En menos de una semana hubo tres amenazas telefónicas a la escuela técnica Ingeniero Arboit, de Junín, que alertaban sobre la presencia de bombas explosivas en el establecimiento.
Y aunque las llamadas resultaron finalmente ser falsas alarmas, la escuela tuvo que ser evacuada en las tres oportunidades, para que un equipo policial y de bomberos revisaran las instalaciones, con la pérdida de las horas de clase, recursos humanos y económicos que implica.
“Estamos preocupados, pero también fastidiosos porque cada uno de esos llamados nos obliga a evacuar una escuela muy compleja como es ésta, con centenares de alumnos”, explicó Noelia Giménez, directora de la Arboit: “La verdad es que no sé qué es lo que quieren con estos llamados, qué mensaje quieren transmitir. Tal vez, ponga una urna anónima en el patio para que se expresen de otra manera”.
Las tres amenazas a la Técnica se hicieron a través del 911 y según explicaron desde la comisaría a las autoridades escolares, en todos los casos se trató de una voz masculina distorsionada por un medio electrónico, que avisaba que un artefacto explosivo de gran poder había sido dejado en esa escuela.
Los dos primeros llamados se hicieron el martes de la semana pasada, durante el turno de la mañana y por la tarde; en ambos casos, la escuela fue evacuada durante más de dos horas y tanto alumnos como docentes caminaron hasta el polideportivo municipal donde esperaron que la policía revisara el lugar y confirmara que no había ningún peligro.
“Es todo un trastorno sacar a los chicos de la escuela, ver que no pase nada en la calle, que ninguno se escape”, enumeraron desde la escuela; el tercer llamado ocurrió en la siesta de este lunes y el procedimiento de seguridad se repitió una vez más, incluso los obreros de un trabajo de ampliación que se realiza en la Arboit debieron abandonar la tarea y salir del establecimiento.
“Es cierto, una amenaza de este tipo nunca ha sido cierta, afortunadamente eso no ha pasado, pero aunque uno supone que se trata de una broma de mal gusto, el protocolo de seguridad debe cumplirse en cada oportunidad: hay que evacuar la escuela, traer bomberos y el escuadrón antiexplosivos, que viaja desde el Gran Mendoza”, comentó el comisario general Eduardo Impellizzieri.
“Es algún idiota que no tiene nada que hacer, pero la verdad es que ya cansa y ni siquiera tiene sentido porque no estamos en noviembre, que es época de exámenes”, opinaba un grupo de chicos de segundo año.
Hace un par de meses, hubo en Junín un llamado similar, pero a la escuela secundaria Spagnolo, ubicada a unas pocas cuadras de la Técnica; en ese caso, la policía logró identificar al autor de la amenaza: un alumno de primer año de la Arboit.
“Es de esta escuela y sabemos quién es porque la policía logró identificarlo y abrió un expediente que va por vía judicial; en la escuela tenemos que reunir al consejo de convivencia para determinar qué sanción se aplica”, comentó la directora: “Desde la supervisión de la DGE nos piden el mayor rigor en la sanción”, agregó, aunque lo cierto es que la DGE no tiene previsto este tipo de conductas en los alumnos.
“Con cada una de estas amenazas se pierden muchas horas de clases y cuando volvemos a las aulas ya no se recupera la atención del alumno; yo voy a decir algo impopular, pero que resolvería rápidamente las cosas: hay que tener clases dos o tres sábados para recuperar el tiempo perdido y va a ver cómo se acaban estas llamadas”, comentó un docente, que prefirió el anonimato.
La Justicia trata de dar con la identidad del autor, pero no es sencillo, y ante la posibilidad cierta de que las amenazas continúen, los directivos de la Arboit analizan armar una charla de reflexión con sus más de mil alumnos, una herramienta de incierto resultado, pero la única que por ahora parecen tener a mano.
