hacer por la tarde.
“Lamentablemente, no tenemos ninguna localización del submarino por el momento”, admitió, después de precisar que 14 unidades navales buscan al ARA San Juan; seis de ellas están abocadas a “hacer un barrido lento” del fondo de un área con un radio de 36 kilómetros, donde el miércoles 15 el submarino se comunicó con tierra por última vez a las 7.30, alrededor de tres horas antes de que se produjera una explosión captada por sensores y micrófonos subacuáticos.
Balbi también dijo que transcurridos doce días de la desaparición del submarino, “no se descarta una situación de supervivencia (de los 44 tripulantes) en condiciones o en un ambiente que puede ser extremo o adverso”, aunque agregó que “no se puede confirmar ni ser categórico” al respecto.
Además, habló por primera de un “principio de incendio” al interior de la nave, al desmentir que haya podido haber explotado o haber sido atacado.
"Sí se puede tal vez haber producido un incendio y haber producido una implosión", dijo el vocero, y explicó: "Hubo un ingreso de agua por el snorkel porque estaba cargando baterías; agua que cayó sobre una batería (de la proa) y provocó un cortocircuito por arco voltaico y principio de incendio",
Dicho cortocircuito fue “subsanado”, aislaron “eléctricamente la batería” y siguieron su ruta hacia Mar del Plata propulsados “por el circuito de popa”.
El vocero naval dio detalles, por otra parte, de los equipos sumergibles de Estados Unidos y de Rusia que por estas horas se incorporarán a las tareas de detección a profundidad.
Allí ya se encuentran el buque Skandi Patagonia provisto de una sonda que realiza un mapeo submarino y un vehículo sumergible remoto de Estados Unidos capaz de llegar a los 900 metros de profundidad.
Para las próximas horas se prevé la llegada al área de un primer mini submarino, también de la armada estadounidense, a bordo del buque de bandera noruega Sophie Siem que partió el domingo de Comodoro Rivadavia, pero que recién operará “una vez que se localice el submarino”, dijo Balbi.
Otro vehículo sumergible, en este caso ruso, con capacidad de sacar fotografías de hasta 300 metros de profundidad, iba a ser embarcado ayer en una corbeta argentina en Ushuaia y llegaría mañana a la tarde, mientras que también se prevé la llegada a la zona de otro vehículo de inspección subacuática ruso que alcanza los 1.000 metros de profundidad.
Un tercer sumergible ruso, capaz de llegar hasta los 6.000 metros de profundidad, arribaría al lugar el martes de la semana próxima, dijo Balbi.
Desde el comienzo de las operaciones de búsqueda, el mal tiempo implicó demoras como la que afectaba ayer el acceso de la corbeta Robinson, de la Armada argentina, a Comodoro Rivadavia. Este buque debe transportar a la zona dos de los tres contenedores rusos que hace tres días llegaron a Comodoro Rivadavia a bordo de un avión ruso Antonov, incluido el más pequeño robot sumergible aportado a esta búsqueda por Rusia.
El clima político y el cruce de ataques velados entre el Ministerio de Defensa y la Armada tuvo ayer, en tanto, su primer día de tregua. Siguió a la reunión y posterior mensaje de llamado a silencio del presidente Mauricio Macri, el viernes pasado, en el edificio Libertad, ante los jefes de todas las Fuerzas Armadas.
