Se llama Grupo de trabajo Padre Alberto Hurtado y lo conforman vecinos del Gran Mendoza que se autoconvocan cuando hay una necesidad: el incendio de la casa de un vecino, la necesidad de una familia sin recursos, la enfermedad de un niño.
Cualquier estado de penuria es válido para que se movilicen Juan Gallardo (Chileno, 73) y sus amigos, que tienen por base de operaciones la parroquia La Santa Cruz (Olascoaga 750), donde cuentan con el apoyo de Enio Chaine.
Gallardo, licenciado en Economía, conoció Mendoza hace 21 años, cuando vino por 2 semanas, y se quedó para siempre.
Contó que por su trabajo -hacer proyectos a empresas que se querían establecer en el Parque Industrial lasherino- comenzó a conocer barrios en dificultades, gente con problemas y fue entonces que integró un “comando” solidario junto a la iglesia La Santa Cruz, con el propósito de auxiliar a gente carenciada. “Creamos -prosigue- 3 actividades básicas: reparto de útiles escolares; celebración del Día del Niño (preferentemente en agosto) y en diciembre, hacemos el asado navideño solidario”.
Con estas actividades, el grupo ya ha pasado por los barrios Los Hornos (El Algarrobal), 20 de Julio (El Plumerillo), Bajo de las Ranas e Hijuela 3 (estos 2 últimos de Nueva California, San Martín).
Hace poco el contingente se trasladó al Virgen de Andacollo (Jocolí Viejo, Lavalle), al que llevó juguetes y útiles.
Junto a Juan, se desempeñan entre otros Mónica Merlo (43), Viviana Villarruel (39), Edith Pereyra (56), Claudia Ridi (45) y Hernán Giraud (36).
La ayuda también se extendió a los requerimientos de familias que sufrieron incendios en sus domicilios o tender una mano a personas en situación de calle.
El caso de Mónica es curioso, porque ella se acercó como una damnificada, cuando no tenía dónde estar con un bebé y se encontraba sin empleo. “Luego que pude zafar de mi angustiante situación, me puse a trabajar a la par de los demás”, contó la mujer.
A Edith Pereyra le pasó algo parecido. Se le cayó parte de su casa, en la que residía con una hija y como no fue atendida por las autoridades de Acción Social, se encontró con Juan, a quien ella “mi ángel guardián”, y con otros integrantes de la ONG Padre Hurtado. Recibió su auxilio, junto con el de la fundación Carmela Fassi (de la zona industrial de Las Heras) y pudo salir adelante.
Se puede decir que Claudia Ridi y Hernán Giraud integran una delegación dentro del agrupamiento general. Su especialidad es compartir momentos con chicos que deambulan por la vía pública, a los brindan “algo caliente”.
Otra tarea que tratan de realizar es ver qué se puede hacer por los padres de Luciano Suárez, víctima del síndrome de Cornelia de Lange. El niño, de 2 años, nació sin sus 2 bracitos, y necesita una casa y traslados al hospital Notti en ambulancia.
Mujeres en situación de calle
Los militantes de la entidad civil de ayuda a los demás, se reconocen como “gente dispuesta a colaborar donde sea y nos necesiten”. Su lema es, como el del patrono que poseen, el padre Alberto Hurtado, “Contento, señor, contento”.
Confiesan que se sienten “puente” y que “la gente ayuda si hay un proyecto serio”.
Ahora se proponen, aunque saben que es un cometido muy difícil, tratar de armar algo para albergar a mujeres en situación de calle. “Tal vez podamos, o no cumplir ese sueño”, pero vamos a intentar desarrollar un proyecto”, dice Juan Gallardo. Por eso invitan a colaborar a más gente con los operativos que se efectúan, y una forma de vincularse es acercándose a Olascoaga 750, Las Heras, sede de la parroquia La Santa Cruz.
