Roban el 3% del agua que se consume en el Gran Mendoza

A la crisis hídrica se suman problemas por las conexiones clandestinas en distintos lugares. Además, hay pérdidas por redes en mal estado.

Roban el 3% del agua que se consume en el Gran Mendoza
Roban el 3% del agua que se consume en el Gran Mendoza

La sequía persistente, más las pérdidas en la red y las conexiones clandestinas, son el karma de Aysam. En las últimas semanas los cortes por falta de presión en la zona noroeste del Gran Mendoza han multiplicado los reclamos.

La explicación que surgió desde las usinas oficiales en la última semana indica que las conexiones clandestinas al oeste de la ruta 82, más conocida como Panamericana, son -en parte- el motivo de la caída de la presión que afecta al otro lado de la ciudad. El dato es que en esa zona de Luján de Cuyo se pierden 150 litros por segundo; en el día suman 13 millones de litros, que representan casi 3% del total de agua potabilizada cada jornada.

Actualmente, en época de calor, en el Gran Mendoza se potabilizan 580 mil metros cúbicos, mientras que 13 millones de litros de pérdida equivalen a 13.000 metros cúbicos.

Esa misma zona del pedemonte, que se extiende desde Las Compuertas hasta La Puntilla, en las últimas décadas tuvo una explosión demográfica desordenada y hoy está bajo la lupa de la Secretaría de Ambiente por el riesgo aluvional que presentan varias de las propiedades instaladas sobre  cauces secos, que durante una lluvia más grande de lo habitual podría arrastrar casas y vidas.

Los dos datos tienen moraleja: el hacer cualquier cosa en cualquier lado tiene costos para toda la comunidad. A esas personas que compraron un lote y construyeron, tarde o temprano habrá que resolverles el problema y seguramente con costo para el Estado.

Con el agua pasa lo mismo: hasta ahora todos los mendocinos que pagan la factura han estado subsidiando a esos emprendimientos inmobiliarios flojos de papeles y habrá que seguir haciéndolo por un tiempo.


    Infografía: Gustavo Guevara / Los Andes
Infografía: Gustavo Guevara / Los Andes

“El agua es un derecho”

El titular de Aysam, Richard Battagión, dijo que a pesar de que buena parte de las conexiones domiciliarias en la zona son clandestinas, la empresa estatal no puede ir y cerrar la canilla porque "saldrían a cortar la ruta para pedir soluciones, porque el acceso al agua es un derecho humano. Lo único que podemos hacer es blanquear las conexiones y empezar a cobrarles por el servicio".

Decir buena parte de las conexiones es un eufemismo. Aysam tiene determinadas alrededor de 1.500 parcelas en la zona. Sólo los vecinos de dos de barrios están empadronados en la empresa de agua y saneamiento: el Sol y Sierra (ubicado detrás del viejo boliche Olimpo), que tiene 200 clientes de Aysam; y el Conjunto Urbano las Sierras, con 50 parcelas servidas.

El resto de esas 1.500 propiedades están en un limbo, algunas servidas con agua de pozo y otras que cuentan con el servicio clandestino producido al pinchar alguno de los dos caños que pasan al oeste de la Panamericana, desde la planta potabilizadora de Potrerillos (que toma agua del río Blanco) hasta la reserva de La Puntilla, ubicada en los alrededores del aeroclub.

Entre esas propiedades que están en el limbo, hay 250 que tienen el caño de agua por debajo. Es decir, se vendieron propiedades por las que pasa la tubería de Aysam que viene desde la planta potabilizadora Potrerillos. Entonces, podrían pinchar el caño y tener agua potable ilimitada, sin pagar por ella y sin que nadie se dé cuenta.

A pesar de que son muchas parcelas, también es mucha el agua. Los técnicos de Aysam no se animan a hacer demasiadas estimaciones acerca de las propiedades que reciben el agua potabilizada por Aysam y que tal vez "hacen una vaquita" para tener un caño o un camión cisterna que les lleve el agua. Incluso creen que podrían ser más propiedades.

Y hasta han detectado dos tanques elevados en una loma, tierra adentro, que tiene una toma en uno de los dos caños y bombas que suben el agua hasta los reservorios.

Sin embargo, aún así la cantidad de agua que se pierde en la zona, esos 13 millones de litros por día, son una cantidad enorme. Teniendo en cuenta que el consumo promedio de Mendoza ronda los 400 litros por día por persona, con ese volumen de robo se podrían servir unas 32.500 personas, un dato que parece excesivo para la cantidad de parcelas (contabilizadas o no). "Creemos que deben haber muchos litros perdidos por conexiones de muy mala calidad, hechas a las apuradas por el temor de ser sorprendidos", explica Battagión.

Hay crisis hídrica pero siguen faltando los medidores  

Los 13 millones de litros en el pedemonte de Luján no son las únicas pérdidas del sistema y tampoco explican por sí solos el problema del agua potable en Mendoza.

Como se dijo al inicio de este informe, hay otros dos elementos que juegan. Uno es la falta de nieve en los inviernos producto del calentamiento global; y otro, el consumo de cada uno de los mendocinos.

La Organización Mundial de la Salud sostiene que es óptimo contar con 100 litros por día por persona. Sin embargo, en nuestra provincia el consumo supera largamente esa medida: estamos entre 350 y 400 litros por día, por persona.

Se da la paradoja que en los últimos días hay familias que no cuentan con el servicio y los reclamos se han multiplicado. Las plantas potabilizadoras producen 580 mil metros cúbicos por día (hay que agregar tres ceros para poner la cifra en litros: 580.000.000), para servir a 411.146 familias: cada empadronado de Aysam debería contar con 1.410 litros, pero no hay para las familias de la Sexta Sección y el oeste de Las Heras.

La gran posibilidad es el cobro del agua por volumen, algo que fue una promesa cuando a fines de los '90 se privatizó la vieja Obras Sanitarias Mendoza y que los privados que la gestionaron nunca cumplieron.

Actualmente, en Mendoza hay 33.417 clientes de Aysam que tienen medidor instalado, que corresponden al 8% del total de conexiones legales; de ellas, 26.379 son en casas particulares, mientras que el resto están instaladas en dependencias estatales y empresas comerciales e industriales.

Hay un puñado de barrios privados que tienen sus casas con medidor: Laderas, Palmares, Chacras de Farrrel, El Mirador, La Barraca, Pueyrredón y Rincón de Chacras.

El barrio privado que más consume por persona y por día es Laderas con 304 litros; el que menos, Rincón de Chacras con 127 litros. Es decir, parece que la medición hace bajar los consumos.

Richard Battagión esgrime su proyecto de "Agua no contabilizada" que consiste no sólo en los medidores para todas las casas (se llama micromedición), sino en el cierre de mallas para dividir el Gran Mendoza en 45 sectores que se vayan equilibrando en función del consumo global. Es decir, no sólo se mediría a cada una de las propiedades, sino también por sector. Esto implicaría reemplazar toda la tubería vieja de asbesto cemento que aún persiste bajo el asfalto.

La inversión sería de 120 millones de dólares, más 80 millones para las colectoras cloacales. Por convenio, el 50% de esa plata la iba a poner el Gobierno nacional; claro que eso fue antes de las elecciones. 

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