La primera muerte fuera de China por el nuevo coronavirus, ocurrida en Filipinas, reavivó el domingo el temor a la propagación de la epidemia, que ya se ha cobrado más 300 vidas en China.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Filipinas anunció el domingo el fallecimiento en Manila de un hombre chino oriundo de Wuhan, epicentro de la epidemia.
"Es la primera muerte registrada fuera de China" por esta causa, dijo Rabindra Abeyasinghe, representante de la OMS en el archipiélago.
Este anuncio tuvo lugar mientras numerosos países cierran sus fronteras a las personas procedentes de China. Se estima que existen más de 14.000 personas contagiadas y se ha propagado en 24 países.
El gigante asiático, cuyo crecimiento ya sufría una ralentización antes de la epidemia, anunció el domingo una inyección de 1,2 billones de yuanes (175.000 millones de dólares) para apoyar a la economía del país.
El banco central efectuará la operación el lunes, cuando vuelvan a abrir los mercados financieros tras las vacaciones de Año Nuevo, prorrogadas a causa del coronavirus.
Cierre de fronteras
Ante la propagación imparable de este nuevo coronavirus, numerosos países, entre ellos Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o Israel, cerraron sus fronteras al ingreso de viajeros provenientes de China en una desesperada tentativa de limitar su exposición a la epidemia.
El virus ya ha alcanzado a más de una veintena de países, incluyendo España, el Reino Unido, Alemania, Rusia y Suecia, mientras que África y América Latina parecían de momento exentas de la epidemia.
En América Latina los gobiernos de Guatemala y El Salvador ya suspendieron el ingreso a su territorio a personas procedentes de China.
La muerte en Filipinas fue anunciada justo después de que Manila decretara el cese inmediato de la entrada de todos los visitantes extranjeros desde China.