El apretón monetario que encaró el Banco Central para conseguir domar por fin al tipo de cambio e intentar bajar la inflación continúa teniendo sus efectos en la evolución del crédito al sector privado, que en noviembre se contrajo otro 3% con respecto al mes anterior.
Aunque las tasas descendieron en los últimos días de los máximos vistos a principios de la gestión de Guido Sandleris en el Banco Central, el encarecimiento de los créditos a empresas continúa sintiendose fuerte. En noviembre volvió a caer por cuarto mes consecutivo. Si bien los rojos se mantienen, los datos disponibles hasta el miércoles de la semana pasada último día hábil del mes por los feriados bancarios del jueves y viernes en la previa de la cumbre del G20 muestran una leve desacelareción.
La línea que más sufrió fue la de documentos, que perdió poco más de $13.000 millones de su stock en el anteúltimo mes del año y acumula su quinta caída al hilo desde julio. Las leves señales de una baja de las tasas de referencia pueden haber servido para aminorar esta caída, que en octubre había perforado los $17000 millones.
En tanto, la de adelantos en cuenta corriente, la forma de financiamiento de la caja que solía ser la mas tradicional en las empresas especialmente las pequeñas y medianas, también volvieron a desplomarse y su stock se contrajo en $6600 millones. Con todo, esto representa unos $11.000 millones menos de lo que se había perdido el mes anterior, cuando el rojo había llegado a $17.900 millones.
"Pese a que las tasas muy bajaron levemente a principios de octubre todavía no hay un incentivo de las empresas a endeudarse", señaló Gabriela Saavedra, socia líder de servicios financieros KPMG Argentina.
La caída de la actividad puede ser otro factor que explique en buena parte la baja de la demanda de las empresas por financiamiento bancario. El mes pasado, a nivel general se vio una baja de 3%, con sectores como la construcción y la industria como los más afectados. "Las empresas están evitando endeudarse a este nivel de tasas; pero también la baja de la actividad hace que los privados tengan menos exigencia de financiamiento comercial", señaló Guillermo Barbero, socio de First Corporate Advisors. "En la medida la en que se trabaja menos, se restringen las necesidades. Las compañías prefieren producir menos antes de arriesgarse a perder y tener que sacrificar su capital para hacer frente a estas tasas", dijo.
En lo que respecta al financiamiento de los hogares, el stock de tarjetas de crédito sigue picando en punta: en términos nominales, en noviembre creció unos $ 17.000 millones, $4.000 millones más que en el mes anterior. " Si vamos al número de ventas, vemos que el consumo todavía no repuntó, aunque por estacionalidad estos meses entre el Día de la Madre y las Fiestas son el momento donde las familias típicamente se vuelcan a los gastos". puntualizó Saavedra. "Entonces, este incremento del stock puede ser en parte consecuencia de utilización de tarjetas como instrumento de financiación de los hogares: personas que no cumplen con el pago total del resumen o que eligen financiarse con las pocas ofertas de cuotas sin interés que se encuentran todavía en el mercado", sumó la economista.
Como contracara de esta misma moneda, respecto al mes anterior el stock de préstamos personales creció apenas $200 millones, un 0,06%, y registró su menor aumento en los últimos doce meses. En el mismo mes de 2017, el otorgamiento crecía a un ritmo de $ 14.8000 millones.